Fortalecer
a la universidad pública, necesidad impostergable, sostiene Jaime Martínez
Veloz
Carolina
Gómez Mena
La
universidad pública sigue siendo la mejor posibilidad de formación para la
mayoría de los jóvenes mexicanos, y sus estudiantes han sido los promotores de
muchos de los cambios del país, y por tanto fortalecerla es un imperativo
nacional y una necesidad impostergable, aseguró Jaime Martínez Veloz, al
presentar su libro Crónica de una utopía, historia del movimiento pro
dignificación de la Universidad Autónoma de Coahuila.
Arquitecto
por la UAC y ex diputado federal, Martínez Veloz agregó que pese a las
reducciones presupuestales y las carencias que enfrentan las universidades
públicas del país, muchas de ellas son verdaderos baluartes del pensamiento
científico y formadoras de profesionales, artistas, investigadores y promotores
de los cambios sociales.
Durante
la presentación del libro en Casa Lamm, el articulista de La Jornada y ex
integrante de la Cocopa resaltó también: sigo empeñado en la lucha por
concretar el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés Larráinzar, los cuales
permitirían establecer una nueva relación entre el Estado mexicano y más de 12
millones de indígenas de nuestro país.
A su vez
el académico de ciencias políticas de la UAC Miguel Ángel Saucedo Lozoya, al
comentar la obra, recordó la situación que enfrentó Martínez Veloz cuando se
postuló a la rectoría de esa casa de estudios en 1983.
Señaló
que las opciones eran tres: el proyecto de la continuidad, encabezado por
Valeriano Valdés Valdés, candidato del entonces rector Óscar Villegas Rico; el
proyecto de los conservadores, encabezado por quien era director de la Escuela
de Ciencias de la Comunicación de la UAC, el periodista Armando Fuentes Aguirre,
Catón, y el proyecto diferente, dirigido por Martínez Veloz, entonces director
de la Escuela de Arquitectura de esa universidad.
El
abogado José Robledo Flores, cuyo padre participó en los esfuerzos que lideró
Martínez Veloz, resaltó que también fue una contienda por la universidad
pública y por democratizar a esa universidad luego de las elecciones
fraudulentas para rector del 27 de marzo de 1984, y recordó la marcha que
Martínez Veloz y Catón realizaron al Distrito Federal para protestar por dicha
situación.
Mario
Luis Fuentes, investigador y académico de la UNAM, comentó que el libro es una
lectura de una época y nos relata la historia de jóvenes que tenían la
necesidad de hacer, no lo que se podía, sino lo que se debía, y de la capacidad
que tienen éstos para enfrentar el autoritarismo.
El ex
titular del DIF y del IMSS también coincidió en señalar que la obra es una
defensa de la universidad pública y reivindica el papel de ésta en la sociedad.
Subrayó que expone que soñar no sólo es un acto individual, sino que también
puede ser colectivo.
Saucedo
Lozoya indicó que tras la marcha al Distrito Federal, el rector electo (Valdés)
renunció, y añadió que la protesta no sólo fue una lucha por la dignificación
de la UAC, sino que también evidenció la importancia de un pueblo que no se
deja. Publicado en La Jornada.
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