Desprecio a la sociedad
Axel
Didriksson*
En
plena discusión sobre las tan ansiadas reformas panistas en materia de trabajo,
recursos fiscales, educación y energéticos, en donde los temas más acuciantes
que se han debatido giran alrededor de la transparencia y la democracia
sindicales, la reforma curricular en las normales rurales, la evaluación de los
maestros, la venta de todo lo que se pueda de la empresa petrolera otrora
nacional (Pemex), la banca y el sistema financiero internacionales, se ha
comenzado a dar lustre a un tipo de régimen que estará sustentado en una
política de desprecio hacia los intereses de la sociedad.
Es por
ello verdaderamente escandalosa la manera en que los líderes sindicales
representativos del “nuevo régimen” se apresuraron a dejar constancia de su
sagacidad, para mantenerse otro sexenio (como ocurrió en los sindicatos del
magisterio y de petroleros) y dar una bofetada brutal a la discusión sobre la
reforma laboral en cierne y decirle a todo el que quiera oírlos que ellos
seguirán gozando de la “transparencia” con la que se les transfieren las
millonarias cuotas sindicales, y de la “legalidad” que manejan a su antojo para
que sus familiares, guaruras, perros y otros de sus allegados sigan gozando
desde el beneficio de un tipo de gobierno que considera a la sociedad como
tarada, igual de ignorante que ellos, o digna de recibir el peor trato de su
desprecio.
Tan
sólo con lo que ha ocurrido en esos sindicatos, el escenario que se perfila da
para proyectar que dos de los sectores que pudieran convertirse en puntales de
un nuevo desarrollo en el país, el educativo y el energético, quedarán en
manos, nuevamente, de intereses particulares que están muy lejos de proponerse
un amplio beneficio público y social.
Por
ejemplo, para la reproducción del peor esquema educativo que se ha vivido en
lustros debido a los manejos corruptos y políticos de las cúpulas del SNTE, de
la mafia gordillista y de sus aliados panistas, metidos ahora a “representantes
populares” en el Congreso de la Unión y con una “renovada dirigencia sindical”,
el fin óptimo será garantizar su creciente poder para el manejo de recursos
millonarios en beneficio de sus grupos en el poder (en este país que tiene el
último lugar en desempeño escolar a nivel primaria, que presenta la más baja
inversión por alumno, que mantiene sin saber leer ni escribir de manera adecuada
a más de 30 millones de mexicanos, que registra la más baja inversión en
investigación científica y que apenas puede contar con 10 universidades de
regular calidad internacional). ¡Extraordinaria demostración y ejemplo para las
nuevas generaciones!
Los
mensajes primarios de la llegada de un gobierno del PRI de corte autoritario
sin remilgos se muestran también en Coahuila, Veracruz, Guerrero, Oaxaca,
Sinaloa y muchos más pueblos y ciudades antes gozosos de su nivel de vida y
seguridad, pero sobre todo en un estado representado por el gobernador Fausto
Vallejo (presa de enfermedades físicas y políticas), en Michoacán. Allí está
reproduciéndose el tipo de discurso mediático que justifica la represión con
absurdos injustificables y mediocres, y con la demostración de que para
gobernar basta con un par de televisoras con locutores(as) que se burlan de
ciertos grupos de la sociedad (para el caso los estudiantes) y hacen sorna de
la represión en su contra.
¿De qué
manera puede justificarse una reforma educativa, como la que se pretende
imponer a sangre y fuego en Michoacán, cuando lo que se propone es ridículo,
pedagógica, didáctica y educativamente hablando? ¿De qué manera se puede creer
que una verdadera reforma educativa en las normales rurales (las que, además,
urgentemente la necesitan) pueda ocurrir con el cambio de un par de materias
(inglés y cómputo) sin que ocurra una mejora en sus instalaciones, en el monto
de las becas para los estudiantes, en la calidad de los alimentos que reciben,
en la infraestructura con la que trabajan; sin una modificación radical en la
docencia, en su currícula, en la gestión de los conocimientos, en la
manipulación sindical y en la burocracia de la SEP que está por encima de todo,
y que esto, además, tenga efecto en el mejoramiento sustancial de la
profesionalización de los docentes, directores y, sobre todo, de los alumnos?
Es verdaderamente ridículo el discurso mediático que emite el gobernador en
decadencia de Michoacán al buscar justificar la represión diciendo, en contubernio
con el titular de la SEP, que los estudiantes se oponen a la reforma en el plan
de estudios, como si esto lo fuera.
El
síndrome de la ignorancia empieza a permear por todos lados. Es como asumir que
vamos al revés, esto es, que mientras los gobernantes y líderes sindicales
buscan hacer creer que sus acciones están plenamente justificadas y consideran
que ganaron con absoluta imparcialidad, nosotros creyéramos que así deben ser
las cosas y que deberíamos ir hacia adelante, hacia el peor abismo que nos
presentan y aplaudiéramos con ellos.
Pues
no. Son apenas las primeras muestras de lo que se está gestando, como el huevo
de una serpiente que acorrala y atasca el desarrollo del país, con una imagen
humillante y degradada de lo que los políticos consideran debe manejarse de
forma alrevesada, para justificar sus acciones. Es el gobierno del desprecio
hacia la sociedad entera, hacia nuestra inteligencia, hacia nuestros valores,
hacia la dignidad mínima que deberíamos demostrar, por ahora avasallada. También
están involucrados los que dicen representar a la oposición y que dejan hacer y
dejan pasar, y pasan todo. Así no, tampoco. Ex secretario de Educación del
Distrito Federal. Publicado en Educación a debate.
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