Los humanos
se dividen en creyentes y pensantes, señala Fernando Savater
Juan
Carlos Talavera
La
primera labor de una educación democrática es formar personas capaces de
persuadir y de ser persuadidas. Sin embargo, no existe nada más mezquino y
corruptor que esos viejos que se pasan la vida alabando a los jóvenes, señaló
ayer el filósofo y escritor Fernando Savater, quien se presentó ante mil 500
estudiantes en la sala Nezahualcóyotl.
Esos
son los verdaderos corruptores de la juventud y son lo contrario de la
educación. “La educación es resistencia y los educadores estamos para mostrarle
a los jóvenes que el mundo no se inicia con ellos, sino que el mundo ya cuenta
con ciertas necesidades, exigencias, ciertas tradiciones, mitos y problemas”,
aseveró durante su conferencia Ética con urgencia, horas antes de partir a la
ciudad de Madrid.
Ante
una sala casi llena, el filósofo nacido en San Sebastián (1947) manifestó su
emoción al ver tanta gente joven, lo que calificó como “una muestra más de esa
insólita generosidad y amistad que siempre he encontrado en este país desde
hace casi 35 años”.
Savater
es considerado el principal divulgador de la filosofía en todo el mundo y en su
opinión, los educadores son quienes deben “encanar ese rostro, a veces cruel,
del mundo ante los jóvenes que llegan creyendo que todo es posible”, y
reconoció que se trata de una labor complicada y a veces desagradable.
Durante
la charla – a la que se sumó la escritora Rosa Beltrán, de la Dirección de
Literatura de la UNAM, como interlocutora–, también refirió el tema de las
redes sociales frente a la intimidad; las protestas y sus necesarias
propuestas, explicó que hasta hoy todos sus libros son semillas en el grado más
elemental de una escalera larga difícil, que permiten el acceso a obras más
importantes que las suyas.
AL
SUDARIO. Para el autor de Ética para Amador y El valor de educar, los seres
humanos se dividen fundamentalmente en creyentes y pensantes. Los creyentes,
aseveró, se pueden dar el lujo de creer lo mismo desde la cuna hasta el
sudario, sin embargo los pensantes cambian constantemente de forma de pensar.
“Los
pensantes evolucionan en su forma de pensar y aceptan las novedades, se
equivocan, sacan conclusiones de su equivocación y modifican su pensamiento y
en eso no hay ninguna humillación”.
Ese
es el orgullo de un ser pensante, añadió, pues quien es capaz de reconocer sus
errores cambiar su forma de pensar, pero para eso, se debe enseñar al ser
humano a argumentar y entender razones.
RACIONAL.
Los seres humanos somos racionales, afirmó el pensador, capaces de encontrar el
mejor instrumento y el mejor método para llegar a un fin determinado. Pero la
dificultad está en ser razonables, ya que el mundo está lleno de gente
racional, pero parece lo contrario porque pocos son razonables.
¿Cómo
entender esta paradoja? Es simple, detalló, ya que por la vía de lo racional es
posible resolver problemas técnicos, científicos, buscar un lugar confortable
dónde vivir, comodidades y todas esas herramientas técnicas que llevamos en el
bolsillo.
“Todo
eso forma parte de nuestra racionalidad y de lo bien que nos entendemos con los
objetos. El problema es que nosotros y los demás somos sujetos, y ahí es donde
empieza el problema porque es más difícil ser razonable que ser racional”.
Sin
embargo, reconoció que no existen ‘moralómetros’ que midan cuánta moral hay en
cada época del ser humano. Y que si se repasa la historia y la literatura, no
ha existido una época en que la moral haya predominado. “Todas las obras
literarias, filosóficas, religiosas no hacen más que quejarse de que ese tiempo
es especialmente malo”. Publicado en Crónica de hoy.
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