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viernes, 26 de octubre de 2012


Demandan modificaciones en la distribución del gasto educativo
KARLA GARDUÑO

Lograr las metas de acceso y mejoramiento en la calidad requiere de mayor y mejor inversión y de una revisión del marco de financiamiento vigente, señaló Claudia Uribe, especialista en educación del Banco Interamericano de Desarrollo, destacó los retos que enfrenta el nuevo sexenio en materia de financiamiento.

En la mesa dedicada al financiamiento educativo dentro del coloquio “Renovar el federalismo”, organizado por el CIDE y la SEP, la especialista colombiana señaló que México tiene grandes desafíos en materia de calidad, equidad y cobertura que mantienen un rezago educativo muy alto.

Uribe destacó que México debe hacer un esfuerzo mayor que otros países para atender a la población en edad escolar por la cantidad de población y la edad de la misma. Además, la obligatoriedad de la educación media superior, la presión por aumentar la educación superior, la demanda por mejorar la calidad educativa y la propuesta de las escuelas de tiempo completo implican retos que en el futuro cercano hay que enfrentar.

México invierte por alumno de educación básica un menor porcentaje del PIB per cápita que el promedio de los países de la OCDE, y es que la mayor parte de los recursos se están dedicando a pago de maestros y servicios, dejando de lado la inversión en calidad, destacó la colombiana.

Horacio Sobarzo, académico de El Colegio de México, destacó que los países que han transitado por una mejor federalización son aquellos que han descentralizado la recaudación y no sólo el gasto educativo.

De 1980 a 2006 las participaciones a los estados han crecido 188.9 por ciento. Es decir, los estados han ganado mucho en la capacidad del gasto educativo.

“Si la descentralización abarca también el ámbito de la recaudación, los impactos del gasto público en general son mas favorables al crecimiento económico”, dijo.

El tema educativo es una muestra de que la descentralización en México no ha sido efectiva, porque no hay manera de generar recursos propios para la educación.

Para ello es necesario modificar mecanismos, de manera que los estados tengan mayor autonomía para recaudar recursos propios.

Liv Lafontaine, del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, presentó los hallazgos de la evaluación al ramo 33 realizados por el Coneval.

El FAEB, destinado a la educación básica, así como la educación especial y la formación de maestros, significa más del 60 % del ramo 33, y ha crecido consistentemente en los últimos años (76% desde su creación en 1998).

Sin embargo, no se observa una relación directa entre la distribución de los recursos y la matrícula, así como tampoco con los resultados de la prueba Enlace, lo cual podría hablar de un criterio de calidad.

Lafontaine destacó que es importante modificar los mecanismos de distribución de recursos para que se haga con criterios de calidad educativa, matrícula o equidad.

Identificar responsabilidades de la federación o los estados también sería deseable para lograr una mejor distribución de recursos, apuntó.

Jorge Mejía Lira, funcionario de la Secretaría de Educación Pública de San Luis Potosí, destacó que otros ramos como el 11 y el 25 también apoyan la educación, pero coincidió en que es necesario modificar los mecanismos de distribución del recurso.

“Si nosotros hacemos un corte tenemos que para 99 o 2003 teníamos un 17% de recursos y en 2004 empezó a decaer hasta el 7%”, dijo.

La fórmula de distribución está afectando de manera recesiva a los estados más marginales, afirmó Mejía.

El funcionario lanzó la afirmación de que no es posible eliminar las cuotas definitivamente en las escuelas, ya que sin ellas muchos planteles no sobrevivirían. Aunque aceptó que no pueden ser obligatorias, ponderó su valor.

También planteó la opción de incluir de mayor manera al sector privado, sin que eso signifique necesariamente cederle planteles.

Dijo que aunque de manera relativa, hay transparencia en los estados, pero de manera simulada porque a veces hay normas que no se pueden cumplir. Como ejemplo puso el caso de los comisionados del SNTE, que según la ley no deben tener goce de sueldo; sin embargo, es una condición que no se da en ningún caso.

Rodolfo de la Torre, académico del CIDE, dijo que aumentos en el gasto educativo no significan un incremento de matrícula o de calidad; son la composición y la distribución del gasto público lo que hay que revisar.

Donde más requerimiento de gasto existe para mejorar la calidad de la educación es donde menos se está invirtiendo, explicó De la Torre. Por ejemplo, si se utilizara el índice de desarrollo humano para distribuir el gasto educativo, sería evidente que el gasto se está aplicando, contrario a lo deseable, para incrementar la desigualdad. Publicado en Educación a debate.

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