La SEP, cómplice de Elba Esther
VÁLEK RENDÓN
No hay quien pueda defender el enriquecimiento ilícito de Elba Esther
Gordillo, la ex presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación (SNTE) que está ahora en la cárcel, pero está claro que para desviar
2 mil 600 millones de pesos se requiere de una gran ayuda.
Junto con Gordillo, la Secretaría de Educación Pública (SEP) es
responsable del daño causado al patrimonio de los maestros mexicanos. Y es que
es precisamente la autoridad educativa la que descuenta en promedio 100 pesos
al mes a cada uno de los más de un millón 200 mil maestros que hay en México
para depositarlos en las cuentas del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del SNTE.
Al hacer lo anterior, la SEP abre la puerta para el uso discrecional del
dinero.
La Ley Federal del Trabajo dice que las cuotas gremiales sólo se
deducirán del salario del trabajador cuando su sindicato incluya en los
estatutos que la autoridad recolectará los recursos –situación que contempla el
SNTE–, lo cual es un abuso, pues cada individuo debe tener control absoluto de
su dinero.
Además, en México no se les da la oportunidad a los maestros de
afiliarse al sindicato de su preferencia. Cuando una persona recibe una plaza
como docente, en automático pertenece al SNTE y comienza a aportar para pagar
los lujos de la cúpula sindical.
Todo ello tiene su origen en el decreto de 1946, donde se establece que
el SNTE es el único interlocutor de la SEP para cuestiones laborales. Desde
hace años, la sociedad civil en el país ha exigido que el gobierno federal
derogue este acuerdo, pero hasta ahora ninguna autoridad se ha pronunciado por
romper el uso político que se le da al magisterio mexicano.
Después del encarcelamiento de Elba Esther, si la SEP no deroga ese
acuerdo, será una señal fidedigna de que fue sólo una jugada política para
hacer a un lado la altanería de “La Maestra”. Lo relevante ahora es que la SEP
deje de quitar su dinero a los maestros y acepte como representantes
magisteriales a otras asociaciones de trabajadores. De no hacerlo así, la SEP
seguirá siendo cómplice del robo descarado en contra de los maestros.
*Periodista.
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