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martes, 23 de abril de 2013


La atención a la demanda de estudios de licenciatura en la UAM y la UNAM
ADRIÁN DE GARAY

Hace unos días falleció el reconocido Arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, quien fuera el Rector fundador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), y que lamentablemente no nos podrá acompañar a los festejos del cuarenta aniversario que cumplimos este año. Descanse en paz.

La Universidad Autónoma Metropolitana fue fundada en 1973 e inició sus actividades en 1974 en sus tres planteles originales: Azcapotzalco, Iztapalapa y Xochimilco. Sobre el origen de la UAM existe consenso en que su creación se debió fundamentalmente a la necesidad de atender la creciente demanda por escolaridad superior, como consecuencia del aumento vertiginoso de la población de jóvenes en el país y particularmente en la ciudad de México, comandada por una pujante clase media resultado del Desarrollo Estabilizador impulsado por los gobiernos de los años sesenta y principios de los setenta.

Con la propuesta de creación de una nueva universidad pública federal en la ciudad de México, se pretendía al mismo tiempo dotar de alternativas distintas a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y al Instituto Politécnico Nacional (IPN), con objeto de no permitir el continuo crecimiento de estas últimas que para muchos sectores ya era desmesurado. Sin embargo, el crecimiento de la UNAM prosiguió en aquellos años con la creación de las entonces Escuelas Nacionales de Educación Profesional, que si bien desconcentraron a Ciudad Universitaria, constituyeron también una respuesta a la creciente demanda.

Y aunque pareciera inaudito, cuarenta años después el problema de la atención a la demanda de jóvenes por estudiar una licenciatura en alguna institución pública no ha sido resuelto, antes al contrario. Tanto la UNAM, como el IPN, la Universidad Pedagógica Nacional (campus Ajusco), la UAM y la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, no cuentan con espacios suficientes para atender el interés y deseo de miles de jóvenes, que después de haber dedicado al menos doce años de su vida a estudiar, no pueden cursar una licenciatura en dichas instituciones porque no hay cupo.

Las autoridades de la UNAM recientemente han declarado que sólo pudieron cubrir al diez por ciento de la demanda de aspirantes que participaron en el concurso de selección, esto significa que alrededor de 115 mil sujetos se quedaron sin lograr un lugar en la UNAM, pese al esfuerzo que esta institución ha hecho en los últimos años, pues de 172 mil 449 estudiantes de licenciatura que tenía inscritos en el año 2008, pasó a 184 mil 652 en el 2012: 12 mil 203 lugares nuevos en cuatro años.

En el caso de la UAM, en el año 2012 sólo fueron admitidos el 14% de los aspirantes, quedando fuera 74 mil 842 solicitantes. El esfuerzo de la UAM por aumentar la atención a un mayor número de jóvenes también ha sido importante. De 38 mil 365 estudiantes que tenía en 2008, en el 2012 ascendió a 42 mil 242: 3 mil 877 nuevos espacios para alumnos de licenciatura.

Es claro que tanto la UNAM como la UAM han admitido a más aspirantes en los últimos años; sin embargo, cada ciclo escolar crece la demanda a un ritmo muy superior a la capacidad de recepción de ambas instituciones, motivo por el cual el porcentaje de atención a la demanda sigue disminuyendo. En el caso de la UAM, mientras en el 2008 fueron admitidos el 18% de los 65 mil 195 sujetos solicitantes, en el 2012, como ya lo señalé, descendió al 14%.

Y aunque la propia UAM decidió en el 2005 y en el 2009 la creación de dos nuevos planteles, Cuajimalpa y Lerma respectivamente, para con ello ampliar su matrícula y contribuir como institución pública a la atención de miles de jóvenes que aspiran a estudiar una licenciatura, los recursos financieros que el gobierno federal y el Congreso de la Unión le han ministrado no le permiten avanzar al ritmo deseado en la construcción de edificios de aulas, talleres y laboratorios para lograr cumplir con su compromiso educativo, razón por la cual el número de estudiantes que cursan sus estudios en dichos planteles nuevos apenas suman los un mil 347 en Cuajimalpa y 220 en Lerma.

Estamos así frente a una realidad apabullante a la cual el gobierno federal no parece interesarle encontrar solución propia de su responsabilidad constitucional. Si miles de jóvenes no estudian en la universidad no es porque no quieran, simplemente el gobierno no ha generado los espacios suficientes para formarlos.

En este contexto, es explicable la expansión de las instituciones privadas llamadas de “atención a la demanda” en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México que asciende a más de 150 establecimientos, los cuales están aprovechando desde hace varios lustros la incapacidad gubernamental para ofrecer espacios educativos a los jóvenes, los cuales, ante la imposibilidad de acceder a la UNAM o a La UAM, intentándolo más de una vez durante dos años o más, terminan por inscribirse a ese tipo de instituciones, la mayor parte de las cuales no reúnen los requisitos de calidad que la misma SEP ha fijado. ¿Dónde está la propuesta de Peña para enfrentar la problemática de miles de jóvenes que aspiran a continuar sus estudios en una institución pública que no sea una universidad tecnológica o politécnica y que se quedan fuera?

*Profesor Investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana.

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