Y con el MEIF les
aplicaron la quebradora (II)
Alejandro
García Rivera /
En la
pasada colaboración del 30/10/12, se apuntaba que a estas alturas parece que el
asunto de los llamados horarios quebrados del Modelo Educativo Integral y
Flexible (MEIF) más que no poder resolverse no ha querido resolverse, y se
aportarán más elementos.
Según una
publicación de 2002, desde entonces se percibía que los horarios y distintos
aspectos administrativos eran un obstáculo para la tan llevada y traída
flexibilidad. De lo anterior y más da cuenta un trabajo que apareció en el
número 55-56, julio-agosto 2002, de la Gaceta de la Universidad Veracruzana
(UV) e intitulado “Representaciones académicas sobre el Modelo Educativo Integral
y Flexible de la UV”, en el cual se pretendió “provocar la reflexión de los
principales actores del proceso de implantación de esta propuesta educativa, a
fin de comprender e interpretar los significados que para ellos tiene dicha
vivencia”.
El citado
trabajo a estudiantes, académicos y directivos de cinco facultades de la región
Xalapa que iniciaron con la operación del MEIF en 1999 –año inicial de
implantación del modelo– y 2000: Sociología, Pedagogía, Ciencias Agrícolas,
Psicología, Ciencias Administrativas y Sociales. Tómese en cuenta que las
facultades de Sociología y Pedagogía forman parte de la Unidad de Humanidades,
cuyas instalaciones fueron tomadas por estudiantes a principios de octubre
pasado y que, a efecto de liberarlas, uno de los acuerdos alcanzados al final
fue la integración de una mesa de trabajo para el análisis del MEIF, así como
un diagnóstico “de carácter urgente” del impacto de éste.
También
se consultó un texto de la entonces directora general de Desarrollo Académico y
actual secretaria de la Rectoría, Leticia Rodríguez Audirac, intitulado
“Segunda Generación de Reformas del Modelo Educativo Integral y Flexible” y
publicado en el número 99, julio-septiembre 2006, de la Gaceta de la UV. Ahí se
refiere que, como resultado de diferentes encuentros realizados durante 2005
por el rector con estudiantes y académicos de entidades donde se había
implantado el MEIF, entre otros problemas generales se habían identificado:
oferta restringida en horarios para las experiencias educativas y tiempo
excesivo de permanencia en la escuela para los estudiantes.
En el
documento se indica que el problema sobresaliente es la necesidad de
flexibilidad en la operación de los planes en el MEIF, al igual que una serie
de condiciones que dificultan ésta, por ejemplo, la escasa movilidad de
horarios de los profesores y la distancia entre entidades que dificulta la
movilidad entre estudiantes. Se agrega que, entre otros puntos, la segunda
generación de reformas del MEIF implica: el incremento de secciones de
experiencias educativas obligatorias en las horas pico y la reducción de horas
presenciales del estudiante en un rango de 15 a 20 horas semanales.
Sin
embargo, de acuerdo con la nota de prensa “Reformas al MEIF fortalecerán al
modelo: Leticia Rodríguez”, publicada el 27 o 28 de enero de 2011 dependiendo
del medio en que se consulte, la secretaria de la Rectoría se mostró
inconsistente al hacer declaraciones respecto a los horarios. Por un lado dijo
que la “disparidad de horarios” se ha ido arreglando gracias a que casi la
totalidad de los programas educativos ya están en el MEIF y no tienen que
compartir horarios con los programas del modelo anterior o rígido, pero por
otro lado, cuando menciona necesidades detectadas incluye, entre varias,
incrementar la flexibilidad (¿pues no que ya era flexible el modelo?) y atender
el problema de horario de los estudiantes, aunado a que la funcionaria señaló
como tema pendiente distribuir las cargas académicas.
Desde
luego, algún vocero de la Secretaría de la Rectoría puede salir a declarar: “lo
que en realidad quiso decir la maestra Leticia Rodríguez Audirac fue…”.
Todavía
más interesante resulta leer, en las páginas centrales del número 501 del
semanario Universo de la UV, fechado el 29/10/12, “MEIF: cambio y unión” porque
al cuarto párrafo se anota que “los esquemas de la administración laboral son
rígidos y eso complica la flexibilidad de horarios y oferta educativa, y aquí
está el mayor reto del modelo”. A su vez, el artículo incluye entrevistas con
el director general de Desarrollo Académico, Héctor Vargas Rubín, y con cuatro
directores de facultades.
Según
Héctor Vargas Rubín, a cuya entrevista por supuesto dieron mayor espacio para
documentar el optimismo (así les gusta decir al rector y a él de un tiempo para
acá), los horarios son una consecuencia de la (¿mala?) gestión del MEIF. No
obstante, los demás entrevistados muestran mayor cercanía con la realidad de
los estudiantes; por ejemplo, destacaron que una de las quejas más comunes de
éstos es que el cupo de las experiencias educativas se satura y ya no logran
cursar las que necesitan o les interesan y señalaron que es necesaria una mayor
flexibilidad de los académicos para ajustarse a otros horarios.
Con base
en los documentos aquí referidos es posible apreciar que el asunto de los
horarios ha sido una constante negativa en la operación del MEIF desde sus
inicios, pero aquí estamos casi 13 años después y las autoridades
universitarias le siguen dando vueltas a algo que en resumen continúa sin
resolverse en beneficio de los estudiantes, quienes más bien documentan su
pesimismo. Publicado en La Jornada Veracruz
No hay comentarios:
Publicar un comentario