Centros educativos y científicos
darán a Peña y al gobierno diagnóstico del sector
Desde
2003 la inversión no ha superado el 0.50 por ciento del PIB nacional, enfatizan
Emir
Olivares Alonso y Rosa Elvira Vargas
En las
próximas horas, representantes de instituciones de educación superior y centros
científicos entregarán al presidente electo, Enrique Peña Nieto, al Congreso de
la Unión y a los gobiernos y legislativos locales, el documento Agenda nacional
para la ciencia, la tecnología y la innovación, donde se establece el
diagnóstico sobre el estado actual del sector y las estrategias necesarias para
convertirlo por fin en palanca real del desarrollo nacional.
Frente
al deterioro y abandono presupuestal de los dos últimos sexenios hacia la
ciencia, la tecnología y la innovación mexicanas, a iniciativa del rector de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, unas 80
instituciones académicas y científicas de los sectores público y privado aportaron
elementos constitutivos a esa agenda, la cual representa el primer gran
diagnóstico del rubro en el país.
El
documento fue elaborado y suscrito con las aportaciones de, entre otros, la
propia UNAM, el Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Autónoma
Metropolitana; de claustros científicos como el Consejo Consultivo de la
Ciencia, las academias Mexicana de Ciencias, de Ingeniería y de Medicina y el
Foro Consultivo Científico y Tecnológico; el Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnología y la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de
Educación Superior (Anuies).
Está
avalado también por organismos del sector privado como la la Asociación
Mexicana de Directivos de la Investigación Aplicada y el Desarrollo
Tecnológico, la Confederación Patronal de la República Mexicana, la
Confederación Nacional de Cámaras Industriales y la Cámara Nacional de la
Industria de la Transformación (Canacintra), entre otras.
Del
mismo modo y a título individual, entre los signantes, figuran científicos y
tecnólogos merecedores de distinciones tanto nacionales como internacionales
por sus aportaciones en los diferentes campos de su especialidad.
El
documento es el resultado de varias reuniones de trabajo entre integrantes de
las instituciones, agrupaciones e instancias firmantes, que se desarrollan
desde hace al menos un año.
La
comunidad científica ha denunciado permanentemente el desinterés de las dos
administraciones federales recientes por el desarrollo científico y
tecnológico, lo cual ha quedado plasmado en los raquíticos presupuestos
destinados a sus actividades y centros de investigación.
Ello, a
pesar de que durante el gobierno de Vicente Fox, el Congreso de la Unión
resolvió modificar la Ley Federal de Ciencia y Tecnología y en atención a las
recomendaciones internacionales que consignaron el imperativo de destinar a
esas áreas centrales del desarrollo al menos uno por ciento del producto
interno bruto (PIB).
Sin
embargo, hasta el momento ni el Ejecutivo ni el Legislativo han hecho realidad
tal disposición. Desde 2003 la inversión en la materia no ha superado el 0.50
por ciento del PIB, inclusive en el ejercicio presupuestal de este año, apenas
contempló 0.38 por ciento del producto, situación que ha contribuido a mantener
al país a la zaga en innovación y desarrollo.
El 2 de
mayo pasado, como candidato presidencial, Peña Nieto se reunió con miembros de
la Anuies y se comprometió a alcanzar la inversión marcada en la ley. Me
propongo lograr ese objetivo con la participación de instituciones de educación
superior, de empresarios y, por supuesto, la del gobierno, dijo entonces.
Un
elemento recurrente en el discurso del hoy presidente electo es que hace 30
años varias naciones interpretaron correctamente lo que sucedería en el mundo,
como el caso de Corea del Sur y se aplicaron a sextuplicar su presupuesto para
ciencia y tecnología. Hoy, ese país –insiste– tiene un ingreso per cápita dos
veces mayor al de México, cuando hace tres décadas era casi la mitad del
mexicano. Publicado en La Jornada.
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