La
Medusa Sindical
Horacio Erik Avilés Martínez/
La mitológica Medusa, palabra que significa
“guardiana” ó “protectora” es arquetipo inspirador de terror. A la par que
realizaba custodia y protección simbolizaba la ira femenina. Medusa tenía
serpientes en lugar de cabellos y cualquiera que la mirase a los ojos quedaba
petrificado. Inicialmente fue una mujer hermosa que devino en terrorífica e
iracunda cuando fue violentada por el señor de los mares, Poseidón. Solamente
la espada de Perseo puso fin a su existencia, utilizando su cabeza para
protegerse y destruir a sus enemigos.
Sin duda, el sindicalismo magisterial tiene su
propia Medusa, que ha superado al mito, ya que ha sabido enseñorearse en el
otrora feudo de Carlos Jonguitud Barrios, custodiándolo fieramente mediante
toda suerte de argucias, no habiendo hasta ahora al interior del mismo quien se
haya atrevido a desafiarle. Incluso ha habido amenazas externas de quienes han
tratado de hacer rodar su cabeza y abrirse camino con ella en manos. Ello no
les ha valido sino la petrificación de sus carreras políticas.
Una gran cantidad de marrullerías fueron puestas en
práctica en el congreso nacional del SNTE realizado la semana pasada. El oficio
político de la lideresa y su capacidad operativa se mostró a tal grado que
ninguno de los 3 mil 287 delegados acreditados se atrevió a votar en su contra,
so pena de quedar petrificados en su carrera sindical. Un ejemplo de ello
ocurre con el descenso en la escalinata de Rafael Ochoa, quien ha sido relegado
en la corte.
El cambio de sede de Rosarito a Playa del Carmen
era predecible, ante lo cual el michoacano Artemio Ortiz escasamente pudo
reunir una veintena de militantes para intentar tímidamente aproximarse al
congreso, mostrando la enorme desproporción del SNTE respecto a la CNTE.
Previamente, la caravana terrestre que intentaron enviar fue por demás
deslucida y torpe, con apenas 73 integrantes, a quienes alejaron 3 mil
kilómetros del evento. Después de que en Michoacán se envió a los militantes de
la CNTE a protestar a Huandacareo mientras se realizaba el congreso del SNTE en
Hacienda Cantalagua, haber caído en la misma treta brinda al menos un par de
opciones:
a) El
desconocimiento total del arte de la guerra de parte de la CNTE, demostrando
nula capacidad de aprendizaje de las tácticas del SNTE.
b) Una
llana simulación de protesta, sin ánimos más que de demostrar que todos los
hilos del sindicalismo magisterial están en la misma mano; que todos los
cabellos de la Medusa, aunque aparentan ser confrontantes entre sí, tienen
raíces en una misma cabeza omnisciente.
La dueña del SNTE, a pesar de lo despectivo de su
fraseología, demuestra que no es sirvienta, sino ama y señora de la casa, ya
que ella sabe el precio justo de la conciencia de tres millares y medio de
delegados, a quienes pagó hasta el último centavo de las reminiscencias de
valor cívico y moral que su voto alguna vez poseyó, para poder ser vitoreada a
rabiar. Esto consistió en vacaciones playeras y una laptop para cada uno a
cambio de 6 mil 500 millones de pesos en cuotas sindicales durante 6 años.
Sin embargo, es esperanzador que a pesar del
contexto haya cientos de miles de maestros de base trabajando por vocación. Es
desalentador que entre los miles de comisionados, tanto en el SNTE como en la
CNTE, existen muchos que verdaderamente crean que marchando ó calentando una
silla sindical están haciendo lucha social, gestoría y hasta innovación
educativa, revueltos entre muchos francamente cínicos.
Si algún motivo biológico o el hartazgo no lo
impiden, en 2018 contará el magisterio con la lideresa más enquistada en la de
por sí esclerótica historia del SNTE, donde solamente han existido tres líderes
desde 1949:
Jesús Robles
Martínez, quien duró 23 años al frente, Carlos Jonguitud Barrios sumó 26 y
acumulándose antigüedad en el actual patronazgo desde el 24 de abril de 1989 a
la fecha.
En este juego de suma cero, mientras algunas
opulentas lideresas se deslindan de ser servidumbre, con la pésima influencia
hacia la educación mexicana condenan de facto a legiones a serlo, ya sea en
nuestra nación o en el extranjero, debido al enorme lastre que imponen al
sistema educativo decenas de miles de comisionados, quienes verdaderamente se
han convertido en servidumbre y rémora electorera, encabezando un
seudosindicalismo mercantilista y fementido.
La Medusa petrificó el avance de la educación
mexicana, rehuyendo adicionalmente a presentar propuestas educativas, bajo
pretexto de esperar a que sea el presidente electo quien realice la primera
jugada. Este absurdo cobra mayor dimensión sabiendo que hay verdaderos expertos
en educación cobrando en el SNTE. En lugar de convertirlos en intelectuales
orgánicos podrían haberse aprovechado, porque durante 23 años la única
innovación que ha demostrado el SNTE es en el método de relección de su
lideresa.
En el ocaso de su tiempo biológico, cual dictador
de novela de Luis Spota, piensa en la posteridad, sabe que de las tres Gorgonas
es la única mortal. Por ello construirá su “Ciudad de la Innovación”,
edificación con la que pretende trascender a su momento vital y sindical. La
militancia de la SNTE ha permitido que la Medusa acicale sus cabellos y los
remplace como si de pelucas se tratara, mostrando el signo de nuestros tiempos
magisteriales. Publicado en Quadratín
Comentarios: eaviles@mexicanosprimero.org y
Twitter: @Erik_Aviles