A rescatar la educación superior
Por
Alejandro Gertz Manero *
En
un puntual reportaje de Natalia Gómez Quintero en EL UNIVERSAL se destaca no
sólo la crisis de la educación superior, sino también algo muy positivo y
promisorio en ese ámbito, que está llevando a cabo el Ceneval (Centro Nacional
de Evaluación para la Educación Superior), dirigido por el maestro Rafael Vidal
Uribe.
Dicha
institución pública se ha convertido en un ejemplo extraordinario de calidad
académica y honestidad institucional, que demuestra lo que es posible lograr en
el país cuando se quiere servir y hay un proyecto sólido, confiable y bien
administrado, todo ello con la participación de un verdadero consejo directivo
independiente en el que están representadas las universidades públicas y
privadas así como los colegios profesionales más significados.
Esta
institución pública que tiene por objeto desarrollar y aplicar los exámenes
nacionales de ingreso y egreso en la educación superior ha logrado establecer
las bases académicas y científicas más avanzadas para sacar adelante todo un
proyecto nacional de calidad profesional y de competencias tecnológicas que el
país tanto necesita.
En
el Ceneval se han reunido los académicos, técnicos y profesionistas más
distinguidos y experimentados para formar las comisiones que diseñan los
exámenes nacionales de egreso en casi 40 licenciaturas; con los que se ha
podido establecer que más de la mitad de los estudiantes que se someten a
dichos exámenes nacionales los aprueban y de éstos 10% son verdaderamente
sobresalientes.
Ello
quiere decir que en las instituciones públicas y privadas de educación superior
de nuestro país se dan pasos fundamentales para crear un proyecto nacional de
calidad educativa y de excelencia profesional que es necesario consolidar y
apoyar con toda la fuerza del Estado, para así fortalecer las prospectivas de
crecimiento y de competitividad frente al entorno mundial, que ya se nos
adelantó y que nos puede rebasar definitivamente.
Ante
estas perspectivas debemos analizar también cuáles son los obstáculos que están
deteniendo este exitoso proyecto del Ceneval y que son los siguientes: 1. de un
universo de más de 350 mil estudiantes que egresan en el ámbito nacional
anualmente en los niveles profesionales, solo 130 mil presentan los exámenes
EGEL del Ceneval, y de ellos casi la mitad no los aprueba.
2.
Solamente un reducido grupo de instituciones públicas y privadas, encabezadas
por el Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Veracruzana —entre las
públicas—, el TEC de Monterrey y la Universidad de las Américas de la Ciudad de
México —entre las privadas— someten a sus alumnos en forma voluntaria a este
examen nacional y de todas ellas sólo una lleva a todos sus egresados a
presentar dicho examen.
3.
Si esta participación voluntaria y parcial fuese obligatoria para todos los estudiantes
que ya hubieran egresado de sus carreras en cualquier universidad y que
quisieran obtener su cédula profesional, se lograría en forma inmediata una
reingeniería masiva en los programas académicos de todas las universidades con
objeto de que sus egresados aprobaran dichos exámenes nacionales; todo ello sin
tener que intervenir en la autonomía académica de las universidades públicas,
evitando así confrontaciones estériles.
4.
Asimismo, la calidad en los niveles profesionales, que hoy sólo la alcanza un
número muy reducido de egresados, se multiplicaría para beneficio de ellos
mismos, de la productividad nacional y de la eficiencia en todos los ámbitos
donde existe una escasez de profesionistas bien preparados y una abundancia de
egresados que no pueden colocarse en el mercado por su falta de conocimientos y
capacidad profesional.
De
esta forma de calificación competencial, que protege a la comunidad frente a
cualquier conducta irresponsable o incapaz de un profesionista ya existen
ejemplos, como el examen nacional para aspirantes a residencias médicas y el de
pilotos aviadores comerciales, a quienes el gobierno exige que acrediten sus
conocimientos y competencias profesionales mediante exámenes oficiales,
independientemente de su institución de origen.
En
la legislatura anterior presentamos ante la Comisión de Educación de San Lázaro
un proyecto de reforma en ese sentido, y quien la presidía y ahora será el
rector de la Universidad de Guadalajara se negó a estudiarlo y calificarlo.
Ojalá este ejemplo del Ceneval ahora sí motive a la nueva legislatura para
ocuparse de este tema tan fundamental.
*
Es doctor en Derecho por la UNAM. Se ha desempeñado como abogado litigante y
como empresario en la industria editorial y en el sector comercial.
Publicado
en El Universal
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