La prueba Enlace, instrumento que no sirve ni
para hacer diagnósticos: Aboites
La evaluación no cuenta en
el promedio y cada quien contesta lo que quiere, dicen alumnos
Laura Poy Solano
A seis años de su primera aplicación en
bachillerato, la Evaluación Nacional de Logro Académico en Centros Escolares
(Enlace) sólo confirma que estamos a ciegas en cómo mejorar los contenidos para
que los alumnos alcancen mayores conocimientos, pues es un instrumento que no
sirve ni siquiera para diagnosticar, alertó Hugo Aboites, catedrático de la
Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y experto en políticas educativas.
Agregó que es utilizada como
una herramienta de clasificación de alumnos en categorías de elemental e
insuficiente, bueno y excelente, pero sin contexto de porqué se dan estos
resultados ni tampoco de lo que debemos hacer para mejorar su aprendizaje, pues
recordó que desde 2008, primer año de su aplicación, los resultados han sido
sistemáticamente malos.
En tanto, alumnos del tercer
grado de bachillerato, a quienes la Secretaría de Educación Pública (SEP)
aplica la prueba estandarizada en poco más de 14 mil planteles, señalaron que
los malos resultados que obtienen muchos de sus compañeros se deben a que no
todos tenemos las mismas condiciones para estudiar y que los maestros no
siempre saben bien la materia que nos enseñan.
Karla y Carolina,
estudiantes del Colegio de Bachilleres (Colbach) plantel 20 en el Distrito
Federal, afirmaron que otro de los factores que inciden en los resultados es
que pocos se lo toman en serio. Es una prueba que no cuenta en nuestro promedio
de calificaciones, así que la mayoría responde lo que quiere. Muchos ni
siquiera leen las preguntas.
Este año la dependencia
federal prevé la participación de poco más de un millón de jóvenes que están
por concluir su educación media superior en el país, en instituciones tanto
públicas como privadas, a excepción de quienes están inscritos en el sistema de
bachillerato de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quienes no
participan en este proceso de evaluación.
Marco, quien también cursa
su último grado de bachillerato en el Colbach 20, afirma que la prueba no tiene
nada que ver con los contenidos de las evaluaciones de selección para ingresar
al Instituto Politécnico Nacional o la UNAM. Está muy fácil, y no sirve ni para
decir esto no me lo enseñaron o de plano ya ni me acuerdo.
Al respecto, Aboites
enfatizó que las preguntas que se aplican a los alumnos son elaboradas por
equipos técnicos que no toman en cuenta la evaluación que hacen los propios
docentes en el aula, quienes al final son los que más saben si un alumno avanzó
en adquirir nuevos conocimientos.
No todos los jóvenes, dijo,
tienen las mismas condiciones de aprendizaje. Por ello no podemos comparar a
quienes estudian un bachillerato tecnológico en Chiapas, en una zona aislada y
sin muchos recursos pedagógicos, a quienes cursan su formación en zonas urbanas
donde hay Internet, bibliotecas u otras instalaciones básicas.
De acuerdo con cifras de la
SEP, la prueba consta de 150 preguntas de opción múltiple en las que se evalúa
la comprensión lectora y los conocimientos matemáticos de los alumnos. Se
aplicará en dos sesiones este 16 y 17 de abril, mientras el 18 de este mes se
realizará una prueba de control en una muestra censal de alumnos y docentes de
matemáticas. (La Jornada)
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