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viernes, 9 de noviembre de 2012


Narran la fragilidad humana de Vasconcelos, Rodríguez Lozano…
Juan Carlos Talavera | Cultura   

Mónica Lavín indaga, en la fragilidad humana, los secretos y los quiebres amorosos de personajes como Manuel Rodríguez Lozano, José Vasconcelos, Emilio El Indio Fernández y Miroslava Stern, entre otros, en su libro La casa chica, un mosaico de relatos apoyados en la ficción y la investigación histórica, es decir, sólo son historias privadas posibles.

“En este libro quería asomarse a un México que se nos fue, pero también fisgonear literariamente en esos personajes, en sus secretos y sus amores trágicos o imposibles, justo en los momentos cruciales de sus vidas”. Así que el volumen es una especie de casa que abriga personajes intensos que estaban construyendo una idea de la mexicanidad mientras vivían sus pasiones políticas o artísticas, detalla en entrevista.

Por ejemplo, quería contar el día que ‘El Indio’, ya viejo, sale a caminar mientras se acuerda de la única mujer que nunca tuvo. ¿Pero todo eso en verdad sucedió?, se le pregunta a la autora. “Más bien en este libro me tomo el permiso de fabular y hacer ficción de lo que pudo haber ocurrido a través de los datos que investigué”.

Me gusta saber, por ejemplo, que en la calle de Dulce Olivia –donde caminaba de niña– existe una historia. Es decir, me atrae que las cosas y los objetos que permanecen, “tengan algo detrás de ellos, sobre lo cual es delicioso sospechar, como si fuera un presente-pasado lo suficientemente distinto parea novelarlo y cercano para rozarlo”, expresa.

Esto quiere decir que en este libro, editado por Planeta, la ficción es lo que mueve a los personajes pero apoyados en mucha indagación. “Y aunque estas historias son relatos que pudieron haber crecido como una novela corta, me gustó ponerme en el pellejo de Hilda Kruger, de quien se decía que era una espía alemana”.

Lo más importante es que todos los personajes de esta casa chica son fascinantes por el simple hecho de tener atrevimientos terribles, como Maximino Ávila Camacho y el torero Lorenzo Garza, apodado El ave de las Tempestades. Son personajes que vivieron al límite. Pero además, en todos los relatos hay algo histórico.

EVOCACIÓN. En opinión de Mónica Lavìn, también autora de Yo la peor y Manual para enamorarse, este libro también aporta un retrato de un tiempo, que cronológicamente inicia con José Vasconcelos.

“Retrata el México que se construía emanado de la Revolución y lo rural. Un México que va creando sus propios mitos hasta conseguir la época dorada del cine, el toreo, el beisbol y su glamour”.

Justo en ese momento México era un país que entraba a la modernidad y debía tomar decisiones frente a una Segunda Guerra Mundial. “Ese es un México que me ha interesado explorar porque está lo suficientemente cercano y lejano para plantearme muchas preguntas”, explica.

La casa chica nos ayudan a comprender lo que sucedió en la primera época del siglo XX, nos ilustra sobre las maneras del poder, sus usos y a la vez nos permiten leernos como país e individuos. Sin duda Podemos tener un espejo en estos personajes.

—¿Por qué te interesó particularmente Manuel Rodríguez Lozano?

—Me interesaba por haber estado casado con Nahui Ollín y ser objeto de deseo de Antonieta Rivas Mercado. Así que quise recordar cuando él era homosexual y descubrir una historia trágica en el mundo del arte y cómo se movían estos personajes en ese ambiente.

—¿Por qué explorar el relato largo para estas historias?

—Porque no quería hacer un anecdotario. Quería un reto de forma en cada una de las historias. A eso aspiraba. Todo esta basado en realidades pero las escenas son producto de mi imaginación. En el fondo son historias que quiero conocer. Publicado en Crónica de hoy.

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