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jueves, 6 de diciembre de 2012


Gobierno, gabinete y partido
Fausto Alzati Araiza
           
La composición del gabinete del presidente Enrique Peña Nieto da a México dos mensajes. El primero es un mensaje de eficacia, de buen gobierno, de experiencia y capacidades idóneas en las más altas responsabilidades. El gabinete es un equipo de resultados, de buenos resultados. Y éstos deberán reflejarse cuanto antes en la restauración de la paz y la concordia; en la renovada gobernabilidad democrática; en la recuperación y el fortalecimiento del prestigio de México en el mundo; en el retorno a la senda del alto crecimiento y la prosperidad compartida, con estabilidad macroeconómica y solidez monetaria; en una reforma educativa de gran envergadura y amplios horizontes; en la reinserción ventajosa de México en los intercambios de la globalización; en una política integral de industrialización innovadora; en un cambio, en fin, que pronto y bien devolverá la certidumbre presente y la esperanza futura a la gran mayoría de los mexicanos.

El segundo mensaje es un mensaje político. Va para todos, pero lo comprenderán mejor los enterados de la política. Es un mensaje del presidente Enrique Peña Nieto a los poderes legales y fácticos, que quizá diría algo como “el poder que la votación mayoritaria del pueblo mexicano me ha otorgado sólo se lo debo al pueblo y a su voluntad democrática. A nadie más. Ni reconozco ni acepto ni pago facturas políticas a nadie”. Al escuchar la lista de los integrantes del gabinete, en voz de David López, el gran comunicador y talentoso asesor, y de Miguel Ángel Osorio Chong, político de excepcional capacidad y probada lealtad, titular de una Secretaría de Gobernación que pronto veremos fortalecida, no pude sino evocar la imagen de Napoleón Bonaparte arrebatándole al Papa la corona imperial para colocársela él mismo sobre las sienes pensando: “Sólo a mí mismo y al pueblo debo este poder”.

Por su parte, el doctor José Antonio Meade llega a la cancillería con el prestigio profesional de su brillante desempeño en Hacienda, donde lo sustituye el doctor Luis Videgaray Caso, garantía anticipada de éxito, sólido pilar fundamental del gobierno del presidente Peña Nieto. El talento político personal de Meade le permitió acceder al primer círculo del nuevo gobierno y eso augura bien para los grandes y complejos desafíos diplomáticos que esperan a México en los ámbitos bilateral, multilateral y global. Su perfil profesional augura el ejercicio certero de una prudente, pero a la vez audaz diplomacia económica, que pronto nos entregará frutos de prestigio y bienestar. Emilio Chuayffet llega a la oficina de Vasconcelos con el antecedente profesional de haber sido secretario de Educación Pública del gobierno del Estado de México, donde también fue gobernador, y haber ocupado muchas y diversas responsabilidades del más alto nivel como, entre otras, haber sido secretario de Gobernación. Llega con un mandato expreso, que el Presidente de la República dejó bien en claro en su inaugural mensaje a la nación: La reforma educativa la hace el gobierno y la hará ya. No fallará. Nunca lo ha hecho. Hay, además, otras designaciones de gran significación que ya comentaré en las próximas semanas: Rosario Robles, Mercedes Juan, Jesús Murillo Karam y Gerardo Ruiz Esparza, entre otros.

Hoy cabe, además, resaltar el oportuno y certero mensaje de uno de los grandes talentos políticos de mi generación: Heriberto Galindo Quiñones. Y para cerrar es oportuno señalar que la acertada designación de Pedro Joaquín Coldwell como secretario de Energía abre el indispensable proceso de renovación en la conducción del PRI, tema sobre el que habré de volver entre hoy y el 4 de marzo. Se señala a un político brillante: César Camacho Quiroz y a una dama excepcional Ivonne Ortega para encabezar esta nueva etapa. También, Ricardo Aguilar Castillo y Gustavo Cárdenas Monroy tienen talento y méritos sobrados para participar en la transformación del PRI, que se hace necesaria para dotar de sólida base política al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto. Publicado en Excélsior

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