Precio a cabeza de
Esther Orozco
José
Contreras | Opinión
Hasta la
hora en que fue entregada esta colaboración, se llevaban a cabo negociaciones
entre las autoridades de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México,
encabezadas por la rectora Esther Orozco, y el grupo que tiene paralizada la
casa de estudios desde hace dos meses y medio.
Es muy
probable que caiga la rectora, no necesariamente por las presiones del Comité
Estudiantil de Lucha (CEL), que tiene tomadas las instalaciones, sino por las
presiones políticas de alto nivel.
En el
conflicto de la UACM no hay buenos ni malos. Hay dos bandos involucrados y
ambos son malos.
La UACM,
creada hace 12 años como una alternativa para los estudiantes rechazados de
otras instituciones de educación superior, se encuentra convertida en arena de
lucha política en la que se enfrentan su creador, Andrés Manuel López Obrador,
y el jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard.
La
autonomía de que supuestamente goza esta casa de estudios capitalina es una
falacia.
Los
gobernantes en turno siempre han incidido en la vida de la institución y han
sido ellos quienes han colocado a los dos únicos rectores que ha tenido desde
su fundación.
Tras su
creación, en el 2001, López Obrador colocó como rector a Manuel Pérez Rocha,
quien se mantuvo en el cargo durante nueve años.
En el 2010,
Marcelo Ebrard operó para que una allegada suya, Esther Orozco, fuera elegida
como nueva rectora, lo que no fue del agrado ni del rector saliente ni del
caudillo de la izquierda.
Desde que
Esther llegó al cargo ha sido objeto de un golpeteo sistemático por parte de
los seguidores del ex rector, quien en días pasados hizo público su
involucramiento en el conflicto que tiene paralizada a la casa de estudios.
Esther ha
soportado los embates de los obradoristas en la UACM, encabezados por el ex
rector, gracias al apoyo político que hasta el momento no le ha retirado el
jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard.
Pero el
conflicto creció tanto, que alcanzó al propio jefe de Gobierno, cuando el
pasado viernes, el Consejo Universitario aprobó un resolutivo mediante el cual
pide a las autoridades capitalinas que recuperen las instalaciones de la
universidad.
Esa
petición, con la cual no estuvo de acuerdo la rectora, pone contra la espada y
la pared a Marcelo, quien ahora se encuentra ante la disyuntiva de ordenar el
desalojo de la UACM y terminar su gobierno con hechos de violencia o dejar
pasar el tiempo para heredar el conflicto a su sucesor, Miguel Ángel Mancera.
Ninguna
de las dos opciones es conveniente para Marcelo, quien tiene todo un proyecto
político con miras al 2018.
Marcelo
quiere ser candidato a la Presidencia de la República, pero antes quiere hacer
una escala en la dirigencia nacional del PRD.
Desalojar
con violencia la UACM o heredar el conflicto al próximo gobierno representaría
una caída política para Marcelo.
La mejor
opción para mantener a salvo su ambicioso proyecto político es solucionar el
conflicto de la UACM de manera pacífica antes de dejar el gobierno.
Y la
única forma de obtener una solución de este tipo es mediante la renuncia
negociada de la rectora Esther Orozco.
Para
Marcelo es cada vez más difícil mantener su apoyo político a la rectora.
Mientras
ella es denostada y descalificada una y otra vez en los medios por perredistas
afines a López Obrador, los marcelistas y Los Chuchos guardan silencio y se
mantienen a la expectativa.
Quizá
llegó el momento de que Marcelo le ponga precio a la cabeza de Esther Orozco.
¿Dejaría
Marcelo a López Obrador el control de la UACM a cambio de la dirigencia del
PRD? Es pregunta con jiribilla. Publicado en Excélsior
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