El presidente que sobrevivió en la selva de Veracruz
El 10 de octubre de 1824, Miguel Fernández y
Félix, conocido por la Historia como Guadalupe Victoria, tomó posesión como
primer presidente del México Independiente, años atrás, su figura se había
convertido en leyenda en tierras veracruzanas
Por: Rafael Robledo |
El 10 de octubre de 1824, Miguel Fernández
Félix, conocido por la Historia bajo su seudónimo, Guadalupe Victoria, tomó
posesión como el primer presidente del México Independiente, de forma interina,
inaugurando así una etapa institucional que, a pesar de las vicisitudes de los
siglos XIX y XX se mantiene en el país.
Desde la leyenda de cómo tomó su seudónimo
luego de una victoria bajo las órdenes del general José María Morelos, hasta su
recuerdo por ser el primer presidente del país, la vida de Fernández Félix no
está exenta de momentos y circunstancias especiales.
Quizá la etapa menos explorada de su
biografía fue durante su exilio para evitar ser capturado por las fuerzas
realistas en la selva veracruzana.
De acuerdo a la historiografía nacional,
Guadalupe Victoria había sido comisionado para comandar la insurgencia en
Veracruz, punto estratégico de la Nueva España.
En 1915, tomó el Puente del Rey, hoy Puente
Nacional, que comunicaba Xalapa con el Puerto de Veracruz.
La contraofensiva realista obligó a su
retirada hacia la zona de Nautla; Victoria realizó campañas que le permitieron
tener el control de Tuxpan y el Puerto de Veracruz en donde, incluso llegó a
instalar muelles, almacenas y puestos de defensa, este control duró hasta
noviembre de 1816 cuando fueron recuperados por los ejércitos del Rey.
Entonces, Victoria estableció su zona de
influencia en las regiones de Misantla, Huatusco, Naolinco y Puente Nacional.
Durante el primer semestre de 1817, las
tropas realistas recuperaron la zona y despojaron a Guadalupe Victoria de todos
sus territorios de influencia, abandonado por sus hombres y siendo uno de los
jefes insurgentes más respetados tras la caída de Hidalgo, Morelos, los
Galeana, los españoles iniciaron una persecución en su contra que lo llevó a
resguardarse en la selva veracruzana.
Ahí comenzó la leyenda.
Lo que ocurrió en la selva veracruzana nadie
lo sabe con certeza, los vecinos de los pueblos de la región se encargaron de
mantener viva su memoria y ayudarlo cuando hacia esporádicas visitas a las
comunidades.
La historia oficial señala que Guadalupe
Victoria sobrevivió en la selva veracruzana alimentándose con plantas, animales
y frutas y en un permanente exilio que hizo creer, incluso a los insurgentes
más recalcitrantes, que el general habría muerto.
En ese entonces, el movimiento insurgente se
había debilitado y el único general que se mantenía en al lucha era Vicente
Guerrero.
En diciembre de 1820, Guadalupe Victoria
reapareció en el pueblo de Soledad informado sobre el avance del movimiento de
Independencia, apoyado por las reformas que ocurrían en España.
Victoria reconoció al Ejército Trigarante y a
Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero como las cabezas de éste y se unió a
ellos en la consumación de la Independencia.
Un año más tarde, Victoria regresaría a
Veracruz, su refugio, a esconderse tras ser acusado de conspiración contra el
Imperio Mexicano de Iturbide. Un veracruzano polémico, Antonio López de Santa
Anna, lo rescató del exilio para invitarlo a signar el Plan de Veracruz que
significaría el origen de la caída de Iturbide.
El 10 de octubre de 1824 asumió el interinato
de la Presidencia de México, misma que conservaría de manera oficial hasta 1829
cuando se retiraría a su casa, el estado que lo acogió, lo rescató y cuidó en
los momentos claves de la historia nacional: Veracruz. RR. Publicado en El Universal Veracruz.
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