El regreso
de Emilio Chuayffet
FELIPE
DE JESUS GONZALEZ
Durante
la presentación de la iniciativa de reformas en materia educativa, celebrada
ayer en el patio principal del Museo Nacional de Antropología e Historia, quedó
claro que Emilio Chuayffet será el responsable de recuperar para el Estado la
rectoría de la educación, la que –según su propio diagnóstico—José Ángel
Córdova, Alonso Lujambio, Josefina Vázquez Mota, Reyes Tamez y quizá otros
secretarios de Educación anteriores entregaron a los intereses de poderosos
grupos como el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación de Elba
Esther Gordillo o la CNTE que tiene en jaque el sistema educativo en Oaxaca y
Michoacán. El secretario de Educación de Enrique Peña Nieto está de regreso,
luego de una larga y polémica trayectoria en el servicio público. Este abogado
egresado de la UNAM ha ocupado toda clase de puestos en la administración
pública tales como delegado de la Benito Juárez, alcalde de Toluca, secretario
de Educación con varios gobernadores del Estado de México, gobernador,
funcionario del Instituto Federal Electoral, Secretario de Gobernación (con
Ernesto Zedillo) y diputado federal en dos ocasiones.
El
ahora responsable de desmantelar los intereses creados en la SEP es un hombre
de convicciones y de mano dura; no le teme a la confrontación. Como aquella que
protagonizó el 6 de octubre de 1995, mientras se desempeñaba como Secretario de
Gobernación, al participar en la 37ª Semana Nacional de la Radio y la
Televisión celebrada en Cancún, en la cual pronunció un discurso rudo en contra
de Manuel Camacho Solís, en medio de una pugna política derivada de las
circunstancias que rodearon el asesinato del ex candidato presidencial Luis
Donaldo Colosio y el papel que desempeñó Camacho Solís durante la campaña, así
como a las constantes críticas por parte de éste hacia la administración de
Zedillo.
Al
día siguiente, en respuesta, Camacho Solís envió una carta a Chuayffet en la
cual le indicó que “el país no había visto antes, ni siquiera en los momentos
de mayor tensión, que el responsable de la política interior se lance
públicamente contra opositores o contra un ciudadano, del modo que usted lo
hizo” y lo retó a debatir ante la presencia de los medios de comunicación. De
manera impulsiva, cinco horas después, el entonces Secretario de Gobernación,
lanzó una contraofensiva que contribuyó a enrarecer aún más el clima político
ante la crisis económica de ese año, al hacer públicas expresiones poco
afortunadas para un secretario de Estado, en las que de paso rechazó el debate
propuesto por Camacho Solís.
Otro
episodio que muestra el carácter rudo del actual secretario de Educación
ocurrió en el marco de las elecciones intermedias de 1997, cuando su partido,
el PRI, el entonces partido hegemónico, perdió la mayoría absoluta en la Cámara
de Diputados y el PRI se convirtió en la primera minoría. Chuayffet, entonces
titular de la Secretaría de Gobernación estuvo a punto de pedir que no se
instalara la LVII Legislatura ante los resultados adversos obtenidos en los
comicios y llevar al país a la ruptura constitucional, ya que protagonizó un
conflicto con el coordinador del PRD en la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz
Ledo, quien junto con el coordinador del PAN, Carlos Medina Plascencia, el 5 de
marzo de 1998, tomaron el control del Palacio Legislativo, instalaron el
Congreso y eligieron a Muñoz Ledo como Presidente de la Comisión de Régimen
Interno y Concertación Política.
El
PRI, se vio obligado a reconocer la instalación, así como la presidencia de
Muñoz Ledo. Este hecho, hizo que por primera vez en la historia moderna del
país, el Presidente de la República –Ernesto Zedillo–, escuchara la respuesta
del Congreso en voz de un diputado opositor, como lo hizo Muñoz Ledo.
Pero
quizá el hecho más doloroso para el propio Chuayffet fue el ocurrido el 22 de
diciembre de 1997 en Acteal, Chiapas, cuando fueron asesinados 45 indígenas
tzotziles. Aunque el entonces Secretario de Gobernación, declaró que el
Gobierno Federal no tuvo participación alguna, diversos medios de comunicación
documentaron que meses antes de la tragedia Emilio Chuayffet sabía de las
condiciones adversas que se habían creado en detrimento de las familias
tzotziles más vulnerables de la zona.
En
una carta enviada a Chuayffet el 18 de octubre de 1997, el entonces Obispo
coadjutor de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, Raúl Vera López,
advirtió sobre la violencia que se podría desencadenar en esa región,
puntualizando que “si se trataba de detener el cambio en esa región, sólo iban
a lograr un baño de sangre”. El 2 de enero de 1998, Chuayffet Chemor fue
destituido del cargo en medio de fuertes acusaciones, sin embargo, argumentó
que en realidad había renunciado“voluntariamente” por “motivos personales”. El ex
presidente Zedillo sigue afrontando en tribunales internacionales acusaciones
en su contra por su presunta responsabilidad en la matanza.
Con
el actual Coordinador Parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados, Manlio
Fabio Beltrones, Chuayffet ha mantenido una serie de conflictos, los cuales se
remontan a la administración de Carlos Salinas de Gortari, pero uno de los más
representativos de estas diferencias fue una reunión plenaria de la bancada del
PRI, llevada a cabo el 1 de abril de 2004, en la que Beltrones reclamó a
Chuayffet que permitiera que en su ausencia, el diputado Lino Celaya,
denunciara que él encabezaba una confabulación contra el Coordinador de la
fracción priísta.
Más
adelante, el 16 de febrero de 2006, en su carácter de Coordinador del Grupo
Parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados, Emilio Chuayffet Chemor acusó
al entonces Subsecretario de Seguridad Pública, Miguel Ángel Yunes Linares, de
estar implicado en una red de pederastas revelada por la periodista Lydia
Cacho. Yunes Linares respondió con una misiva en la cual lo calificó
de“abyecto, cobarde, desviado y responsable de la matanza de Acteal”,asimismo,
le recordó que como legislador sólo se había dedicado a generar conflictos y
escándalos, y a frenar las reformas que el país requería.
Hoy
Emilio Chuayffet está de regreso y, en teoría, tiene la gran responsabilidad de
quitarle a Elba Esther Gordillo y a los dirigentes de la CNTE el control del
sistema educativo nacional. Esa es la apuesta del Presidente Enrique Peña Nieto
y de los dirigentes nacionales de las principales fuerzas políticas del país,
que expresaron su adhesión a las reformas en materia educativa.
México
requiere de un secretario capaz de elevar la calidad educativa y como ahora la
rectoría la habrá de retomar el Estado, Chuayffet tendrá que rendir cuentas con
resultados. Publicado en La Silla Rota. Retomado de Educación a debate
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