Los maestros tienen razón
Por: Luciano
Blanco González
La
autoritaria e impositiva Reforma Educativa viene a romper con una inercia
nociva que corroe el sistema educativo Mexicano, la falta de consulta y de
planeación, hace que sus principales actores, los maestros, se sientan
agredidos por una decisión sin consulta, sin información, cupular, piramidal,
presidencialista, convalidada por los tres monopólicos paleros iluminados e
iluminantes de los intrincados senderos de la reconstrucción nacional Madero
del Pan, Sambrano del Prd y mi líder ideológico y político del Pri, Cesar
Camacho. Pactados para mover a México, aunque tiemble, aunque sea para atrás, o
cernirlo para arriba mientras no se caiga.
Sin embargo
el diseño de la Reforma Educativa ha recibido de la sociedad en general, el
aplauso y la aceptación, por su contenido y por la manipulación mediática de
los medios de comunicación.
Es cierto,
tal reforma más que metodológica e intelectualista, es una reforma laboral que
viene a romper los viejos y decantados sistemas del ingreso, la promoción, el
reconocimiento y la permanencia en el servicio docente lo que ha motivado una
reacción impulsiva y agresiva por parte del gremio magisterial, cuyas
criticadas tácticas de lucha, en lugar de sacar su movimiento adelante, cada
día lo hunden más.
Pero no son
totalmente culpables los profesores, ellos solo responden a una situación de
desconfianza, de incertidumbre y de agresión nada los convence porque conocen
los mecanismos amañados del que ellos mismos han sido beneficiarios, ellos solo
desean certidumbre, garantías, permanencia en sus actuales plazas con mejores
prestaciones.
En su
desesperación escuchan a cualquier redentor que dice llevarles la verdad,
aunque esta verdad este distorsionada y lejana a la realidad.
Los más
interesados en que el estado de cosas actual, continúe como hasta ahora, son
ellos mismos y sus líderes legales que por supremo decreto oral de Don Emilio
Chuayffet, son en todo el país los líderes del SNTE, no hay más interlocución
con ninguna otra organización, no importa que Don Emilio rompa el principio de
la libre Asociación. Todos, pero no todos tenemos que estar de acuerdo con él.
Los líderes
legales saben que cualquier cosa que se trance, será con ellos, saben que
quienes hoy en las calles los llenan de lodo y de vituperios, llegaran a rogar
la ayuda en el momento de la verdad, cuando las aguas retomen su cauce, porque
todo seguirá igual, ellos saben cómo recomponer las cosas, por eso dejan que la
tormenta continúe.
Ellos
alientan la presencia de los maestros en las calles para espantar a los jefes,
saben que ellos seguirán usufructuando las plazas, las validaciones, las
evaluaciones, el escalafón, las prestaciones, las cuotas, los ascensos, ellos
ya recibieron ratificada la concesión del pastel, como líderes únicos
ratificados, ellos mismos serán quienes califiquen, las evaluaciones y
promociones acaso en la Delegación de Veracruz, los líderes magisteriales de
desecho, no son los principales funcionarios. ¿Cree acaso alguien que una
autoridad externa los evaluará para determinar si son idóneos, capaces o no,
para permanecer en el servicio profesional docente? No, los altos mandos de la
Secretaría llegaron ahí, por circunstancias ajenas a la idoneidad y a la
capacidad, ellos también requieren una evaluación real.
Mientras
tanto, la sociedad tiene que tolerar los bloqueos y lamentar que los niños por
la inasistencia de sus educadores no asista a clases, como consecuencia de la
encubierta manipulación de los dirigentes legales, quienes mediante torvas y
turbias maniobras alientan el paro magisterial, apoyados en su estructura
administrativa oficial que la Secretaría de Educación, vía canonjías les ha
otorgado. Jefes de Sector y de Zona (SNTE) Inspectores Escolares (SNTE),
Directores y Sub Directores (SNTE), esta es la causa de que nadie, ningún
funcionario de ellos, se atreve o se atreverá a levantar un acta de
inasistencia, so pena de ser tildado de inmediato como traidor, al que el Jefe
Callejas, castigará rudamente en sus catilinarias.
Tan es así
que en este momento, documentalmente todos los maestros están en las aulas,
todas las listas de asistencia están firmadas, como si los maestros estuvieran
en el aula atendiendo su grupo, por eso suena ridículo que se nos informe que
el 70% está trabajando. ¿En dónde? Cuando sabemos que las escuelas están
cerradas.
Pero los
líderes legales deben de poner las manos sobre la cabeza y los codos en el
escritorio, deben preocuparse, los maestros están inventando sus propios
líderes, están abrazando nuevas banderas y la remoción de líderes regionales es
evidente, porque el movimiento ha permitido que los modestos y temerosos
maestros de ayer, agarrados de un clavo ardiendo, como único camino de
salvación, se dejen asesorar y ayudar por políticos y por personeros de
izquierda y de derecha que antes no habían tenido la oportunidad de participar,
apoyando con alimentos, refrescos, transporte y creando liderazgos que ahí
quedaran para las próximas contiendas democráticas internas.
En su
movimiento, los maestros tienen razón, porque durante décadas las políticas en
esta materia incoaron en su seno, una serie de vicios y privilegios cuya
práctica decantó el espíritu apostolar y formativo que debe de tener la
educación, propiciando que el ejercicio de esta noble profesión, se
desarrollara a base de componendas y arreglos, donde todo importaba, menos la
calidad educativa.
Tienen
razón, porque de buenas a primeras, parece que el sistema se quiere recomponer
y destruir los paraísos y complacencias que por décadas se practicaron, siendo
ampliamente consecuentados, deliberadamente tolerados por las alianzas
electorales de antaño, que los hacían conscientemente cómplices de la
decadencia educativa, sin importar los resultados.
Tienen
razón, porque lo más importante para lograr ser maestro, era sin duda ser amigo
de los líderes sindicales y de las autoridades, los requisitos pedagógicos se
salvaban fácilmente con la atrabiliaria dispensa de perfil, otorgada por
razones de consanguinidad, de afinidad política o personal, las prebendas y la
venta de plazas, corrompiendo así los ideales de modelar una niñez con
conocimientos, con conciencia cívica y patriótica y con disposición de
preparase para enfrentar los grandes retos de la vida y de la Sociedad.
Tienen
razón, porque el ejercicio del liderazgo magisterial inconsciente y turbio,
preparó a sus agremiados para las grandes concentraciones políticas de apoyo a
los gobernantes en turno, al sistema y a construir sus propias vías para la
conquista del poder con los partidos políticos. Las porras y vivas más
estruendosas en las concentraciones siempre son las del maestro que con su
militancia leal logró para sus fines personales prestaciones y tolerancias
extra contractuales, faltas injustificadas, ausentismo total, comisiones
sindicales, puestos y plazas, ascensos en el sistema escolar y a veces utilizar
la fuerza del sindicato para postulaciones políticas.
Tienen
razón, porque las conquistas sindicales hicieron del profesorado una masa
homogénea en que el Elbismo, lo solucionaba todo, apoyada en sus líderes
locales, en que las plazas del maestro eran materia de subasta.
Nuestros
maestros tienen razón, porque se habían acostumbrado a la placidez y a la
tranquilidad que brinda un patrón complaciente, una superioridad tolerante al
retardo, a la inasistencia, a la impreparación, y a todo lo que propicia un
sindicalismo extraviado, ajeno a la pureza que inspira la solidaridad y el
apoyo desinteresado y justo a sus agremiados.
Tienen razón
en defender el viejo sistema, porque sin duda la tranquilidad económica que da
el recibir 501 días de salario, que percibe cada uno de los maestros de
educación básica, representados en el pago que les hace la federación y el
estado mediante el pago puntual de 24 quincenas(360 días) mas 5 días de ajuste
de calendario. Más 2 primas vacacionales de cada periodo escolar en el año (16
días) más (40 días) de aguinaldo, más la compensación de fin de año, (20 días).
Más la gratificación de fin de año (30 días). Más la gratificación del día del
maestro 15 de mayo (30 días).
A ello
agréguele el bono del 10 de mayo, el bono de imagen, la canasta. Adicionales en
otros renglones, el seguro de vida por 55 quincenas por defunción, médico y
medicinas en el Issste, préstamos para carro y para vivienda, pensión en caso
de invalidez y jubilación por antigüedad. Todo ello no debe de ser vulnerado,
no se deben de poner en peligro. La plaza y la nómina son sagradas e
intocables.
Puntualizando
que esta no es una fortuna, motivo de admiración, cada maestro es un
normalista, un técnico o un profesionista de la Universidad que merece mejores
haberes, para cumplir con sus responsabilidades en este saturado mercado de la
Educación.
Tienen
razón, porque ahora se pretende cambiar totalmente las reglas del juego para el
ingreso, promoción, reconocimiento y permanencia en el servicio docente, sin
diálogo, sin explicaciones, usando el poder de la autoridad y de la inducción
forzosa con chantajes salpicados de amenazas que hieren y lastiman la dignidad
de los educandos, por eso tienen razón, porque si bien es cierto que sus
derechos están garantizados por la ley, también es cierto que no hay confianza
en el discurso hueco y manipulador de la autoridad y menos en los que tienen el
deber de orientar y conducir a quienes hasta ahora se atreven a señalar como
sus explotadores. A sus líderes a quienes tildan de vividores a costillas de
los artífices del gis y el pizarrón.
Tienen
razón, porque el maestro más que otro sector ha sido beneficiario y víctima de
la demagogia y de la corrupción tanto de sus líderes como de las autoridades
educativas, por ello no tienen confianza en las aclaraciones y promesas.
Ellos saben
muy bien que las evaluaciones de que ellos o sus compañeros han sido objeto, se
han realizado mediante amañados exámenes de ingreso y ya en ejercicio en la
llamada carrera magisterial, saben que las claves para obtener las
compensaciones de mérito, no son producto del estudio, de la puntual asistencia
y de la capacitación, sino de la amañada y vergonzante vendimia.
En este
ambiente de desconfianza, los maestros tienen razón, aun cuando sus derechos
están plenamente garantizados por la ley y por la constitución, los maestros no
son abogados, no son juristas, aun cuando sus venerables líderes sean
diputados, presidentes, síndicos, regidores, líderes de partidos, por ello
mismo, no saben que ninguna ley es retroactiva y mucho menos que la ley pueda
aplicarse retroactivamente, tales, fueron contratados bajo un régimen jurídico,
su contrato establece cuáles son esas condiciones y estas no pueden variarse
por una nueva ley por muy justa, modernista o de vanguardia que sea, el
reformado artículo tercero constitucional, establece como garantía individual
que “La ley reglamentaria fijará los criterios, los términos y condiciones de
la evaluación obligatoria para el ingreso, la promoción, el reconocimiento y la
permanencia en el servicio profesional con pleno respeto a los derechos
constitucionales de los trabajadores de la educación. CON PLENO RESPETO A LOS
DERECHOS CONSTITUCIONALES DE LOS TRABAJADORES DE LA EDUCACION.
Preocupa y
angustia a los maestros el nuevo ingreso y el escalafón, Y se pretende ignorar
que estas dos figuras siempre han existido y se han practicado, lo que sucede es
que se ha buscado la vuelta para evadirlos y no cumplir el mandato.
¿Qué maestro
ha ingresado sin examen? Lo que pasa es que se estilaba que el aspirante iba
por su hoja de ingreso y el sindicato con requisitos a medias o parecidos les
daba curso, La capacidad y la idoneidad eran inventos de la ley que la
burocracia salvaba con facilidad. Por lo que simplemente los elegía, los
afiliaba, les otorgaba el pase al o los interesados, quienes llegaban a la
Secretaría y se les otorgaba el consecuente nombramiento, previa simulación del
examen, así un médico homeópata,, un licenciado en artes culinarias, un
ingeniero en ciencias atmosféricas, un licenciado en danza, sin ninguna
experiencia pedagógica, recibía su nombramiento para irse a hacer bolas frente
a grupo y a confundir aun más a los niños.
En cuanto al
escalafón, esta es una garantía constitucional establecida en el apartado B del
artículo 123 de la carta magna, garantía inviolable, pero ahora para hacerla
efectiva tendrán que presentar un examen de capacidad y de aptitud en la
materia, cuyos atributos obtendrán mediante la capacitación que la secretaría
está obligada por efectos de la nueva Ley a impartir. Pero este no es un
impedimento, es un reto y un estímulo para quienes se capaciten y se superen a sabiendas
de que la misma norma establece que Serán nulos todos los ingresos y
promociones que no sean otorgados conforme a la ley.
Ninguna
amenaza o grito hará que regresen los maestros a las aulas, el vasallo ha
despertado, ahora es un rebelde en lucha por el respeto a sus derechos, aunque
no tengan razón, aunque la ley sea custodio, garantía y salva guarda de sus
intereses, a los profesores; a la sociedad y a los alumnos, nadie se los ha
explicado suficientemente, a nadie le creen, la imposición les ha generado
dudas e incertidumbre, la represión y la desgastante lucha les ha generado
resentimientos contra los líderes de antaño a quienes ahora desenmascaran y
ofenden, por eso aceptan el apoyo de donde venga, por eso concurren a los
tribunales en amparo a una sinrazón. Por eso les dan la espalda a sus antiguos
capataces.
Este es un
problema que no se resuelve con la insolencia autoritaria, con el ruego
fingido, con la información manipulada, porque el maestro no es un ente
mediatizante, por el contrario los maestros, son pensantes, analíticos y
críticos, no, este es un problema que se resuelve con inteligencia, En Veracruz
el grueso del magisterio es muy capaz y reflexivo, miles de ellos, saben que
esta es una lucha sin banderas, que no los conducirá al puerto donde se halla
la barca de sus sueños dorados y que la mala dirección de sus capitanes
improvisados, puede llevarlos a situaciones peores.
Solo
requieren atención, de altura, de calidad de cordialidad, de compañerismo, de
coordinación, por eso exigen que sea el Gobernador Duarte quien los atienda
directamente, en sus pancartas, gritos y escritos, solicitan su intervención
directa por que en él sí creen, porque en él ponen las esperanzas de
salvaguarda de sus intereses laborales, saben que él dictará las medidas justas
para que inspectores y directores de escuela censen la inconformidad y la
resuelvan así como de quienes conscientes respaldan la reforma y están
dispuestos a colaborar con todas sus consecuencias.
No es
necesaria una estrategia de contramarchas o de no pagarles su quincena a los
maestros que realmente no se incorporen, ni tampoco es necesario distorsionar
el movimiento magisterial o buscar culpables en las influencias externas, no,
los maestros en su mayoría no van a dar clases a las escuelas porque una
inercia confusa y maligna los lleva a luchar contra lo desconocido.
Interesa lo
que pueda orientar y comprometer el Señor Gobernador en torno a este conflicto
que le origina la federación y sus diputados y el congreso local, que así como
aprobaron y aplaudieron ahora que expliquen y concerten.
El Señor
Gobernador tiene un gran equipo de trabajo en esta materia, Erik Lagos, Adolfo
Mota y Marlon Ramírez, poseen una capacidad de dialogo abierta y transparente
para sembrar la urgente credibilidad, para informar y oír las quejas,
atenderlas y dar solución, obvio que esto no se logrará mientras los mandos
sindicales legales en puestos de supervisión y dirección, sigan en su provecho
arrojando la nociva cizaña, poniendo al revés la brújula de la conciliación.
Con esta estructura mientras no se enderece en beneficio de los altos fines de
la educación, todo intento fracasará. Y como en los cuentos, No lo dudo, una
vez más, el gato se comerá al ratón.
Twitter:
@lucianoblancoG
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