Programa
de Renovación de la Planta Académica brinda una mejor opción de jubilación
Da la UNAM
el primer paso para la renovación del profesorado
Ofrece
a profesores, investigadores y técnicos administrativos de tiempo completo
mayores de 70 años beneficios adicionales
Este
año se limitará a un máximo de 200 beneficiarios
Emir
Olivares Alonso
Con
la finalidad de ofrecer una mejor opción de jubilación a profesores,
investigadores y técnicos académicos de tiempo completo mayores de 70 años, la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) inicia este lunes el Programa de
Renovación de la Planta Académica.
Con
ello, la casa de estudios pretende contrarrestar uno de los principales
problemas que aquejan a muchas instituciones públicas de educación superior del
país: la falta de estímulos para que el personal docente opte por el retiro.
De
acuerdo con la convocatoria, se busca tener un balance entre juventud y
experiencia dentro de su planta académica, lo que representa un primer paso
para la renovación del profesorado.
Se
trata de un esquema que se financiará con recursos de la UNAM, será
estrictamente voluntario, ofrecerá beneficios adicionales al retiro por
jubilación y no pretende recortar personal. Este año se limitará a un máximo de
200 beneficiarios, quienes deben contar con un mínimo de 25 años de antigüedad,
de los cuales por lo menos los últimos siete deben ser como personal de tiempo
completo.
Adicionalmente
al monto que por ley reciba cada académico como pensión del Instituto de
Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, los apoyos de
este programa consisten en una renta mensual vitalicia de 20 mil pesos, la cual
se actualizará conforme al salario mínimo general vigente en el Distrito
Federal, y un seguro de gastos médicos mayores también vitalicio, en idénticas
condiciones a las que gozan los académicos en activo.
A
partir de este lunes 12 de noviembre y hasta el 15 de enero de 2013 los
interesados deberán solicitar su registro en la Dirección General de Asuntos
del Personal Académico. Actualmente la institución cuenta con 36 mil 750
académicos, de los cuales 11 mil 805 son de tiempo completo.
Amén
de ofrecer al personal académico de carrera de tiempo completo una mejor opción
de jubilación, este programa busca otra vertiente: abrir oportunidades de
contratación a jóvenes capacitados para afrontar las tareas docentes y de
investigación que la universidad requiere.
En
su programa de trabajo para el periodo 2011-2015, el rector José Narro hace
hincapié en la necesidad de renovar al personal docente y de investigación: La
edad promedio de la planta académica ya alcanza niveles preocupantes. En cuatro
años aumentó dos y ahora es de 53 años en el caso del personal de carrera,
además de que existen casos de entidades en las que se superan 60 años de edad
promedio. La situación más aguda se registra entre profesores de tiempo
completo, que pasaron de 55 a 58 años, pero aun entre los técnicos académicos
se presenta, ya que en 2007 la media de la edad era de 44 años y en la
actualidad alcanza 47.
De
acuerdo con especialistas, la jubilación de profesores universitarios se ha
convertido en un reto para el país, debido a que en muchas casas de estudio
maestros e investigadores completan sus ingresos con programas de estímulos a
su desempeño (el Sistema Nacional de Investigadores y el Programa de Primas al
Desempeño del Personal Académico de Tiempo Completo, entre otros), que no
forman parte del salario de base y, por tanto, no se consideran para las
pensiones de retiro por ley.
Los
sueldos de los académicos quedaron castigados, pues al salario nominal se le
agregaron con ingresos a partir de una política de estímulos, bonos y
compensaciones que no forman parte del mismo. Esto genera que la planta
académica haya envejecido sin alternativas para jubilarse, subrayó Ángel Díaz
Barriga, del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación
de la máxima casa de estudios.
Para
el investigador, el Programa de Renovación de la Planta Académica es un primer
esfuerzo, muy serio y valioso, pues atiende una sentida demanda –de al menos 10
años– del profesorado, por lo que confió en que tenga continuidad. Aunque,
subrayó, la mejor etapa productiva de muchos académicos es después de los 60
años. Esa es una parte que la misma UNAM ha cuidado. Publicado en La Jornada
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