La cumbre
mundial en Doha propone escolarizar a 61 millones de niños
REDACCIÓN
Desde
hoy y hasta el viernes, Doha, la capital de Qatar, se convierte en la urbe de
la educación, como sede de WISE, World Innovation Summit for Education, la
cumbre mundial para la innovación en la educación. Hasta aquí han venido más de
mil especialistas de unos cien países, que están tomando el pulso al estado de
cosas en el campo de la enseñanza.
El
tema de la cumbre de este año es “Colaboración para el cambio”. La jequesa Moza
bint Nasser, presidenta de la Fundación Qatar, ha inaugurado esta mañana la
cumbre. Vestida de riguroso negro y solo con la cara descubierta, en árabe, ha
declarado que WISE quiere llamar la atención sobre “el papel crucial de la
educación en todas las sociedades”, y crear una plataforma para la innovación y
la solución práctica, que pueda ayudar a sobrellevar los retos a los que se
enfrenta la educación en todo el mundo. Pero también ha destacado: “Nadie puede
imponer su modelo a los demás”, ni “tiene la ciencia infusa”, y que si hay un
sector que requiere colaboración, ese es el de la enseñanza.
El
premio de esta año, el segundo que WISE concede (medio millón de dólares), ha
ido a parar a Madhav Chavan, cofundador y presidente de la ONG Pratham. Chavan
es un pionero en la creación de escuelas de bajo costo y gran nivel desde hace
ya 25 años. Su misión se ha extendido a 17 de los 28 estados de India, y a
otros países, como Pakistán. Pratham es hoy el mayor motor de escolarización de
los niños más desfavorecidos de la India. Este químico de formación comenta:
“Tenía amigos trabajando por la liberación de la mujer. Tenía amigos trabajando
por la popularización de la ciencia. Les decía: ‘Nada de lo que queréis será
posible si la gente no sabe ni leer ni escribir’”.
Hay
que tener en cuenta, como señalan los organizadores aquí, que todavía la cuarta
parte de la población mundial no sabe leer, y que de esos que no saben leer,
dos de cada tres son mujeres.
En
esta cumbre, la jequesa dará a conocer mañana un proyecto, “una iniciativa
global”, para introducir “educación de calidad” en zonas difíciles, donde unos
61 millones de niños no pueden recibir enseñanza básica. De ellos, unos 28
millones residen en regiones singularmente complejas.
Las
coordenadas en que se mueve ese proyecto dirigido a 61 millones de chavales son
escuelas para refugiados y para muchachos desplazados dentro de su propia
nación, y la promoción de la enseñanza entre las niñas, en sociedades donde eso
no se valora o sistemáticamente se reprime. Del mismo modo, busca ir al
encuentro de niños que pertenecen a comunidades nómadas y cuya vida itinerante
complica su formación. Artículo publicado en ABC. Publicado en Educación a
debate
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