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jueves, 2 de mayo de 2013


Los temores del SNTE
Por Luis Gerardo Martínez García

Indiscutiblemente el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación vive una crisis como en sus peores momentos. No es tanto que sea imprescindible el liderazgo de Elba Esther Gordillo Morales, sino que se evidencia la ausencia de un nuevo líder. A manera de encargado de la secretaría general y la presidencia del SNTE está Juan Díaz de la Torre, sin el visto bueno (aún) del presidente de la República; todavía no le delegan el poder en plenitud. Necesariamente Juan Díaz deberá entender que el sindicato es un Aparato Ideológico de Estado, como bien lo decía el  filósofo francés Louis Althusser, y como bien lo tuvo presente la profesora desde el inicio. En este contexto es que el SNTE vive ciertos temores, propios de sus circunstancias y fragilidades. Veamos algunos, que requieren de un análisis más puntual con el tiempo:

1.    La posibilidad de fraccionarse a nivel nacional. Ante la ausencia de un liderazgo respaldado plenamente por el Estado, el sindicato empieza a irse por varios causes tendiendo a dividir al sindicato magisterial más grande. Existen posibilidades de creación de pequeños sindicatos que respondan a intereses regionales y muy localistas.
2.    La preocupante situación de seguir en decremento su reconocimiento social. La imagen del sindicato hacia a afuera es de corrupción y falto de transparencia y rendición de cuentas. La sociedad tiene al sindicato (no a los maestros) en un catálogo de desprestigio que urge revertir.
3.    La idea de que el magisterio se manifieste en contra de las reformas educativa y laboral,  tal y como está sucediendo ya en diferentes estado de la república mexicana: Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Distrito Federal y Veracruz. El SNTE ahora habla de infiltrados y de células anarquistas. A toda costa el sindicato está evitando que los maestros repudien las letras chiquitas de la reforma. Es cierto que este año muchas manifestaciones estarán a la orden del día porque ni el sindicato ni el Estado están preparados, al menos con políticas públicas o con estrategias políticas para enfrentar el descontento de los maestros.
4.    La transparencia y rendición de cuentas que en su momento pudiese exigir el magisterio. Ya los trabajadores de la educación están reclamando a su sindicato transparencia en los procesos, para evitar así la discrecionalidad en el uso de los recursos y la asignación de plazas, así como el esclarecimiento de la deuda a las empresas y el mal uso de los recursos en la construcción de casa para maestros. También exigen información en la asignación de puestos y funciones dentro de las secretarías de educación (federal y estatales).
5.    El hecho de que el Estado insista en quitarle poder en breve. Chuayffet, secretario de educación pública viene insistiendo en que el Estado debe recuperar la rectoría de la educación; y es que las negociaciones (cualesquiera que fueran) entre ambas entidades siempre han estado presentes, intercambiando favores. Eso al Estado le restó autoridad en los grupos que toman decisiones al interior de las secretarías; la postura ahora es recuperar lo perdido por años.
6.    Temor a que quede fuera de la asignación de plazas. La falta de transparencia y de mecanismos serios, permitió por muchos años que el Estado asignara plazas docentes y administrativas, en complicidad con el sindicato sin mayor rubor. El anteproyecto de la iniciativa de la Ley General del Servicio Profesional Docente señala Las organizaciones sindicales reconocidas para los efectos del ejercicio de sus funciones de atención laboral de sus agremiados, serán informadas del inicio de los procesos de promoción y recibirán facilidad para la realización de tareas de observación, y elimina las plazas automáticas para los egresados de las normales.
7.    El endeudamiento del SNTE con la lniciativa Privada. Por lo menos tres secciones en diferentes estados se han declarado en bancarrota frente al endeudamiento acumulado por años con empresas que le prestaron sus servicios u ofrecieron mercancías. Muchas secciones del SNTE están en situaciones riesgosas por el mismo motivo.
8.    Que el liderazgo nacional siga acéfalo. El SNTE está pensada como una organización que responde a las indicaciones de un solo líder. No necesariamente significa que los maestros así lo quieran, sino que la estructura organizacional y estatutaria así lo planeó desde los inicios del sindicato, respondiendo al corporativismo del momento. Vemos cómo en estos momentos de crisis, el sindicato no tiene un líder, si acaso un dirigente temporal.
9.    Temor a que la ausencia académica siga rondando los edificios de las secciones en todos los estados del país. Después de casi 70 años de vida, se tiene claro que el sindicato no requiere de perfiles académicos para subsistir; ocasionalmente recurren a sus académicos destacados para intervenir en eventos por periodos muy cortos, pero no para intervenir en la toma de decisiones.
10. Fractura entre el SNTE y el PANAL. Gordillo estando al frente del sindicato y después de haber roto relación alguna con su partido de origen, el revolucionario institucional, tomó la iniciativa de crear un nuevo partido valiéndote de todo su capital político y financiero; le funcionó pues fundó con sus más cercanos colaboradores y familiares el PANAL. Ante la ausencia de Gordillo se habla de una descomposición en la relación vital entre ambas organizaciones.
11. Temor a que se sigan saliendo profesores de este sindicato para agremiarse a otros. Por razones diferentes, en estados de la república donde existen sindicatos diferentes al SNTE se viene presentado un fenómeno preocupante para dirigentes y ex dirigentes: el gran porcentaje de trabajadores de la educación que están desertando de sus filas.


Por los pronto mencionamos estas problemáticas sindicales que son hoy en día los temores del SNTE. Tanto el comité ejecutivo nacional como los estatales, además de estar preocupados por sus temores, deben ocuparse por repensar el sindicalismo del siglo XXI que ya nos alcanzó, reformando sus estatutos, sus principios, sus valores, sus estrategias y acciones, no sin antes escuchar a los verdaderos profesores y trabajadores de la educación. Es momento de que el SNTE ya no cometa sus mismos errores; puede revalorarse a partir de recapitular su historia... aún con temores.

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Arremeten maestros contra casa de gobierno y edificios públicos en Chilpancingo
JOSÉ GIL OLMOS Y EZEQUIEL FLORES

CHILPANCINGO, Gro. (apro).- Después de que el mandatario Ángel Aguirre Rivero, en su reciente informe de gobierno, calificara de “vándalos” y “delincuentes” al magisterio disidente, este miércoles, al concluir la marcha del Movimiento Popular de Guerrero (MPG), decenas de maestros y normalistas arremetieron con piedras y cohetones en contra de la Casa Guerrero y destruyeron al menos una decena de vehículos oficiales y ‘vandalizaron’ oficinas del gobierno estatal y federal.

Así respondió el MPG a las amenazas del gobernador, quien ordenó la captura de la dirigencia de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG).

En su informe del lunes pasado, Aguirre incluso sostuvo que en la entidad existe “gobernabilidad y paz social”, pese al ambiente de inseguridad, violencia e impunidad, y la agudización de los conflictos sociales.

A las 11:00 horas, miles de docentes, normalistas, policías comunitarios adheridos a la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), padres de familia, sindicalistas de varias instituciones educativas de nivel superior, jóvenes del movimiento YoSoy#132 y perredistas de la región de la Montaña, partieron en marcha del sur de la capital donde mantienen el plantón los cetegistas.

Después de recorrer las principales calles de esta capital, realizaron un mitin en el zócalo, donde criticaron al gobernador Aguirre y a la clase política de la entidad, a quienes calificaron como “traidores” y “verdaderos vándalos”.

En el lugar, distintos oradores hicieron referencia a las masacres de Aguas Blancas, en 1995; El Charco, en 1998, y el asesinato de dos normalistas de Ayotzinapa durante un desalojo realizado por policías federales y estatales en diciembre de 2011, hechos registrados durante las gestiones del exgobernador Rubén Figueroa Alcocer y Aguirre Rivero, como interino y en su periodo actual.

Ambos políticos formados en el viejo PRI fueron señalados como los principales caciques que tienen el control político de la entidad y de ser responsables de los actos de represión contra los sectores sociales.

En el mitin, realizado en la plaza Primer Congreso de Anáhuac de esta capital, el perredista Javier Tapia, proveniente de Alcozauca, el primer municipio de corte comunista en la historia del país, anunció el desconocimiento de la dirigencia nacional del PRD que encabeza Jesús Zambrano y de los líderes estatales del perredismo, por considerar que están plegados a la política del presidente Enrique Peña Nieto.

El anuncio provocó que los manifestantes estallaran con aplausos y consignas en contra del PRD; incluso en las pintas realizadas en las fachadas de los edificios públicos se plasmaron mensajes contra el gobernador de Morelos postulado por el bloque de izquierda, Graco Ramírez, quien hace semanas sostuvo que el movimiento de descontento social de Guerrero está infiltrado por la guerrilla.

Durante su trayecto al centro capitalino, los inconformes apedrearon algunos vehículos oficiales y edificios públicos, como la sede del Ejecutivo, el auditorio estatal Sentimientos de la Nación y la Auditoría General del estado, órgano de fiscalización dependiente del Congreso local.

Luego, sin la presencia de la Policía Comunitaria, la manifestación se tornó más violenta en el regreso al campamento de la CETEG, cuando la vanguardia del contingente –que desde el arranque de la marcha empuñó tubos, palos, piedras y cohetones– arribó a la avenida de La Juventud y enseguida arremetió en contra de las representaciones del gobierno federal y estatal.

Sobre esta vialidad destrozaron al menos cuatro camionetas y autos del gobierno estatal, así como las oficinas de Servicios Federales de Apoyo a la Educación de Guerrero y la coordinación estatal de la Policía Federal (PF), a cargo de Omar Hamid García Harfuch, hijo del exdirector de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), Javier García Paniagua, un policía político considerado como artífice en la etapa de la “guerra sucia”.

Enseguida, se lanzaron con piedras y cohetones contra la residencia oficial Casa Guerrero, lugar emblemático del estado porque ahí despachan los gobernadores en turno.

El ataque se centró en dos portones metálicos que estaban reforzados por dentro con vallas metálicas. Los guardias de la sede gubernamental lanzaron piedras contra los manifestantes cuando intentaron ingresar, lo que provocó una reacción más violenta de los mentores y normalistas.

La lluvia de piedras y el estallido de cohetones se intensificó por más de 20 minutos, lapso en que guardias del gobierno estatal y brigadistas de la Subsecretaría de Protección Civil estatal evadían los proyectiles, tratando de protegerse ante la mirada complaciente de un grupo de policías estatales con equipo antimotín que se encontraban al interior del lugar.

En la retirada, la vanguardia del contingente todavía destrozó el auto oficial del director de Epidemiología y Medicina Preventiva de la Secretaría de Salud estatal, Rufino Silva Domínguez, que estaba estacionado a unos metros de la puerta uno de Casa Guerrero.

De esta manera los hechos violentos cesaron ante la ausencia plena de autoridad de las de los tres niveles de gobierno, como ocurrió el miércoles 24 en esta capital, cuando docentes y normalistas destrozaron las sedes estatales de PRI, PRD, PAN y Movimiento Ciudadano (MC) en repudio por el rechazo del Congreso estatal a la iniciativa de reforma educativa planteada por los cetegistas.

Por la noche, en la sede de la CETEG se llevaba a cabo una asamblea para definir el rumbo inmediato de las acciones del MPG.

Al maestro con cariño
Adolfo Sánchez Rebolledo

La idea ampliamente difundida de que todo el problema de la enseñanza nacional tiene su origen en el dominio del sindicato sobre el aparato educativo, lejos de cuestionar la naturaleza antidemocrática del SNTE, se aprovechó en sentido contrario para identificar a los maestros como la causa obvia, automática, de las deficiencias de toda la enseñanza, y a su organización, el sindicato, como un elemento extraño, ajeno por completo a la práctica vocacional del magisterio.

A esta injusta caracterización del maestro contribuyeron las declaraciones interesadas de algunos expertos que se rasgaron las vestiduras con las pruebas aplicadas a los alumnos, pero también, justo es decirlo, a la defensa a ultranza de insostenibles conquistas laborales que ninguna ley podría proteger, como la herencia de plazas. Reconocida la profundidad del desastre educativo, vimos en los últimos tiempos cómo en lugar de propiciarse un verdadero debate nacional, cuidadoso e incluyente, en torno a los objetivos de la educación que necesitamos, se abrió paso una interpretación simplificadora promovida por importantes grupos privados, amparados bajo el paraguas mediático de los poderes fácticos, en la cual se hace creer que bastaría con expulsar de las aulas –y de la plantilla laboral– a los maestros incompetentes, a los flojos o revoltosos, para limpiar el terreno y acceder a niveles del primer mundo en calidad de la enseñanza. Así, junto con la campaña a favor de la evaluación necesaria (irrecusable en cualquier servicio público) se conjugó otra cuyo objetivo (alcanzado en parte) era –y es– devaluar a los maestros para culparlos unilateralmente del desastre de la educación nacional. Más adelante, consumada la defenestración de la lideresa vitalicia del SNTE por sus desacuerdos con el nuevo gobierno, se dio a entender que el camino para la reforma ya estaba despejado y sólo se trataba de armar el rompecabezas legislativo para asegurar en la Constitución los principios que adquirirán sentido al aprobarse las leyes secundarias. Y, en efecto, el SNTE hizo mutis para que todo siguiera igual.

Mientras, en la estela del problema magisterial iban quedando huellas de cada uno de los pasos dados hasta llegar aquí. Los encargados de promover la reforma constitucional se abstuvieron de aclarar hasta qué punto la aparente ambigüedad de algunos conceptos no implicaba meter por la puerta falsa el espíritu privatizador que alentó la gestión de Calderón, cuando muchos de los gestos presidenciales se dirigían a reforzar la preferencia ideológica hacia los valores de la escuela particular, creada y multiplicada por entidades privadas y religiosas para oponerse a la enseñanza pública, laica. Uno puede decir que no es eso lo destacable en la reforma constitucional, pero es imposible pedir que no se desconfíe de la buena fe de las autoridades (hasta ayer aliadas con Gordillo) cuando en el pasado reciente se hizo todo lo imaginable para fomentar el temor entre los maestros ante las proclamadas dudas sobre la vigencia de sus derechos laborales, sobre todo entre aquellos que viven y trabajan cotidianamente allí donde el desastre pedagógico y material es más visible, esto es, en las zonas críticas de la pobreza y la marginación, que son las mismas donde la protesta magisterial adquiere visos alarmantes de conflictividad y donde hablar de privilegios en relación con la masa magisterial es una leyenda obscena.

Sin embargo, es notable el silencio amenazador de la autoridad, incapaz de atender una problemática que se le escapa peligrosamente de las manos. Después de varias semanas de duras y reprochables confrontaciones, además de condenar los actos irreflexivos de violencia en la Autopista del Sol y en los locales de los partidos, ¿no sería adecuado, junto con las exigencia de tolerancia y respeto hacia los demás, que el secretario de Educación, tan proclive a las grandes frases, intentara diluir con argumentos convincentes la idea de que detrás de la reforma hay una conspiración contra la gratuidad de la enseñanza, los derechos de los maestros y el cuidado de los educandos? ¿O es que está en el cálculo político la esperanza de que la disidencia se vea destruida a sí misma por la acción de los aventureros y provocadores que reaparecen puntualmente?

La reforma educativa pondrá en manos del Estado mejores instrumentos para recuperar la rectoría del Estado que éste había perdido, y no sólo a manos del SNTE, pero ninguna transformación de la escuela pública a mediano plazo podrá realizarse sin el concurso activo de los maestros. Lo peor que puede pasarle a la sociedad mexicana es que se dé crédito a las visiones clasistas y discriminatorias que desprecian a los profesores que viven y trabajan en las regiones más empobrecidas de México. Debería ser lo contrario: sus voces tienen que escucharse y ser atendidas, antes de que la vorágine del conflicto acabe con la esperanza. Esa es la única defensa contra las provocaciones en la grave situación actual.

No está de más recordar que la enseñanza entró en crisis cuando los grandes valores de la reforma social desaparecieron de la vida pública: el magisterio, que llevó sobre sus hombros buena parte de la responsabilidad por la socialización del cambio en México, fue desplazado ignominiosamente con la represión contra el movimiento de Othón Salazar, en 1958. El gobierno abandonó la alianza con el magisterio, dejó de lado toda idea de futuro en la educación básica y se conformó con llenar las estadísticas a cualquier precio. El sindicalismo más corrupto se eternizó como simple instrumento del poder. Hoy, cuando la necesidad de salvar a la educación consiste en elevar significativamente su calidad, urge que los trabajadores de la enseñanza en todos los niveles sean considerados sujetos activos de la reforma estratégica, no simples empleados al servicio de un ente burocrático sin ideas propias. Y eso exige democracia interna en sus organizaciones, deliberación efectiva y responsabilidad social. (La Jornada)

Diálogo, entre universitarios
José Narro Robles *

Muy buenos días tengan todas y todos ustedes, les agradezco mucho que nos acompañen en esta reunión que pretende fijar una posición, que pretende transmitir un mensaje y que seguramente habrá muchas preguntas que les pido que comprendan que el día de hoy no las voy a responder por muchas razones; la principal es porque estamos haciendo una valoración completa de los hechos, de las afectaciones y demás.

Y quiero empezar diciendo ante ustedes, a través de los medios que ustedes representan y que agradezco la presencia y la cobertura que se da a este mensaje, que hoy es nuevamente uno de esos días complejos para la Universidad Nacional Autónoma de México.

Lo es porque, de una parte, hay la satisfacción de encontrarnos de nueva cuenta en la torre de la rectoría, y de otra, un sentimiento contrastante, un sentimiento de tristeza por los acontecimientos registrados y por algunos de los hechos de los que hemos empezado a tomar nota.

Quiero decir a la comunidad universitaria y a la sociedad mexicana que, por supuesto, de nueva cuenta la Universidad Nacional Autónoma de México ha sido afectada, lo ha sido en su patrimonio, lo ha sido en su imagen y lo ha sido también en los servicios que presta a la sociedad. Esto no podemos ignorarlo, no podemos hacer como que no se hubiera registrado de ninguna manera.

Y de manera muy especial, porque estoy plenamente convencido que los hechos que se registraron no debieron haber sucedido. No es la violencia, no es el camino de la toma de instalaciones y la afectación de la normalidad universitaria, la forma de plantear una diferencia, la manera de expresar un desacuerdo, el mecanismo para hacer notar una protesta o un desacuerdo.

Y más cuando hay todos los canales, todas las fórmulas en la universidad para poder atender, conocer, registrar y resolver esas diferencias, resolver esos diferendos.

Ni el plan de estudios, que no existe, el que existe es el que está en vigor en el caso del Colegio de Ciencias y Humanidades, ni el proceso que a lo largo de más de un año ha conducido el consejo técnico del Colegio de Ciencias y Humanidades, son razón justificada para esta condición.

Lo que, desafortunadamente, ha estado presente son acciones violentas, es la afectación a la integridad de universitarios lo que nos ha conducido al punto en que nos encontrábamos hasta el día de ayer.

Para los universitarios y para una sociedad civilizada que se precie de serlo, la violencia es precisamente la antítesis de los valores que se cultivan en esta casa de estudios. Afortunadamente, los hechos nos demuestran que la inteligencia, que la prudencia, son formas y mecanismos que tienen que actuar para enfrentarse a la cerrazón y a la intransigencia.

Quiero decirles que tengo la convicción de que en esta institución todos los días se reciben lecciones, ésa es parte de la razón de ser de la universidad; nuestros estudiantes vienen a formarse, vienen a recibir lecciones que a veces se dan a la manera de contenidos, de información, de métodos, de técnicas, de apreciaciones y en algunas otras oportunidades se dan esas lecciones.

En esta casa de estudios hemos estado acostumbrados permanentemente a aprender, aprender incluso de nuestros problemas. Por eso digo dentro de estos matices que se registran en un día como hoy, cuando regresamos a estas instalaciones, cuando quienes indebidamente las ocupaban las han desalojado, que tenemos que sacar lecciones de esta situación, de este problema.

Ayer por la madrugada, los estudiantes que tenían tomada la torre de rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México decidieron liberar las instalaciones y durante la mañana salieron del edificioFoto Jesús Villaseca
Que tenemos que transmitirle a la comunidad universitaria, a nuestros alumnos, trabajadores, académicos y trabajadores administrativos, lecciones a favor del diálogo, de la prudencia, de la inteligencia, del uso de la razón.

Creo que para nuestro país en un momento como en el que se vive, en el que nadie puede ignorar el estado de incomodidad y la problemática que afecta a núcleos muy importantes de nuestra sociedad, debe también ser importante entender que en una sociedad tan plural como la mexicana, que en una comunidad tan plural como la universitaria, hay formas diferentes a las tradicionales para resolver problemas, para sacar adelante la solución de conflictos y para aprender de esas condiciones.

Quiero dejar claramente establecido que en ningún momento se ha tratado de judicializar y menos de criminalizar la protesta que, por supuesto, las autoridades universitarias, el rector, la rectoría a mi encargo, lo que hemos hecho es denunciar la violencia, es exigir con firmeza y con respeto la reintegración de las instalaciones, la desocupación de la torre de la rectoría y sancionar, por supuesto, a quienes cometieron, previamente a cualquier planteamiento de orden académico, conductas que son impropias, inadecuadas de un universitario.

Quienes optan por la vía violenta están contraviniendo el orden y los principios de la universidad; quienes ejercen la fuerza como sustituto de la razón se equivocan y transmiten una imagen que no es de ninguna manera la que la inmensa mayoría de los integrantes de esta universidad hoy y siempre han expresado y han mantenido.

Todos, absolutamente todos, tenemos que aprender de lo que ha acontecido. Todos, absolutamente todos, deberemos trabajar para fortalecer la unidad de nuestra comunidad, la integridad de la institución a la que orgullosamente pertenecemos y que le presta servicios invaluables a nuestro país.

Me congratulo que quienes ocuparon indebidamente estas instalaciones las hayan desalojado. Digo y sostengo que veremos hacia delante; digo y sostengo que lo que ya hicimos ahí está en el registro y que el rector de la universidad, un servidor, sabrá dar cuenta a la comunidad y a nuestra comunidad de los actos que tuvimos.

Pero, al mismo tiempo, entiendo con claridad que tenemos que ver hacia adelante, que si lo que se ha pedido es diálogo, diálogo tiene que haber, pero un diálogo de universitarios. Diálogo entre gente identificada, un diálogo donde prevalezca el argumento, la información y el más amplio debate al respecto de los asuntos que preocupan, en este caso respecto del plan de estudios del Colegio de Ciencias y Humanidades.

La rectoría a mi cargo ha tratado, y la valoración no me toca hacerla a mí, de actuar con apego a la normatividad, con apego a los principios de la universidad y, al mismo tiempo, agotando las vías institucionales, como lo dije desde el primer momento, ejerciendo el sentido de la universidad, haciendo uso de la inteligencia, de esos principios y de la prudencia para evitar situaciones más complejas, ése es el mensaje que quiero transmitir el día de hoy, y reitero frente a ustedes mi agradecimiento por ayudarnos a que alcance a los universitarios y al resto de nuestra sociedad.

Buenas tardes y muchas gracias.

* Mensaje del rector José Narro Robles en torno al desalojo de la torre de rectoría.

Mayo 1º de 2013

Piden maestros a la SEP pago completo de su retiro voluntario
Georgina Saldierna

Profesores jubilados de diversos estados del país protestaron ayer frente a la Secretaria de Educación Pública (SEP) porque no se les ha completado el pago de su retiro voluntario. Los docentes optaron por esta opción en 2010, pero fue hasta 2011 cuando se les dio un pago parcial por su retiro y se les debe el resto, razón por la que realizaron ayer un mitin en los dos principales accesos de la SEP, ubicados en las calles de Brasil y Argentina. Los jubilados con 34, 40 y 50 años de servicio, provenían de Oaxaca, Michoacan, Guerrero, México y el Distrito Federal, pero en todo el país existen casos similares, informó Domingo López Medina, al puntualizar que los afectados son maestros de todos los niveles, esto es, desde primaria hasta el bachillerato tecnológico. (La Jornada)

Protestas magisteriales ahogan demandas obreras este 1 de mayo
LA REDACCIÓN

MÉXICO, D.F. (apro).- Los actos conmemorativos del Día del Trabajo estuvieron marcados por la violencia, sobre todo en plazas importantes como el Distrito Federal, Guerrero, Oaxaca, con fuerte presencia del magisterio disidente y grupos extremistas.

Las reivindicaciones laborales fueron ahogadas esta vez por las  protestas contra la reforma educativa impulsada por el gobierno de Enrique Peña Nieto.

Los trabajadores no fueron en esta ocasión los únicos protagonistas. El magisterio disidente, grupos extremistas, organizaciones estudiantiles marcharon por su cuenta para hacer sentir su irritación.

El México bronco salió, en suma, a la calle.

En Oaxaca, por ejemplo, se reportó la detención de 32 jóvenes por ocasionar destrozos en sucursales bancarias,  restaurantes de comida rápida y edificios públicos.

La violencia también estuvo presente: un policía resultó golpeado y un civil cayó al suelo herido de bala.

En la Avenida Juárez se suscitó un enfrentamiento entre la policía estatal y municipal y un grupo de anarco-punks, así como del Frente Popular Revolucionario que causaron destrozos en algunos comercios.

Los hechos ocurrieron alrededor de las 12:35 horas cuando un numeroso grupo de jóvenes embozados, realizaron pintas y actos vandálicos en establecimientos comerciales, sucursales bancarias y edificaciones diversas sobre la Avenida Niños Héroes de Chapultepec esquina con Avenida Juárez, del Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca.

Según reportes oficiales, el grupo de jóvenes encapuchados agredió al policía vial municipal Sergio Aguilar Castellanos, provocándole golpes contusos.

Durante los disturbios, elementos de la Policía Municipal realizaron disparos de arma de fuego al aire, para disuadir un violento ataque perpetrado por los anarco-punks, quienes agredieron a los efectivos policiales, utilizando rocas como proyectil.

En Xalapa, Veracruz, el gobernador Javier Duarte encabezó el desfile oficial, aunque se retiró antes de que terminara para trasladarse a otros municipios.

Durante el desfile, integrantes del sindicato democrático de Trabajadores de la Educación demandaron al gobierno de Duarte que regularice el adeudo de 3 mil 500 millones con el Instituto de Pensiones. La falta de fondos, dijeron, está generando problemas de solvencia al IPE.

Rigoberto Vera González, secretario general de la delegación número 6 se quejó de que están detenidos los préstamos y hay retraso en el pago a los pensionados y jubilados.

Los docentes optaron por lanzar consignas en contra del gobierno de Enrique Peña Nieto: “si quieren evaluar; por Peña hay que empezar, maestro callado, seguro diputado y voto de castigo para el PRI”.

Las protestas y cartulinas de repudio a la Reforma Laboral y Telecomunicaciones, así como de quejas por el salario mínimo prevalecieron en toda la duración del desfile del 1 de mayo.

En Durango, una manifestación de maestros disidentes provocó la suspensión de la marcha obrera que cada año se realiza en esta ciudad con motivo del Día del Trabajo.

El grupo de aproximadamente 400 mentores rebasó la valla de seguridad instalada frente al antiguo Palacio de Gobierno, donde las autoridades instalaron un templete, y lanzaron consignas contra las reformas educativa y laboral.

En ese momento, policías locales y personal de custodia de funcionarios estatales y municipales, quienes se dieron cita en el lugar para presenciar la marcha oficial, formaron un círculo para resguardarlos, mientras el gobernador Jorge Herrera Caldera, líderes obreros y otros funcionarios ingresaron al recinto aledaño para protegerse.

Minutos después de que los funcionarios públicos ingresaron al viejo Palacio de Gobierno, actualmente habilitado como museo, el secretario del Trabajo, Miguel Olvera Escalera, anunció la suspensión oficial de la marcha cívica.

En entrevista, el funcionario estatal consideró que no había condiciones de seguridad para que la marcha se realizara, debido a la intervención del “movimiento radical de maestros”.

No obstante, varios contingentes –de un total de 20 mil asistentes a la marcha– continuaron la ruta prestablecida sin que se presentaran roces con los profesores.

En Quintana Roo, el desfile del Día del Trabajo se convirtió en una manifestación contra el gobernador Roberto Borge.

Y es que maestros de Chetumal y Cancún aprovecharon esta conmemoración para reclamarle al mandatario el presunto desvío de unos 100 millones de pesos del pago de sus cuotas del Fovissste.

“Mi Gobernador No cumple. No está comprometido contigo”, decía una de las mantas que portaban maestros del Sindicato del Colegio de Bachilleres de Quintana Roo.

Los maestros marcharon a pesar  de la indicación en contrario que dio el secretario general de la Sección XXV del SNTE, Rafael González Sabido, cuya cabeza fue demandada en la marcha.

En Chetumal, en donde el gobernador presenció el desfile, hubo un connato de enfrentamiento entre maestros y la policía. La situación no pasó a mayores.

En Campeche, artesanos indígenas del grupo Rescatando Nuestras Raíces Culturales Moch Cohuó y del Frente Campesino Independiente Emiliano Zapata (Freciez), fueron reprimidos por la fuerza pública al intentar sumarse al desfile oficial del Día del Trabajo.

El grupo pretendía protestar en el desfile contra las autoridades porque se les ha negado el permiso de vender sus productos en el primer cuadro de la ciudad con el argumento de que ponen en riesgo el estatus de Patrimonio Cultural de la Humanidad que tiene la ciudad.

Liderados por Maricruz Pool Moo y Luis Antonio Che Cu, respectivamente, el pequeño contingente, compuesto en su mayoría por mujeres y ancianos, solicitó a los organizadores del evento se les permitiera participar y aunque se les dijo que ellos cerrarían el desfile, mientras esperaban su turno para salir fueron acorralados por cadetes de la Policía Estatal Preventiva desplegados para impedirles avanzar.

Aunque unos metros adelante fueron apostados más agentes de la misma corporación y policías antimotines para reforzar la barrera de contención, los artesanos, pese a que forcejearon con los cadetes tratando de quitarles las vallas,  no lograron romper el primer cerco en el que fueron entrampados.

Un par de turistas quedaron accidentalmente atrapados en el cerco.

La situación se tensó cuando Pool Moo, logró trepar al toldo de una camioneta de la PEP, para denunciar a gritos la represión. Fue sometida por una agente y una cadete, que lograron bajar esposada a la mujer. Fue liberada en cuanto terminó el evento y las autoridades abandonaron el área.

Trabajadores que terminaban de desfilar y atestiguaron el conflicto exigieron a los uniformados entre arengas y rechiflas que dejaran a los artesanos manifestarse en el desfile, pero no cedieron.

El incidente se suscitó en la calle 51 entre 10 y 12 del centro histórico y no pasó del conato de reyerta.

Al término del desfile, los artesanos marcharon por la calle 10 para retirarse.

Che Cu advirtió que denunciarán en instancias nacionales esta “represión que es además inconstitucional, porque nos impidieron el derecho a manifestarnos, y esto sólo obedece a la política de exclusión y marginación que se da en Campeche y es posible seguirlo permitiendo. Nos secuestraron”.

“Nada más querían que pasaran los que iban a aplaudir y con mantas de agradecimiento. Nos dijeron que seríamos el último contingente y nos secuestraron. Esto es inconstitucional, violaron nuestro derecho a la libre manifestación, peor aún el 1 de mayo, que es lo más grave”.

El subdirector de la PEP, Víctor Aguilar, dijo que con los artesanos sólo se aplicó “una táctica de contención y no hubo agresión ni se violentaron los derechos humanos” porque “no estaba contemplada su participación en el desfile”.

En el desfile tampoco participó el gremio magisterial en protesta por la reforma educativa. (Con información de Pedro Matías, Noé Zavaleta, Luis Lozano, Sergio Caballero, Rosa Santana). (Proceso)