Una política educativa eficaz (III)
Otro gran tema es la
universalización de la educación media superior, también conocida como
bachillerato o preparatoria.
Fausto Alzati Araiza
En la Metamorfosis
anterior revisé los objetivos que el Presidente electo Enrique Peña Nieto
estableció para una política educativa eficaz y señalé que los maestros y el
SNTE lo han sido y seguirán siendo los mejores aliados de la autoridad
educativa para alcanzar sus metas. Apunté que “la clave de un buen desempeño
educativo (…) (es que) los educandos
tengan un total dominio de las habilidades de lecto-escritura, (que) dominen
los procedimientos y conceptos fundamentales de la aritmética y del
razonamiento algebraico (y que también adquieran) el dominio de alguna lengua
extranjera; la capacidad para realizar búsquedas en internet; buenos modales,
valores éticos y cívicos, y un aprecio bien fundado por México, su historia y
su cultura, en el contexto global, más la exposición a las culturas más
importantes del planeta”. Hice notar que, en consecuencia “harán falta miles de
maestros capaces de lograr estas metas”. Enseguida propuse que para
capacitarlos se necesita una estimación práctica de las capacidades efectivas
de cada maestro, en relación con los conocimientos y las destrezas arriba
señalados, que remplace a las “evaluaciones” politizadas, cuyo único fin es
servir como arma a los enemigos de la educación pública, en su afán de denigrar
al magisterio y arrinconar políticamente al SNTE.
Para concluir propuse
que, en estrecha colaboración entre la SEP, el SNTE y las autoridades
educativas estatales, se formule un programa integral de fortalecimiento
magisterial para una educación pública eficaz, donde se establecerán los
contenidos y las destrezas a cubrir, los tiempos y metas por alcanzar, y se
acordarán los estímulos que se otorgarán a los maestros, conforme a las destrezas
adquiridas. Finalmente, sugerí que en esta gran tarea se requiere un gran acuerdo nacional entre la SEP, el
SNTE y la ANUIES, que cobije y soporte los correspondientes acuerdos
establecidos en cada estado de la Federación y que sea la columna vertebral de
una política educativa eficaz. Esta es la esencia básica de un diseño realista
y factible, a la vez que ambicioso, de política educativa, que permita avanzar
de manera tangible, en unos pocos años, hacia los objetivos que el Presidente
electo Enrique Peña Nieto ha propuesto en materia de Educación Pública.
El otro gran tema, que
se engarza de manera consustancial con los anteriores, es la universalización
de la educación media superior, también conocida como bachillerato o
preparatoria. Si la ley le ha dado ya carácter obligatorio, ahora es urgente e
indispensable diseñar y aplicar las políticas que le den suficiencia a la suma
de la oferta pública y la privada en este nivel educativo, para responder a la
creciente demanda de los jóvenes que alcanzan la edad correspondiente. Pero
este proceso no puede separarse de la decidida expansión de la oferta
universitaria, en tanto que serán precisamente universitarios quienes llenen la
necesidad de docentes en el nivel de bachillerato. En paralelo, deberá trabajarse
en diseñar opciones terminales atractivas y apoyos socioeconómicos bien
enfocados a fin de reducir con celeridad los dramáticos niveles de deserción
que por ahora se registran.
Son muchos y formidables
los retos que Peña Nieto tiene enfrente. Pero el más trascendental es el de
poner en marcha la gran revolución educativa que le devuelva a México la fe en
su destino de grandeza y restaure las vías de movilidad social que el
estancamiento y la violencia han atrofiado. Cada joven “rechazado”, cada nini,
es una vergüenza nacional y una semilla de violencia. En los próximos días,
Enrique Peña Nieto tendrá la irrepetible oportunidad estratégica de conquistar
la gran base de apoyo popular que necesita para transformar a México. La
conquistará si decide comprometerse públicamente con la suficiencia
presupuestal a las universidades públicas, de modo que no haya más jóvenes
“rechazados”. México lo merece. fausto.alzati@meyc.com.mx
Publicado en Excélsior.
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