Emilio Chuayffet, un dinocamaleón
al frente de la SEP
ADRIÁN
DE GARAY
Nadie
puede negar la amplia experiencia política que caracteriza la trayectoria
profesional de Emilio Chuayffet. Su larga presencia en diversos cargos de la
Administración Pública Federal, en el Estado de México, en el desparecido
Departamento del Distrito federal, en el Congreso de la Unión y el Congreso
local de su estado y en su partido, el PRI, hablan de un personaje que cuenta
con un colmillo político y de gestión administrativa como pocos miembros del
gabinete anunciado por Enrique Peña. Es un dinosaurio, quién lo puede negar.
Como
buen camaleón, ha logrado transitar por diversos puestos que implican
habilidades, capacidades y conocimientos muy diversos. Desde ser el titular de
la delegación Benito Juárez en la ciudad de México, en la época que Carlos Hank
González era el Regente de la Ciudad de México, pasando por la Secretaría del
Trabajo cuando su titular era Porfirio Muñoz Izquierdo. Director general
fundador y posteriormente Presidente del Consejo General del Instituto Federal
Electoral, Presidente municipal de Toluca, Gobernador del estado de México y
Secretario de Gobernación, cargos que ocupó en la época de Carlos Salinas y de
Ernesto Zedillo. Bueno, hasta la Procuraduría del Consumidor le tocó presidir.
Es un camaleón, ¿alguna duda?
Miembro
distinguido del grupo político del PRI de Atlacomulco, el ámbito educativo no
le es ajeno. Fue Secretario de Educación, Cultura y Bienestar Social del Estado
de México entre 1982 y 1987 cuando Miguel de la Madrid era presidente de la
República y Alfredo del Mazo gobernador del Estado de México. Espacio en el que
conoció y trató de cerca con Elba Esther Gordillo, líder vitalicia del SNTE, y
a quien enfrentó posteriormente en el año 2003 cuando la destituyó de la
coordinación parlamentaria del Partido Revolucionario Institucional, razón por
la cual, se dice, la líder gremial formó dos años después el Partido Nueva
Alianza (Panal).
Visto
así, pareciera ser claro que la designación de Chauyffet en la SEP tiene un
propósito inicial claro, central: limitar, acotar o incluso excluir a Gordillo
de la gran influencia que ha tenido para definir y evaluar las políticas
públicas en la educación pública en México, particularmente en la educación
básica durante los sexenios panistas. Si es así, bienvenido Lic. Chauyfett,
porque una de las más importantes tareas que debe hacer la SEP es desarrollar
la educación en México al margen de los intereses y prebendas del SNTE. Tan
parece que será así que el día de la toma de posesión como Presidente de
México, Enrique Peña adelantó que presentará, ante el Congreso de la Unión, una
reforma que tiene como propósito modificar de fondo muchas de las “conquistas”
que le han permitido a Gordillo mantenerse en el poder del SNTE, y reproducir
una serie de privilegios a miles de profesores que no se merecen estar al
frente de millones de niñas y niños.
En
cualquier caso, su paso por un cargo público en el sector educativo fue corto y
data de hace 25 años, lo que es preciso apuntar, pues nuestro sistema y la
realidad educativa han cambiado de manera importante en un cuarto de siglo.
Chauyffet no es, como diversas organizaciones civiles le demandaron a Peña
cuando le expusieron el perfil del Secretario, un personaje reconocido en la
sociedad por su trayectoria académica en el ámbito educativo, aunque por fortuna
no tiene relación de compromiso con ninguna organización sindical.
No
basta que sea un político de buena cepa y que tenga amplia experiencia en la
administración pública, ni mucho menos. Necesitamos un secretario de la SEP
que, a su vez, proponga y construya, en conjunto con la sociedad civil, un
proyecto educativo nacional que permita a México avanzar de manera definitiva
en cada uno de sus niveles educativos, desde la Educación Preescolar hasta la
Educación Superior. Y para ello, es preciso que el equipo de colaboradores del
nuevo secretario se constituya con personajes de probada experiencia,
conocimiento de su área, honestidad, transparencia y dispuestos a escuchar las
voces y propuestas de los expertos, así como de diversas organizaciones civiles
relacionadas con la educación mexicana. Esperemos que así sea, ya habrá tiempo
de comentar al respecto.
En el
terreno de la Educación Superior, Chauyfett se enfrenta ante el posicionamiento
que hizo la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación
Superior, la ANUIES, con el documento “Inclusión con Responsabilidad Social”,
signado por 165 universidades e Instituciones de Educación Superior, tanto
públicas como privadas de todo el país, que atienden al 80% de la matrícula de
alumnos que cursan estudios de licenciatura y de posgrado. En el citado
documento se hacen una serie de propuestas que distan claramente en muchos
aspectos de las políticas aplicadas hacia la educación superior, al menos en
los últimos doce años.
En los
próximos meses, en el contexto de la presentación del programa educativo del
sexenio, podremos dilucidar con cierta precisión si, en efecto, el regreso del
PRI al gobierno federal trae una nueva propuesta educativa, o seguiremos con
más de lo mismo, esto es, viviendo en la “República de los Indicadores” que ya
ha llegado a su límite histórico. Y también podremos evaluar la respuesta que
haga la propia ANUIES.
Por lo
pronto, en breve conoceremos el proyecto de Presupuesto de Egresos de la
Federación, y veremos en qué medida el “compromiso” de Enrique Peña por
auspiciar que se destine el 1.5 por ciento del PIB a la Educación Superior nos
lo firma y nos lo cumple. Publicado en Educación a debate
No hay comentarios:
Publicar un comentario