En
entrevista, el vicepresidente de la cámara dio el balance de 2011 del sector
editorial en el país
Registra la Caniem
pérdidas de 500 mdp por fotocopiado ilegal
Cerró el
año con un aumento en ingresos y producción respecto de 2010
Entre los
retos, Setzer Letsche mencionó el combate a la piratería, lograr el balance
entre acceso a la información y derechos de autor, el desarrollo del libro
electrónico y la creación de políticas públicas de fomento a la lectura
Carlos
Paul
La Cámara
Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) cerró 2011 con una
facturación de más de 10 mil 84 millones de pesos, más de mil millones que en
2010, que fue de 8 mil 907 millones de pesos.
Durante
2011, la producción de libros en México alcanzó 293 millones 688 mil 179
ejemplares. De ese total, el sector privado produjo 131.8 millones, de los
cuales 26.7 por ciento (35.2 millones) correspondió a la producción de libros
para programas de gobierno: bibliotecas de aula y escolares, educación
secundaria e inglés en educación básica.
Mientras
la producción del sector público fue de 161 millones 838 mil 778 ejemplares, de
los que alrededor de 79 por ciento son libros de texto gratuito para nivel
primaria.
De
acuerdo con Hugo A. Setzer Letsche, vicepresidente de la Caniem, a dicho
balance se suma que durante 2011 se exportaron 14.9 millones de ejemplares, con
un monto de venta de 70 millones de dólares, y se importaron 10.2 millones de
ejemplares, con un valor de 53 millones de dólares. El valor de facturación
registró decrementos en ambos rubros: 7.3 por ciento en exportaciones y 4.1 por
ciento en importaciones.
En charla
con La Jornada, Setzer Letsche habló sobre las necesidades y retos de la
industria editorial, como el libro electrónico, derechos de autor y a la
información, así como de los libros del texto gratuito, entre otras cuestiones.
Temas sobre los que también reflexionaron alrededor de 160 especialistas de
cerca de 20 países, que participaron en el noveno Congreso Iberoamericano del
Libro, que se realizó durante la pasada Feria Internacional del Libro de
Guadalajara.
Hoy día,
la industria editorial se encuentra en transición, debido, en buena parte, a
los recientes cambios tecnológicos y los nuevos medios, explicó Setzer.
Actualmente
se cuestiona y debate si los editores son necesarios, pues se vive en un mundo
donde los autores, en ciertos casos, prescinden de ellos y publican de manera
directa.
En ese
contexto, respecto del formato del libro electrónico y para que la industria
editorial se mantenga vigente, debemos proporcionar un valor agregado a lo que
escriben los autores; es decir, ofrecer contenidos aún más importantes para el
lector, señaló el representante de la industria editorial.
De igual
manera, se debe continuar con la reflexión sobre derechos de autor y a la
información. En esta caso debe haber un balance entre ambos, explicó Setzer. La
cuestión es que no solamente no están contrapuestos, sino que, para que
funcione bien el acceso a la información, se necesita del derecho de autor.
Sobre la
cuestión de la piratería, la Caniem y el Centro Mexicano de Protección y
Fomento de los Derechos de Autor (Cempro), trabajan para, entre otras
cuestiones, regular el uso de las fotocopias y atacar el problema de la
piratería.
El Cempro
lleva a cabo decomisos de material pirata de entre 15 y 25 millones de pesos al
año, comentó Setzer Letsche. Se trata sólo de un pedacito, pues es una
situación muy difícil de estimar por ser un mercado ilegal.
Según el
representante del sector editorial, por lo que toca a la reprografía o
fotocopiado sin autorización, hay pérdidas por 500 millones de pesos, si se
calcula que hay 5 mil millones de copias, estimadas a 10 centavos cada una.
De
acuerdo con cifras de la Coalición para el Acceso Legal a la Cultura, apuntó
Setzer, en 2011 hubo 86 millones de descargas de libros electrónicos de manera
ilegal, mientras se vendieron sólo 86 mil libros electrónicos.
En torno
a las políticas públicas del libro y la lectura, el vicepresidente de la
industria editorial consideró que no existe una política pública coherente que
articule a los diferentes sectores involucrados en el proceso editorial y que
apoye al libro y la lectura como un elemento fundamental para el desarrollo del
país.
Entre las
necesidades que se presentan está la de articular a las distintas dependencias
de gobierno que se involucran transversalmente con la industria editorial, pues
cuando recurrimos a la Secretaría de Economía ésta nos manda a la de Educación
y ésta a otra dependencia. El asunto es que (las políticas públicas del libro y
la lectura) se deben ver de manera integral.
Tasa cero
a editoriales y librerías
Para el
titular del ramo, otro de los asuntos es el del libro de texto único y gratuito
para nivel primaria: la Caniem no propone que desaparezca, sino que se amplíe
la oferta de contenidos, como ocurre de nivel secundaria.
Para
Setzer, eso va de la mano con la actual reforma educativa propuesta por los
partidos políticos y por el presidente Enrique Peña Nieto, en la que se busca
que los profesores se capaciten y puedan elegir el libro de texto que quieran
usar, aprobado por las autoridades correspondientes.
Respecto
del tema fiscal, la Caniem buscará que se aplique la tasa cero no sólo a las
editoriales, sino también a las librerías.
Setzer
Letsche confía en que para el próximo año existan las condiciones para que en
general el país se desarrolle y en particular lo haga la industria editorial
mexicana. Esperemos crecer respecto de las ediciones electrónicas, así como en
la edición tradicional en papel, ya que ambas se complementarán, concluyó. Publicado
en La Jornada
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