Estallido
social, si se impone reforma educativa
SANTIAGO IGARTÚA
La reforma educativa
está dictada por despachos económicos
que no conocen la realidad nacional, elimina los derechos laborales de los
docentes, carece de criterios equitativos para evaluar y aniquila el concepto
de gratuidad. Ese es el proyecto que quiere imponer el gobierno de Enrique Peña
Nieto, aseguran profesores disidentes de Oaxaca, Michoacán
y el Distrito Federal (que se suman a la lucha de los guerrerenses) y es la
que, afirman, no están dispuestos a permitir
MÉXICO,
D.F. (Proceso).- Por considerarla privatizadora y regresiva, porque aseguran
que atenta contra los derechos de los trabajadores de la educación
–que no fueron escuchados en su elaboración–
y por sentirse señalados como causantes del rezago
educativo, los militantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la
Educación (CNTE) y el Comité
Ejecutivo Nacional Democrático del Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación (CEND-SNTE) no están
dispuestos a dejar pasar la reforma educativa de Enrique Peña
Nieto. Antes que aceptarla, dicen, pelearán por detenerla en las calles, con la
voz y con el cuerpo.
Entrevistados por
Proceso, cuatro dirigentes del magisterio disidente en Michoacán,
Oaxaca y el Distrito Federal, donde además de Guerrero se han hecho fuertes,
coinciden en que de concretarse los cambios que dicta la reforma en el sistema
educativo se avecinaría un estallido social.
Explican que la
radicalización de la protesta ha subido de tono a la
par que el discurso oficial a partir de las declaraciones del secretario de
Educación, Emilio Chuayffet, el miércoles
3, cuando advirtió que a los maestros que se ausentaran
de sus escuelas por participar en los reclamos se les despediría,
y del discurso de Peña Nieto –un
día después de que la Policía
Federal desalojara a quienes se manifestaban en la Autopista del Sol–
en el que sostuvo que “la ley no se negocia”
y que “el uso de la fuerza pública
es último recurso sobre el cual tiene el Estado no sólo
atribución sino obligación
de hacer valer para hacer respetar los derechos de toda la ciudadanía”.
“Nosotros les decimos que no se permitirá
la aplicación de leyes injustas. Casi todos los
trabajadores de la educación estamos contra esta reforma y la
inconformidad se va a ir extendiendo por el país.
Si otros estados toman el rumbo de Guerrero, donde se han ido uniendo otros
ciudadanos, seguramente aun de manera física detendremos la reforma educativa.
“Es el único
método que tienes de hacerte valer en los momentos de más
cruel intransigencia del Estado. Y no es que promovamos la violencia. El que
enturbia el ambiente es el gobierno cuando dice que las leyes no se negocian,
cuando dice el que no trabaje se va. Eso hace que el magisterio se agite más
y esté dispuesto cada vez más
a dar la batalla.
“Lo otro –y
se lo hemos mandado decir al secretario de Educación–
es que si la decisión es irreversible, no habrá
papel suficiente para las órdenes de finiquito de la relación
laboral de los trabajadores de la educación.
“Y le decimos también
que si la decisión es tan grande y quieren aplicar su
ilegalidad hecha legal, pues las cárceles no van a ser suficientes para
que metan a los inocentes trabajadores de la educación”,
dice Artemio Ortiz Hurtado, secretario del CEND-SNTE, quien pese a todo asegura
que los maestros privilegiarán vías
alternas, como los más de 200 mil amparos contra la reforma
que, asegura, han presentado, un paro nacional de labores y la aplicación
de un programa de estudios alternativos al oficial, ya elaborado, a partir del
ciclo escolar 2013-2014.
Juan José
Ortega, secretario general de la sección XVIII de la CNTE, en Michoacán,
quien lideró las negociaciones del magisterio con
el gobierno federal en la Secretaría de Gobernación
el jueves 4 y el martes 9, aseguró que no hay congruencia en la palabra
de las autoridades.
“No es lo mismo lo que se discute a
puertas cerradas que el discurso de Enrique Peña
Nieto o del secretario de Educación. Esto pone en un estado de alerta a
la Coordinadora. Su falta de sensibilidad nos está
orillando a radicalizar las acciones. Ya no hay credibilidad, no hay confianza
en ellos. Están administrando el movimiento para
darnos un golpe muy al estilo que tiene este gobierno, como un ejercicio más
de traición”, dice el maestro, quien anuncia una
movilización nacional el lunes 15 rumbo a un paro
indefinido de labores.
El michoacano le
advierte a Peña Nieto que tendrá
que “enfrentar” un problema más
allá de lo que es la “agresión”
contra el magisterio, porque el pueblo se está
organizando para defenderse también de las reformas fiscal y energética:
“Recordemos que el caso Guerrero
adquiere otra dimensión con las organizaciones sociales que
están en el acompañamiento a nuestros hermanos. En Michoacán
ya somos 48 organizaciones en la conformación
de un frente único de trabajadores. No hay más.
Aún estamos privilegiando el diálogo,
pero los tiempos nos consumen”.
Rubén
Núñez Ginés, dirigente de la Sección
XXII del magisterio en Oaxaca, dice conocer de cerca la cara más
vieja del PRI. No le sorprende la embestida contra el magisterio.
“El sistema político
nacional y del Estado tienen una deuda por la represión
de 2006 que encabezó el espurio Ulises Ruiz. El magisterio
oaxaqueño no se olvida de esa agresión.
Conocemos cómo es la política
en los gobiernos priistas y hoy reiteramos que tienen como objetivo la represión
de los derechos de los trabajadores. Pero hoy los escenarios son distintos. Hoy
los gobiernos tienen que pensarlo muy bien antes de cometer algún
abuso contra los trabajadores.
“Lo estamos viendo en Guerrero. La
Coordinadora está muy fortalecida, las secciones de los
estados se manifiestan de manera muy contundente. No hay temor alguno”,
dice y asegura que de tener que “salir”
una vez más, no estarían
solos. Afirma que contarían con la presencia de un “movimiento
popular” formado por campesinos, amas de casa,
estudiantes, padres de familia y trabajadores de distintos rubros, todos “dispuestos”
a organizar una gran cruzada nacional.
Para Francisco
Bravo, líder de la CNTE en el Distrito Federal,
el conflicto es reflejo de un gobierno autoritario en “el
regreso al presidencialismo reacio”, donde el que decide es el presidente
y se acabó. “Si el magisterio no se mueve, si no hay
indicios de protesta, ellos se van a servir con la cuchara grande en la ley
reglamentaria.
(Extracto del
reportaje principal que se publica en Proceso 1902, ya en circulación)
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