Rezago en la educación
y pobreza, acusa clero
FERNANDO
INÉS CARMONA /
Orizaba,
Ver.- La violencia, desintegración de la familia, pobreza y el rezago educativo
son los principales problemas que la Iglesia católica detectó en los municipios
de la zona centro del estado, dio a conocer el obispo de la Diócesis de
Orizaba, Marcelino Hernández Rodríguez.
En la
presentación de lo que ya se conoce como Plan Diocesano de Pastoral 2013-2017,
trabajo elaborado por este ente católico, se detectaron las principales
problemáticas que aquejan a la población que vive en municipios que conforman
la Diócesis, y se da la pauta para que continúen con el trabajo que debe
realizar la Iglesia a favor de los habitantes de la zona. “Para los católicos
es muy importante reunirnos para revisar la forma de evangelizar, de explicar y
que se tome la palabra de Dios, decírsela a la gente, aplicarla en el momento
oportuno de cada persona y la situación que viva para que haya un desarrollo
pleno y espiritual”, señala el prelado.
Estos
detalles “son producto de un trabajo arduo de análisis, de investigación, de
estructuración de lo que ahora es el segundo Plan Diocesano que se aprobó y que
servirá para el trabajo a desarrollar”. En esta indagatoria “se consideró la
situación que viven quienes habitan en zona indígena o serrana, cómo viven, su
situación económica, el tipo de problemas que a ellos les aquejan. Además que
se investigó a los creyentes de la región urbana que viven otra situación y
problemática, desempleo, problemas económicos, muchos factores, per hay
coincidencias entre ambas zonas”.
Los
puntos de convergencia “son la problemática de violencia, desintegración de la
familia, rezago educativo, carencia de accesos a medios de comunicación, falta
de compromiso y responsabilidad en las personas, los crímenes, incluso de hijos
a padres, violaciones de padres a hijos, todo eso que aqueja a la sociedad fue
analizado y se integró en el documento”.
Ante,
esto la Iglesia católica debe atender estos aspectos pero también la ayuda espiritual
es importante, “qué dice Dios a eso, qué vamos a hacer frente a eso, la Iglesia
debe tomar su papel y responsabilidad”. También se debe involucrar a la
Iglesia, “tiene que ver con la forma de vivir la fe, de cómo un católico tiene
manera de ayudar a otros que viven alguna situación crítica”.
Los
análisis de los datos se basaron en temas en torno a la población de cada
municipio, el tejido social, ideología, política, religión, datos estadísticos
del Inegi 2010, las actuaciones a realizar, entre otros. La investigación se
hizo en 28 municipios que forman parte de la Diócesis y sus parroquias están
agrupadas en seis decanatos, cada uno de los cuáles hizo sus aportes. “Este
trabajo no tiene el objetivo de lograr que aquellos católicos que se han ido a
otra religión o dejan de tenerla, regresen, pero sí reconoce que indirectamente
con este trabajo organizado, adaptado, actualizado, con nuevas formas y
expresiones”.
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