Nuevo
error de la FIL
SALVADOR CAMARENA
Nubia Macías ha
dejado la dirección de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Tras 10
años de labor se separa de la feria una de las personas que han sido clave para
la consolidación de ese encuentro anual. De que se encuentre a un reemplazo adecuado
dependerá en buena medida el futuro de la FIL. Pero no está fácil.
La FIL no es
Nubia Macías, pero mucho menos es Raúl Padilla López, el presidente de la
misma. Habían constituido una dupla efectiva. Él, poderoso pero de bajo perfil
fuera de Jalisco. Ella, conocida y reconocida tanto por la república
iberoamericana de las letras como por los señores del negocio editorial de la
región y la prensa.
La Feria quedó
maltrecha en 2012 por el pésimo manejo, cortesía del jurado del premio de
literatura FIL, de la crisis derivada del empecinamiento de galardonar a un
escritor con plagios probados. De eso no tuvo culpa Nubia, mas es probable que
haya sido uno de los factores que tensaron aún más una relación que se había
venido deteriorando entre Padilla López, el hombre fuerte de la Universidad de
Guadalajara y de la política de Jalisco, y su eficaz operadora.
Versiones
recogidas cuentan que la gota que derramó el vaso es que hace días quisieron
jugarle una mala pasada a Nubia. Se dice en Guadalajara que a pesar de sus 10
años al frente de la Feria le pidieron someterse a exámenes para “verificar” si
cubría el perfil para el puesto. “Lo mejor es que ella tomó la decisión, se fue
antes de que ‘la fueran’”, me dijo una fuente.
Con Nubia la
Feria se consolidó como la mejor de Iberoamérica. Ni la de Bogotá ni la de
Buenos Aires le compiten. Pero es cierto también que el evento acusa un
desgaste: el premio de literatura tiene, además de ya demasiados descalabros,
nueva competencia, para empezar en el galardón inventado por Consuelo Sáizar
(el Carlos Fuentes, que dará más dinero). Y premios como el de Periodismo
Cultural cada año cuesta más trabajo de otorgar.
Padilla López
lamentará esta pérdida más que nadie. Nubia, que comenzó como jefa de prensa, y
quien tras una estancia de 6 años en España regresaría a la FIL como
subdirectora de operaciones, tiene un don para las relaciones públicas y sobre
todo un conocimiento de la entraña de la laberíntica grilla de la Universidad
de Guadalajara. Y había probado ser capaz, claro está, de lidiar con el propio
Padilla López.
La comunidad
literaria no se sentía incómoda con ella, por lo que lograba maniobrar para
conciliar egos intratables, amarrar acuerdos y gestionar recursos. Y Nubia no
amenazaba a los burócratas de la UdeG, un universo paralelo donde todo mundo
vive pendiente de la voluntad de un solo hombre, ese que va a extrañar mucho a
Nubia.
Ojalá, por el
bien de la FIL, Padilla López acierte en el nombramiento del nuevo director. Si
se equivoca, el riesgo es, ni más ni menos, que la FIL pierda fuelle, como ya
le pasó a Padilla López con su festival de cine, que una vez fue el mejor de
México y ahora ha sido definitivamente rebasado por el de Morelia. De ese
tamaño es el reto. Publicado por La Razón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario