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miércoles, 21 de noviembre de 2012



Desde las escuelas: Algunos obstáculos para usar las TIC.
JUDITH KALMAN

Desde hace ya varios años la incorporación de las tecnologías de información y comunicación (TIC) ha estado entre las prioridades de la política educativa nacional. Antes de que iniciara el presente siglo, en diferentes documentos oficiales, foros y propuestas, se había enfatizado la importancia de fomentar su incorporación en la escuela para diseminar su uso, y promover prácticas digitales relacionadas con la búsqueda, selección, análisis y organización de la información; propiciar la socialización del conocimiento, facilitar la exploración, ratificación y/o rectificación de hipótesis, y elaborar representaciones de significados multimodales, entre muchas otras prioridades.

En el Laboratorio de Educación, Tecnología y Sociedad del Departamento de Investigaciones Educativas del CINVESTAV, desde el año 2009 organizamos talleres para profesores que están basados en la colaboración entre docentes e investigadores. En nuestras reuniones de trabajo, diseñamos propuestas de aprendizaje para el aula a partir del conocimiento y manejo de las affordances  (propiedades potencializadoras) de las TIC y su puesta en marcha en el aula. Además del trabajo colaborativo, del diseño de situaciones de aprendizaje, y de la investigación acerca del proceso de apropiación de las TIC por parte de los profesores participantes, esto nos ha dado la posibilidad de entablar con ellos un diálogo  abierto y continuo acerca de sus condiciones de trabajo y las posibilidades concretas que tienen para hacer uso de la tecnología en la enseñanza, acceder a los espacios equipados con computadoras y conectividad, y aprovechar los recursos de su plantel.

Los profesores coinciden en que hay una serie de  situaciones cotidianas que dificultan el trabajo con las TIC en las escuelas, y que éstas además, son bastante comunes. Algunas de ellas son:

Muchas veces los profesores apartan con la debida anticipación el aula de medios, pero en el último  momento, se les avisa que ya no está disponible el espacio porque se ha designado para otra actividad.

Muchas computadoras no funcionan o se congelan continuamente. Aparentemente no reciben mantenimiento y a veces para mantenerlas funcionando bien solamente es necesario realizar en ellas una revisión local como borrar historiales, reorganizar y comprimir archivos, eliminar archivos temporales y, en casos extremos, reformatear los equipos.
El profesor(a) encargado(a) del aula de medios no asiste y en su ausencia no se presta la llave al docente de asignatura para trabajar con los alumnos.
Se utiliza al aula de medios como bodega y se suspende su uso durante periodos largos.
Se solicita al encargado(a) del aula de medios que realice trabajos administrativos y esto implica la suspensión de su trabajo con los alumnos.
Se envía al aula de medios a los alumnos que por alguna razón se quedaron ese día sin profesor, dificultando el uso del espacio para el docente que lo había apartado con anticipación.
Para algunos lectores, estas situaciones pueden aparecer sólo como detalles molestos y sin importancia, pero para los profesores que las sufren, no son banales. Por la frecuencia y regularidad con la que surgen, son circunstancias que obstaculizan su trabajo, ya que el uso del aula de medios se vuelve irregular y difícil de asegurar. Ante estas condiciones, es casi imposible planear el trabajo a largo plazo o realizar un proyecto que requiera el uso constante de las TIC.

El lado amable de esto es que, en principio, cada una de las situaciones mencionadas tiene una solución relativamente sencilla: si en la escuela se diera prioridad al trabajo con las TIC, si se respetara la organización y los horarios del uso del aula de medios, y si el profesor encargado de la misma le diera mantenimiento continuo a las máquinas, se facilitaría mucho el trabajo de los docentes. Afortunadamente el remedio no cuesta nada en términos de recursos financieros ni requiere de sofisticados programas de formación docente; solo hace falta un poco de esfuerzo, constancia en el trabajo, acuerdos en los planteles y buena voluntad entre los involucrados.  Y hay que no perder de vista que al hacer esto, los más beneficiados serán los alumnos.


Quiero aprovechar este espacio para agradecer a los directores y demás autoridades que han hecho posible que profesores de distintas escuelas asistan durante un año escolar completo a nuestros talleres y que hayan facilitado nuestra entrada a las escuelas para visitar a los profesores en sus aulas y observar directamente su trabajo.
Su interés y disposición han sido fundamentales para nosotros.

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