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lunes, 17 de diciembre de 2012


La opinión pública respalda la reforma educativa
60% de la población en general y 47% de los maestros creen que sí habrá una mejoría, de acuerdo con la encuesta BGC-Excélsior

Ulises Beltrán y Alejandro Cruz/ BGC, Ulises Beltrán y Asocs., S. C.

CIUDAD DE MÉXICO, 17 de diciembre.- La opinión pública concuerda con la reforma educativa lanzada por el Presidente y los líderes de los principales partidos políticos. Incluso los maestros apoyan las principales medidas de esta iniciativa, aunque en promedio con puntos de vista más reservados. Se piensa que esta política educativa tendrá éxito parcial, debido a las resistencias sindicales, según se observa en la encuesta telefónica BGC-Excélsior a población nacional y maestros de educación básica.

La mayoría de la población sabe que el gobierno de Peña Nieto dio a conocer la reforma educativa y cerca de la mitad conoce que la firmaron también los líderes de los principales partidos.

Amplio acuerdo provocan las principales medidas incluidas en la iniciativa: casi toda la población aprueba la creación del Servicio Profesional Docente (87%) y el dotar de autonomía al Instituto Nacional de Evaluación de la Educación (82%).

Destaca que, aunque en menor proporción (gráfico 1), también los maestros respaldan ambas medidas (74% y 65%, respectivamente). Adicionalmente, los padres de familia cuentan generalmente con opiniones parecidas a las del promedio de la población general.

El acuerdo con la reforma se da en un entorno donde la educación pública es crecientemente calificada por la población como mala o muy mala (48%). Para la opinión pública nacional, la baja calidad educativa se debe principalmente a la falta de preparación y actualización de los maestros. Opuestamente, los maestros cree que la educación que se imparte es buena (48%).

No se le ve como una reforma más como otras anunciadas en el pasado. Por el contrario, la gente cree que sí contribuirá a transformar la educación pública del país (60%). Entre los maestros hay puntos de vista más encontrados (gráfico 2).

Se piensa que el contenido de la reforma es producto de la discusión y consenso entre el gobierno de Peña Nieto y los líderes del PAN, PRI y PRD (gráfico 3). Esto genera mayor confianza a la opinión pública de que mejorará la calidad educativa (74%). Por este apoyo multipartidista, se asume que los legisladores van a aprobar rápidamente esta iniciativa en el Congreso (54%).

La mayoría tanto de la población como de los maestros se muestra altamente segura de que las principales medidas de la reforma contribuirán a mejorar la calidad educativa (gráfico 4).

Las acciones que se vislumbran más ciertas de contribuir a mejorar la educación son las referidas a la asignación de puestos directivos con base en evaluación de competencias, la autonomía del INEE y la promoción de y estímulos a maestros con base en desempeño profesional.

Con menor certeza, también se piensa que el otorgamiento de las plazas magisteriales por concurso (totalmente/bastante seguro, 52% de la población general y 57% de los maestros).

Aún cuando se aplaude esta iniciativa educativa, su consecución no se ve plenamente garantizada. La mayoría de la población y de los maestros estima que el gobierno de Peña sólo logrará aplicar parte de la esta reforma (gráfico 5) debido a resistencias sindicales (53% y 56%, respectivamente).

En cualquier caso, 70% los mexicanos prevé que se vean resultados en algún momento del sexenio. En ese sentido, los maestros son menos optimistas en promedio (55%).

La opinión pública y los maestros concuerdan con la idea de que con la reforma educativa busca limitar el poder del SNTE y de su dirigente, Elba Esther Gordillo (gráfico 6), para así recuperar la conducción de la política educativa (acuerdo/ en parte, 77% y 70%, respectivamente).

Pese a esta percepción de reafirmación de autoridad frente al Sindicato, no se siente que haya una ruptura entre el gobierno y el magisterio. Se tiende a pensar que la relación de Peña Nieto con Gordillo es positiva (gráfico 7). En el caso del titular de la SEP, Emilio Chuayffet, muchos no tienen idea de cómo es su trato con Gordillo. Quienes sí cuentan con una opinión se inclinan más a pensar que es buena. Entre los maestros se cree que es mala.

Pese a que Chuayffet ha tenido desavenencias con ella en el pasado, el mencionar este hecho a los entrevistados, la población e, incluso, los profesores, ven correcto su nombramiento en la SEP (gráfico 7) y, por tanto, como responsable de conducir la reforma educativa (adecuado: población general, 60%; maestros, 58%). Publicado en Excélsior. 

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