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martes, 20 de noviembre de 2012


Bullying, “monstruo” que causa fobia escolar
Muchos niños y niñas inteligentes, responsables, buenas personas que ayudan a otros, son víctimas de acoso y llegan a desarrollar fobia escolar y temen ir al colegio.

El bullying se da con amenazas, burlas, agresiones físicas, apodos, ridiculizar, aislar a la víctima.
(Carlos M. Moron Ramírez / El Dictamen | Veracruz, Ver. ) Para muchas personas mayores probablemente no conocerán el término de bullying, ya que en sus tiempos de estudio, dicho problema prácticamente no existía debido a que todos los niños venían con una buena educación desde casa, y además si un niño del salón intentaba hacer alguna broma, acababa siendo castigado por el maestro o si no por sus padres.

El Bullying es un acoso escolar, un maltrato psicológico y también a veces físico que sufren estudiantes de distintas edades.

Muchos niños y niñas inteligentes, responsables, buenas personas que ayudan a otros, son víctimas de acoso y llegan a desarrollar fobia escolar y temen ir al colegio.

Detrás del bullying hay gran parte de agresividad, envidia, necesidad de poder y baja autoestima de quienes agreden, es un problema creciente en las aulas.
Tipos de Bullying o acoso escolar.

Físico: Pegar patadas, puñetazos, mordiscos, empujones, agresiones con objetos, etc. Se da con más frecuencia en primaria que en secundaria.

Verbal: Poner motes, insultos, menosprecios en público, resaltar defectos físicos, usar el móvil para intimidar a la víctima, sacarle fotos mientras se le pega y ponerlas en Internet, etc, es el más habitual.

Psicológico: minan la autoestima del individuo y fomentan su sensación de temor.
Social: pretende aislar al joven del resto del grupo y compañeros.

Los acosadores, en este caso los compañeros del salón, saben escoger bien a sus víctimas, buscan alumnos que pasan desapercibidos, en este caso menos populares del salón.

Por lo regular los niños o jóvenes en el mundo son víctimas de bullying o acoso escolar, con las consecuencias que esto puede tener, depresión, soledad, ansiedad y en último caso suicidio de adolescentes.

El bullying se da con amenazas, burlas, agresiones físicas, apodos, ridiculizar, aislar a la víctima.

El acoso escolar, implica una repetición continuada de las burlas o las agresiones y puede provocar la exclusión social de la víctima, suele estar provocado por un alumno que se apoya en un grupo contra la víctima que se encuentra en minoría e indefensa.

La víctima, en este caso el compañero del salón acosado, desarrolla rechazo, miedo al entorno donde sufre la violencia, pérdida de autoestima, tristeza, disminución del rendimiento escolar y si el acoso es continuado, depresión, ansiedad, tristeza.

Como suele suceder con los acosos, se mantiene por la pasividad y la ignorancia de las personas que rodean tanto a la víctima como a los agresores.
En el caso del alumno agresor, las conductas de acoso pueden hacerse más fuertes y convertirse en una manera fácil de alcanzar sus objetivos, también da como resultado derivar conductas delictivas, incluyendo violencia doméstica y de género.

En el alumno que es víctima tiene deterioro de la autoestima, ansiedad, depresión, suele tener intentos de suicidio, no quieren ir a la escuela.

Los padres pueden darse cuenta si sus hijos son víctimas del bullying cuando presenten lesiones físicas, pérdida o rotura de pertenencias, tristeza o síntomas de depresión, pasar mucho tiempo solo y no salir con amigos, baja en sus calificaciones, miedo a ir al colegio, o poner excusas para faltar, no hablar del colegio, apatía.

Los padres deben escuchar a su hijo si se queja de acoso, deben de escucharlos y pedir que cuente detalles de la situación.

Lo más urgente que debe hacer es pedir una entrevista con el maestro, ya que la escuela debe conocer la situación como punto de partida para solucionar el problema y evitar que vuelva a presentarse en el futuro.

Debe apoyar a su hijo, puede pasar más tiempo con él, darle confianza, animarle a expresar sus sentimientos, darle la posibilidad de colaborar para sentirse útil.

No debemos culpabilizar en ningún sentido al niño por lo que le está sucediendo, ya que él, es sólo una víctima de la situación.

El trabajo de los padres es educar a los hijos, prepararlos y guiarlos para que aprendan a elegir el camino correcto, a actuar adecuadamente y a afrontar las diferentes situaciones que se irán encontrando a lo largo de sus vidas, platicar de vez en cuando con los maestros de sus hijos y recurrir a un psicólogo si su hijo o hija tiene un cambio en su conducta, resulta ser de ayuda, para conocer el problema y resolverlo lo más rápido posible. Publicado en El Dictamen 

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