El descontón de la
maestra al PRI
Francisco
Garfias
Sorpresa
mayúscula. La senadora del Panal, Mónica Arriola, hija de la maestra Elba Esther
Gordillo, se sumó anoche a los senadores del PAN y el PRD y votó a favor de que
el tema de la democratización de los sindicatos fuera reincorporado a la
reforma laboral.
Le
ganaron al PRI y a sus incondicionales del Verde 67-61. No hay duda de que Mónica
recibió “línea” de su progenitora. El voto de la senadora de Nueva Alianza pone
en serias dificultades al tricolor y “al que andaba en Europa”.
La minuta
regresa a San Lázaro, cámara de origen. Si los 11 diputados del Panal, que
originalmente votaron contra la democracia sindical, siguen el ejemplo de la
senadora Arriola —lo contrario sería una incongruencia—, el PRI tendrá
dificultades para “tumbar” nuevamente los polémicos artículos. No le alcanza
para lograr la mayoría requerida en San Lázaro. ¿Tan mal andarán las relaciones
que Elba prefiere aparentemente el autogol? Es pregunta. A los diputados del
tricolor, que coordina Manlio Fabio Beltrones, no les va a quedar otra que
sumarse a la democracia sindical o verse derrotados en la defensa de lo indefendible.
Algo es algo. El PRI aceptó sumarse a la
transparencia en los sindicatos. Las críticas en los medios y las fuertes
presiones de sus opositores lo llevaron a proponer, por conducto del senador
jalisciense Arturo Zamora, la adición al artículo 364 bis de la Ley Federal del
Trabajo que a la letra dice: “Los sindicatos deberán observar los principios de
legalidad, transparencia, certeza, gratuidad, inmediatez, equidad,
imparcialidad y respeto a la libertad, autonomía y democracia sindical”, punto
que fue aprobado por unanimidad, es decir, por los 128 senadores.
Eso
incluye a Carlos Romero Deschamps, sindicato petrolero; Armando Neyra, CTM;
Isaías González, de la CROC, y a la mencionada Mónica Arriola. Es un paso
adelante. Hay que reconocerlo.
Al que tampoco le alcanzó fue a Gerardo
Fernández Noroña. Convocó multitudes al sentón alrededor del Senado, a partir
de las seis de la mañana, para protestar contra la reforma laboral. No tardó
mucho en darse cuenta de la falta de respuesta. Levantó el sentón antes de que
el pleno camaral iniciara la discusión de la reforma.
El ex
diputado del PT no ocultó su decepción. En su cuenta de Twitter la emprendió
contra los jóvenes que prefirieron irse a clase, a su trabajo o a dormir un
poco más, a pesar de lo que él considera un atropello en su contra. “Mal, muy
mal”, se quejó. En otro mensaje reconoció que la gente no respondió a su
llamado. “Ni modo”, escribió, resignado.
Fausto Vallejo apenas ocultó su irritación con
el GDF. “Es parte de la impunidad”, nos dijo el gobernador de Michoacán, cuando
le preguntamos sobre la ocupación de la
casa que alberga la representación del estado de Michoacán en la Ciudad de
México.
Al filo
del mediodía, un grupo de 25 encapuchados, armados con chacos, tomó por asalto
el inmueble ubicado en la calle de Kansas, colonia Nápoles, para exigir la
liberación de los ocho normalistas detenidos en la entidad por motín, sedición,
robo y daño doloso. Fueron identificados como integrantes de la Federación de
Estudiantes Socialistas y Campesinos.
“Es un
acto de cobardía, sin justificación. En la representación había cinco o seis
mujeres en el momento de la ocupación”, protestó el mandatario priista. Los
empleados fueron desalojados por los encapuchados que ingresaron con rudeza en
la Casa de Michoacán. Dentro sólo quedó Nancy Cárdenas Meza, representante del
estado, y uno de sus asesores. Los ocupantes permanecieron allí casi cuatro
horas y se retiraron. El gobernador nos adelantó que va a proceder legalmente
en contra de quien resulte responsable del vandálico acto: “No podemos dejar
eso en el aire”.
Aprovechamos
para preguntarle sobre su supuesta enfermedad. En algunas columnas ya hasta
manejan su próxima renuncia por motivos de salud. Para nada. Vallejo tuvo
faringitis. Se le juntó con lo de una hernia. Lo atendieron en Médica Sur. Nada
serio. “En tres días estaba fuera”, presume el michoacano. Desarrolla sus
actividades normalmente, a pesar de lo cargado de su agenda.
En la República de Armenia no les gustó nadita
que se erigiera una estatua al dictador de Azerbaiyán, Heydar Aliyev, en pleno
Paseo de la Reforma. Tampoco el pronunciamiento que el Senado hizo, en la
legislatura pasada, sobre el conflicto armado en la región de Nagorno–Karabaj,
que opone a estas dos naciones y que ha obligado a un millón de personas a
abandonar sus hogares.
Al
senador potosino Teófilo Torres Corzo, presidente de la Comisión Asia-Pacífico,
le tocó pegar los platos rotos por la anterior legislatura. Ayer recibió en la
Cámara alta al ministro armenio de relaciones exteriores, Edward Nalbandian, y
al embajador de ese país, Tatoul Markarian.
Los
visitantes no hicieron alusión a la estatua. No era esa la ventanilla. Teófilo,
sin embargo, les hizo llegar un mensaje que los dejó “satisfechos”. Les dijo
que la Cámara de Senadores hace votos para que las dos naciones, con respeto
irrestricto a las soberanías, encuentren una solución definitiva al conflicto,
por la vía pacífica. Publicado en Excélsior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario