El SNTE en la encrucijada
Carlos
Ornelas*
En memoria de Alonso Lujambio
Parece
que el grupo hegemónico del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación
acusa recibo de los porrazos que recibe de todas partes. Enrique Peña Nieto
mantiene a distancia a Elba Esther Gordillo, la iniciativa de reforma laboral
amenaza el imperio sindical, y crece la disidencia dentro de lo que era una
corriente disciplinada. Mas esa camarilla no está derrotada, tiene mecanismos
de presión y chantaje. La señora Gordillo prepara su reelección y manda
mensajes de que resistirá a los ataques y saldrá fortalecida de este trance.
Por más
que Elba Esther Gordillo quiera acercarse a Enrique Peña Nieto, personas con
poder dentro del PRI, como Manlio Fabio Beltrones, Beatriz Paredes, Francisco
Labastida y muchos otros, no le perdonan sus agravios al partido y a ellos
mismos. Acaso por influencia de ellos, el Presidente electo no la haya
recibido; además, quizá desde la perspectiva de Enrique Peña Nieto, los grupos
leales sean más importantes para su proyecto de gobierno (que apenas empieza a
dibujarse). La señora Gordillo ha demostrado que no es una aliada confiable.
La
iniciativa de reforma laboral que el presidente Calderón envió al Congreso (y
que tiene que dictaminarse pronto) es veneno para los sindicatos corporativos,
conlleva elementos de democracia y transparencia que encajonarían a los
dirigentes, digo, si llegara a aprobarse.
Si es
cierto que está en el horno una alianza estratégica entre el PRI y el PAN para
echar a andar las “reformas estructurales”, es posible que Peña Nieto haga lo
posible por que la reforma se sancione. Los pilares para ganar la elección
fueron los gobernadores priistas, no los dirigentes del movimiento obrero (esos
si acaso movilizan a sus familiares). Tal vez sea más conveniente para él un
pacto con el PAN, que con el viejo corporativismo.
Si el
Congreso aprueba la reforma laboral en los términos planteados por el
presidente Calderón, nos acercaríamos a un cambio de régimen.
Una vez
que la alianza de la señora Gordillo con el presidente Calderón quedó rota, los
enemigos de ella dentro del SNTE vuelven a la palestra. No sólo los disidentes
de siempre, los de la CNTE, los de Bases Magisteriales y otras organizaciones
radicales, sino que los seguidores del hijo de Jonguitud Barrios se aparecen en
Nayarit, Tamaulipas y Veracruz y le restan fieles a la camarilla dominante.
Otros grupos regionales quieren zafarse del control de la señora Gordillo.
Mas el
corro dominante en el sindicato tiene activos políticos que pone en juego con
el fin de preservar su poder. No se da por vencido. Mueve sus cartas y presiona
aquí y allá.
No es
casualidad que el diputado por obra y gracia de su señora abuela, René
Fujiwara, nieto de la señora Gordillo, haya presentado un punto de acuerdo en
la Cámara de Diputados, para pedir la creación de una comisión especial que
revise un programa denominado Redes Estatales de Educación, Salud y Gobierno.
No sólo es una defensa del programa Habilidades Digitales para Todos, que echó
a andar el yerno de la señora, Fernando González Sánchez, en la Subsecretaría
de Educación Básica, es una forma de meter presión al gobierno que se va y
hacerse notar por el que llegará.
Eso embona
con las grescas en Oaxaca. Juan Díaz de la Torre, secretario general ejecutivo
del SNTE, lanzó la convocatoria a los congresos de las secciones 22 y 59 para
que se celebraran en la misma fecha. Además, condicionó a los disidentes a que
reconocieran a los dirigentes de la 59; el SNTE quiere romper el
“reconocimiento de sección única” que el gobernador Cué pactó con la 22. Hoy el
SNTE contribuye a agravar la depresión del gobernador, prisionero de tantas
redes, sin fuerza política propia; los partidos que lo apoyaron sólo defienden
sus intereses.
En ese
panorama complejo, la señora Gordillo prepara un Congreso Extraordinario el 18
de octubre. Para esa fecha ya se sabrá el destino de la reforma laboral. El
propósito central, más allá del discurso planteado en la convocatoria, es
elegir a la señora Gordillo como presidenta. Hoy su estatus legal es inseguro,
pues su presidencia vitalicia sufre de un resquicio reglamentario que pone en
riesgo que siga regenteando las cuotas de los agremiados y otros activos del
SNTE. El corto plazo dirá qué camino tomará el SNTE en esta encrucijada. *Académico
de la UAM. Carlos.Ornelas10@gmail.com
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