La atención a la
demanda de estudios de licenciatura en la UAM y la UNAM
ADRIÁN DE
GARAY
Hace unos
días falleció el reconocido Arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, quien fuera el
Rector fundador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), y que
lamentablemente no nos podrá acompañar a los festejos del cuarenta aniversario
que cumplimos este año. Descanse en paz.
La
Universidad Autónoma Metropolitana fue fundada en 1973 e inició sus actividades
en 1974 en sus tres planteles originales: Azcapotzalco, Iztapalapa y
Xochimilco. Sobre el origen de la UAM existe consenso en que su creación se
debió fundamentalmente a la necesidad de atender la creciente demanda por
escolaridad superior, como consecuencia del aumento vertiginoso de la población
de jóvenes en el país y particularmente en la ciudad de México, comandada por
una pujante clase media resultado del Desarrollo Estabilizador impulsado por
los gobiernos de los años sesenta y principios de los setenta.
Con la
propuesta de creación de una nueva universidad pública federal en la ciudad de
México, se pretendía al mismo tiempo dotar de alternativas distintas a la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y al Instituto Politécnico
Nacional (IPN), con objeto de no permitir el continuo crecimiento de estas
últimas que para muchos sectores ya era desmesurado. Sin embargo, el
crecimiento de la UNAM prosiguió en aquellos años con la creación de las
entonces Escuelas Nacionales de Educación Profesional, que si bien
desconcentraron a Ciudad Universitaria, constituyeron también una respuesta a
la creciente demanda.
Y aunque
pareciera inaudito, cuarenta años después el problema de la atención a la
demanda de jóvenes por estudiar una licenciatura en alguna institución pública
no ha sido resuelto, antes al contrario. Tanto la UNAM, como el IPN, la
Universidad Pedagógica Nacional (campus Ajusco), la UAM y la Universidad
Autónoma de la Ciudad de México, no cuentan con espacios suficientes para
atender el interés y deseo de miles de jóvenes, que después de haber dedicado
al menos doce años de su vida a estudiar, no pueden cursar una licenciatura en
dichas instituciones porque no hay cupo.
Las
autoridades de la UNAM recientemente han declarado que sólo pudieron cubrir al
diez por ciento de la demanda de aspirantes que participaron en el concurso de
selección, esto significa que alrededor de 115 mil sujetos se quedaron sin
lograr un lugar en la UNAM, pese al esfuerzo que esta institución ha hecho en
los últimos años, pues de 172 mil 449 estudiantes de licenciatura que tenía
inscritos en el año 2008, pasó a 184 mil 652 en el 2012: 12 mil 203 lugares
nuevos en cuatro años.
En el
caso de la UAM, en el año 2012 sólo fueron admitidos el 14% de los aspirantes,
quedando fuera 74 mil 842 solicitantes. El esfuerzo de la UAM por aumentar la
atención a un mayor número de jóvenes también ha sido importante. De 38 mil 365
estudiantes que tenía en 2008, en el 2012 ascendió a 42 mil 242: 3 mil 877
nuevos espacios para alumnos de licenciatura.
Es claro
que tanto la UNAM como la UAM han admitido a más aspirantes en los últimos
años; sin embargo, cada ciclo escolar crece la demanda a un ritmo muy superior
a la capacidad de recepción de ambas instituciones, motivo por el cual el
porcentaje de atención a la demanda sigue disminuyendo. En el caso de la UAM,
mientras en el 2008 fueron admitidos el 18% de los 65 mil 195 sujetos
solicitantes, en el 2012, como ya lo señalé, descendió al 14%.
Y aunque
la propia UAM decidió en el 2005 y en el 2009 la creación de dos nuevos planteles,
Cuajimalpa y Lerma respectivamente, para con ello ampliar su matrícula y
contribuir como institución pública a la atención de miles de jóvenes que
aspiran a estudiar una licenciatura, los recursos financieros que el gobierno
federal y el Congreso de la Unión le han ministrado no le permiten avanzar al
ritmo deseado en la construcción de edificios de aulas, talleres y laboratorios
para lograr cumplir con su compromiso educativo, razón por la cual el número de
estudiantes que cursan sus estudios en dichos planteles nuevos apenas suman los
un mil 347 en Cuajimalpa y 220 en Lerma.
Estamos
así frente a una realidad apabullante a la cual el gobierno federal no parece
interesarle encontrar solución propia de su responsabilidad constitucional. Si
miles de jóvenes no estudian en la universidad no es porque no quieran,
simplemente el gobierno no ha generado los espacios suficientes para formarlos.
En este
contexto, es explicable la expansión de las instituciones privadas llamadas de
“atención a la demanda” en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México que
asciende a más de 150 establecimientos, los cuales están aprovechando desde
hace varios lustros la incapacidad gubernamental para ofrecer espacios
educativos a los jóvenes, los cuales, ante la imposibilidad de acceder a la
UNAM o a La UAM, intentándolo más de una vez durante dos años o más, terminan
por inscribirse a ese tipo de instituciones, la mayor parte de las cuales no
reúnen los requisitos de calidad que la misma SEP ha fijado. ¿Dónde está la
propuesta de Peña para enfrentar la problemática de miles de jóvenes que
aspiran a continuar sus estudios en una institución pública que no sea una
universidad tecnológica o politécnica y que se quedan fuera?
*Profesor
Investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana.
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