Clases particulares, estímulos para generar desigualdad
LUIS MANUEL MENDOZA
Las clases particulares, los sistema de regularización y los grupos de
preparación para exámenes de ingreso que pagan algunos estudiantes de varios
niveles educativos provocan desigualdad al interior de la escuela y
regularmente están enmarcadas por alguna ilegalidad, aseguró Mark Bray,
director del Centro de Investigación en Educación Comparada de la Universidad
de Hong Kong.
Las clases particulares o tutorías privadas, como las define el
investigador, provoca muchos riesgos al interior del aula. Uno de los más
importantes es que los docentes dejan de asumir su responsabilidad “porque
saben que hay una red de seguridad que finalmente les enseñará lo necesario;
entonces, el sistema se vuelve ineficiente”, confirma.
Bray, catedrático de la UNESCO en Educación Comparada, afirma que este
fenómeno está afectando seriamente a otros continentes como Asia o Europa, al
grado que los profesores “intencionalmente dejan de cubrir lo que deben enseñar
(currícula) porque así abren una puerta para dar tutorías privadas”.
Además de estos problemas, muchos de los docentes probablemente evaden
el pago de impuestos en busca de mayores ingresos, regularmente porque su
sueldo como docentes en la educación pública es bajo.
Su más reciente libro Un sistema educativo a la sombre. Las tutorías
privadas, editado en México por el Centro de Investigación y Docencia
Económicas (CIDE) analiza a fondo lo que sucede en diversos sistemas educativos
y muestra los riesgos que este fenómeno.
Factores y modalidades de la tutoría privada
Entre algunas de las características que Mark Bray engloba para hablar
de tutorías privadas está la informalidad de un grupo de personas para realizar
un trabajo de enseñanza-aprendizaje; además, se desarrolla extra clase o fuera
del aula, y cada vez es más frecuente la presencia de empresas, pequeñas o
grandes, e incluso internacionales. Una última característica es la evolución
de tutorías por internet.
Los alumnos, víctimas de la competencia
En diversos contextos socioculturales, al demostrar que las tutorías dan
resultados benéficos para el aprovechamiento escolar de los estudiantes también
se provoca un ambiente de competencia, mismo que agota a los estudiantes, los
llena de presión y los deja sin descanso.
Cuando sucede esto en los exámenes de ingreso, la competencia es aún
mayor. Los sectores de mayor nivel socioeconómico pueden pagar sin problema las
tutorías privadas, los de nivel medio hacen lo posible al darse cuenta de que
esa capacitación extra clase puede dar resultados, e incluso los de nivel bajo
optan por dedicar muchos de sus recursos para el éxito académico o, por el
contrario, se rinden antes de intentarlo y abandonan la escuela.
“Ese es otro de los temas importantes a discutir, la competencia y la
ansiedad de resultados”, dijo.
Los maestros, relación ganar-ganar.
Para los maestros las tutorías privadas se han convertido en una salida
fácil, una labor que les ayuda a generar recursos y además encuentran mayor
libertad de enseñanza, lejos de trámites administrativos, horarios justos o
presión por cubrir un currículum; sin embargo, lejos de una normatividad fiscal
o hacendaría, donde se evaden impuestos y responsabilidades.
“Si se les paga bien a los maestros por lo menos ya no tendrían excusa
para ir al sector privado, pero no resolvería todo, conozco sistemas donde los
profesores están bien remunerados pero las familias están buscando proveer esa
tutoría, entran en una dinámica de competencia y ansiedad por resultados”, dijo.
Para Mark Bray es el Estado el responsable de regular y de dirigir ésta
práctica para evitar desigualdad o la misma ilegalidad de la práctica aunque
marca una estrategia dirigida a erradicarlo.
“El primer paso es reconocer que el problema existe, algunos gobiernos
tratan de ocultarlo”, dijo.
“El segundo paso es encontrar la magnitud de saber quién la está
recibiendo, cuántos maestros están dedicando tiempo para eso y cuánto daño
puede generar esto”, afirma Bray, quien además define esto como la verdadera
sombra del sistema educativo.
Asimismo, propone una regulación que permita saber quién sí pueda
ofrecer una tutoría, a qué jóvenes es correcto dar los talleres y, por último,
conocer si las empresas pueden realizar esta actividad o si lo hacen como debería
ser.
Las tutorías privadas en otros países han provocado pérdidas millonarias
y la ruina de los sistemas educativos formales o dentro del aula,
principalmente acabando con las igualdad de condiciones de aprendizaje.
Este jueves, la traducción de este libro, realizada por Sergio Cárdenas,
investigador del CIDE, será presentada en la Librería del Fondo Octavio Paz a
las 18:30 horas, el documento será comentado por David Calderón, director de
Mexicanos Primero.
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