Proponen
expertos un impuesto a bebidas azucaradas y subsidio a alimentos saludables
La política contra la obesidad debe
ir al Plan Nacional de Desarrollo
Ofrecen 80
recomendaciones en un libro, entre ellas la regulación efectiva de la
publicidad, un etiquetado claro y veraz, así como modificar el Acuerdo Nacional
para la Salud de 2010
Ariane Díaz
La política
para combatir el sobrepeso y la obesidad debe incluir la aplicación de un
impuesto a los refrescos y bebidas azucaradas, subsidios a alimentos
saludables, así como un sistema de etiquetado claro y veraz en los productos
industrializados. También una regulación efectiva de la publicidad de alimentos
y bebidas dirigida a niños y adolescentes. Son algunas de las 80 acciones que
investigadores y académicos proponen para una política de Estado.
Los
planteamientos están contenidos en el libro Obesidad en México: recomendaciones
para una política de Estado, elaborado por expertos de la Universidad Nacional
Autónoma de México, la Academia Nacional de Medicina, el Instituto Nacional de
Salud Pública y el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador
Zubirán.
Debido al
crecimiento que ha reportado el exceso de peso en las recientes tres décadas,
el cual afecta a 73 por ciento de la población adulta y 30 por ciento de los
menores, los especialistas proponen modificaciones al Acuerdo Nacional por la
Salud Alimentaria (ANSA) con la finalidad de que sus metas sean claras,
medibles y exigibles.
En el ANSA,
documento de buena voluntad presentado por el gobierno federal en 2010 y
suscrito por la industria alimentaria, se han identificado deficiencias en la
implantación de las acciones acordadas y en su seguimiento y rendición de
cuentas.
El libro
dado a conocer el miércoles en sesión extraordinaria de la Academia Nacional de
Medicina señala que una nueva estrategia debe formar parte del Plan Nacional de
Desarrollo.
De manera
puntual recomienda políticas fiscales para la prevención de obesidad, que ya
han sido exitosas en otros países, tales como un impuesto a refrescos y bebidas
azucaradas para reducir su consumo.
Sugiere
realizar los estudios necesarios sobre el efecto que tendría en el consumo el
aumento en los precios de estas bebidas en poblaciones con diferentes niveles
de ingreso.
También
plantea aplicar impuestos al uso de ingredientes o componentes como grasas
saturadas o azúcar en alimentos y bebidas. Asimismo, que existan subsidios a
frutas y verduras o alimentos propios de la cultura alimentaria tradicional.
En lo que
toca a servicios de salud, los expertos recomiendan mejorar su calidad y
garantizar el acceso al diagnóstico y tratamiento de la obesidad y de las
enfermedades asociadas.
En el ámbito
privado deben existir políticas de rembolso de las aseguradoras para favorecer
la detección y tratamiento oportuno de padecimientos, así como que los
tratamientos médicos para bajar de peso se incluyan de manera obligatoria en la
cobertura de las pólizas de seguros médicos.
Para la
industria de alimentos, el documento propone desarrollar innovaciones en
productos y empaques a fin de reducir el aporte de energía, aumentar
nutrimentos y la cantidad de fibra. También incorporar mayores porciones de
cereales de grano entero y que los tamaños de las mismas sean equivalentes
entre productos de la misma categoría.
Otra
propuesta habla de etiquetado, el cual debe colocarse en la parte frontal del
producto y responder a criterios definidos por comités de expertos con base en
la evidencia científica, además de ser claro y veraz.
La Alianza
por la Salud Alimentaria respaldó las recomendaciones al tiempo que demandó un
liderazgo gubernamental claro que no ceda a las presiones de la industria. Publicado en La Jornada
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