Promete Peña Nieto destinar más recursos a
ciencia y tecnología
Ofrece el presidente
electo analizar el planteamiento de crear una secretaría para el rubro
Rosa Elvira Vargas y
Emir Olivares
Con la urgencia de
saldar la deuda histórica de pobreza, rezago y desigualdad del país, donde el
conocimiento y la innovación deben ser palancas fundamentales del crecimiento
económico, como señaló José Narro, rector de la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM), el presidente electo, Enrique Peña Nieto, asumió la
responsabilidad y compromiso del Estado para destinar un presupuesto creciente
para ciencia, tecnología y la innovación.
Y hacerlo, ofreció
enseguida, tanto con recursos públicos como con la creación de mecanismos de
estímulo del sector privado. Al Estado le obliga, le compromete ser quien
lidere realmente el proyecto, la tarea de hacer una mayor inversión en ciencia
y tecnología, puntualizó.
Ocho semanas antes de
asumir la Presidencia, el priísta fue ayer el primero en recibir el documento
Hacia una agenda nacional en ciencia, tecnología e innovación, donde el
argumento central para todas las iniciativas incluidas fue resumido por el
presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, José Franco: la actividad
científica es un motor para el progreso socioeconómico, un elemento estratégico
para el fortalecimiento del país e indispensable de soberanía y de seguridad
nacional.
Elaborada por unas 60
organizaciones académicas y de investigación, públicas y privadas, así como
organismos diversos, la agenda se presentará también al Congreso, a la
Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) y a la Suprema Corte de Justicia
de la Nación. Constituye el primer gran ejercicio de consenso en esta materia
elaborado en México.
Fomento a la
productividad
Sus autores están
persuadidos de en que para salir del atraso y fomentar la productividad y la
competitividad, la ciencia debe ser considerada prioridad nacional y el sistema
debe expandirse mediante la creación acelerada de nuevos centros de investigación
e instituciones completas de educación superior, apuntó Narro.
Para ello, es imperativo
incrementar anualmente en una décima de punto porcentual del producto interno
bruto (PIB) la inversión en ciencia, y alcanzar en 2018 al menos el uno por
ciento establecido por la ley para este propósito.
Incluyen la iniciativa
de crear una secretaría destinada sólo a la ciencia, la tecnología y la
innovación, o bien, una que incorpore además la educación superior. A esto,
Peña Nieto respondió: ...dije que prefería invertir más en la asignatura que
crear más burocracia; sin embargo, déjenme llevarme esta propuesta, valorarla y
analizarla.
Tras escuchar a los ocho
científicos participantes –además del titular de la UNAM–, Peña consideró su
aportación fundamental para el desarrollo de las políticas públicas. Había
admitido, asimismo, la incapacidad de los políticos mexicanos para entender la
importancia de impulsar el crecimiento económico y el desarrollo social con el
estímulo a las ciencias y la tecnología.
No es que estemos
descubriendo el hilo negro, añadió, en referencia a países donde a tiempo se
decidió apostar por el desarrollo de esas áreas. México, lamentó, tardíamente
entendió la necesidad de dar más presupuesto (hace casi una década que esa
inversión no se incrementa, dijo) y de articular los esfuerzos académicos,
científicos y gubernamentales.
José Narro pidió alinear
a los actores del sistema y consolidar la vinculación de la ciencia y la
educación superior con el desarrollo tecnológico y la innovación de las
empresas, así como fortalecer la gobernanza para hacer de la próxima, la década
del conocimiento en México.
Insistió: las propuestas
son viables: darle a la ciencia, el saber y la cultura la relevancia que
demandamos, es parte indispensable de la solución de nuestros problemas.
A su vez, Peña Nieto
hizo hincapié en planear a largo plazo en estas áreas y en aprobar presupuestos
multianuales. Lo bueno de todo esto es que es medible (...) evaluaremos que
todo esto se materialice, ofreció.
La directora general del
Instituto Politécnico Nacional, Yoloxóchitl Bustamante, remarcó la necesidad de
incrementar aceleradamente los niveles de escolaridad de la población; que el
posgrado represente 10 por ciento de la matrícula total de la educación
superior escolarizada, se duplique el número de doctores que se gradúan
anualmente y que su Sistema Nacional de Investigadores alcance al menos los 32
mil miembros en 2018 y 40 mil al final de la década.
Leopoldo Rodríguez, de
la Asociación Mexicana de Directivos de la Investigación Aplicada y Desarrollo
Tecnológico, subrayó que México está obligado a lograr crecimientos económicos
anuales de 6 por ciento para remontar sus rezagos sociales. Sin un apoyo
decidido a la innovación y la ciencia, aun con reformas el país sólo crecerá 4
por ciento, advirtió. Publicado en La Jornada.
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