Universidades
patituertas: la UV y la UPAV
Gino Raúl De Gasperín Gasperín
Dos comunicados aparecidos en este mismo medio dan cuenta
de las deficiencias, graves deficiencias, que tienen dos universidades
estatales y “autónomas” (aunque sea de nombre): la Veracruzana y la “Popular”
Veracruzana.
Por lo que hace a la UV, los cuestionamientos que han
hecho los estudiantes al propio Rector han evidenciado que existe un impresionante
deterioro en la vida académica de lo que solíase llamar el “alma mater”
veracruzana. Desde laboratorios sin equipamiento o con materiales e
instalaciones anticuadas, obsoletas, en una palabra, inútiles, hasta los
ostentosos e injustificables gastos para sostener actividades o equipos
deportivos que en nada favorecen la vida y la preparación universitaria, sea
académica o de cualquier índole. ¿O es que es muy importante el equipo de los
Halcones para la formación profesional y humana de un muchacho como médico o
contador? ¿No sería más conveniente invertir esos millones de pesos en el
equipamiento de los laboratorios de biología, de ingeniería, de odontología, de
antropología (en donde, por cierto, los alumnos siguen usando el mismo
vejestorio de teodolito que usaron sus maestros, ya a punto de jubilación,
cuando fueron estudiantes), etc., etc.
El señor Arias Lovillo, que se fue de picada en su
segundo periodo rectoril y ahora quiere preparar a su sucesor –¿ya estará
pactado?-, al tiempo que busca la plataforma que lo impulse a la SEV o alguna
otra cosilla por ahí, ha hecho muchas denuncias de las universidades “patito” o
“ninis”: que no cumplen su obligación social, ni como transmisoras de
conocimientos, ni como impulsoras del desarrollo, ni como formadoras de
profesionales académica y humanamente bien habilitados para servir a su
comunidad. Aunque él diga que el término “nini” es discriminativo, más lo es la
práctica de malgastar el presupuesto institucional en promociones personales o
en actividades de relumbrón y ornato (incluyendo sus “doctorados honoris
causa”) cuando lo que hace falta es convertir a la universidad en un centro de
altos estudios, con investigaciones serias y productivas, con innovación
tecnológica, con liderazgo social y académico. ¿Dónde quedó y en qué edición va
el famoso MEIF que, a falta de evaluación institucional, la está haciendo el
sindicato? ¿Cuántos cursos remediales, hechos al vapor y aprobados al troche
moche, se han tenido que improvisar para tapar la falta de orientación y
asesoramiento a los alumnos que tienen “atravesadas” materias del currículo?
¿Dónde quedó el Programa Aula? ¿Cómo quedaron los programas de estudios basados
en competencias? ¿Dónde están los perfiles de ingreso y egreso de los
estudiantes en las diferentes carreras? Pero no los “refritos”, sino los que
responden al nuevo diseño, al proyecto Bolonia. ¿O es que ya quedó
perfectamente demostrado que ese modelo no es viable y por lo tanto, “si vamos
a hacer las cosas peor, mejor las seguimos haciendo mal”? Y una última
pregunta: ¿no merece la Universidad Veracruzana un Rector verdaderamente líder,
académico, innovador? ¿O es que una universidad provinciana no cuenta con
candidatos idóneos?
Sin duda, lo que hace falta es sacudir el panal, que
salgan los abejorros y los zánganos, y que los maestros y alumnos de verdad no
se dejen seducir por el canto de las promesas y las prebendas, y su conciencia
universitaria les motive a buscar a quien verdaderamente se comprometa con un
proyecto que impulse a la institución a los niveles que debe tener, y que ellos
y la sociedad se merecen.
Un lector de este diario lo dice todo con este dato: “En
los primeros días de octubre, en Londres se dio a conocer el ranking de las 400
mejores universidades del mundo. El reporte señala que a pesar de que Brasil es
la sexta economía del mundo y México la decimocuarta, no existe una sola
Universidad latinoamericana entre las primeras 100 mejores universidades, y
sólo 4 universidades aparecen entre las primeras 400 mejores del mundo”. Y
añade: “Hasta este momento la UV no se ha convertido en la líder de todas las
universidades e instituciones educativas de Veracruz. Tal vez supone que lo
es”.
Punto y aparte es el asunto de la UPAV, cuyos alumnos ya
están sufriendo las mismas irregularidades que tuvo su antecesora, en el IVEA:
no hay reconocimiento de validez de sus estudios, pagos onerosos de los
estudiantes, etc. Así lo informa este diario: “Los alumnos de Administración de
Empresas señalaron que han solicitado trabajo en las propias instituciones de
Gobierno como la SEV y no les quieren validar sus estudios, les dicen que mejor
estudien una carrera técnica. ‘Todos estos casos ya nos preocuparon porque no
nos dan trabajo o ni siquiera hacer el servicio, entonces sí es preocupante que
nos digan que es mejor una carrera técnica que estudiar licenciatura en la UPAV
porque no tiene validez”. “Los estudiantes de enfermería acusaron que no
cuentan con instalaciones necesarias para las prácticas propias de su área de
estudio. En el caso de los egresados de enfermería de Nogales, dijeron que no
los contratan en la Secretaría de Salud ni en ningún instituto porque no tienen
un documento que acredite la validez de sus estudios”. (Alcalorpolítico,
10/10/2012).
Pero, ¿qué tal el “doctorado” a la señora Micha?
Ya lo habíamos señalado en artículo anterior: se crean
instituciones sobre las rodillas, sin programación ni seriedad, cuando las que
ya existen andan patituertas. Bien dice el refrán: el hombre es el único animal
que tropieza dos veces con la misma piedra.
La UPAV ya volvió a tropezar; ahora esperamos que la UV
no haga lo mismo con su nuevo Rector. grdgg@live.com.mx Publicado en
alcalorpolítico.com
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