Docentes de bachillerato, crónica de un
desalentador encuentro con funcionarios de gobierno
ANGÉLICA REYES
BARRAGÁN
Para los maestros
convocados al recinto de la Legislatura, la reunión del pasado sábado 14 con
diputados y funcionarios era la esperanza de ser escuchados, sin embargo desde
un inicio hubo un discurso falaz y una actitud desatenta, como la de Flavino
Ríos Alvarado quien hasta en su pose denotaba cierta desfachatez. Por el lado
de los “servidores públicos”, el más destacado fue el inmaduro subsecretario de
Gobierno, Marlon Ramírez Marín, quien encabezó a un grupo formado por la
subsecretaria de Educación Media Superior y Superior de la SEV, Denisse Uscanga
Méndez (quien llegó tarde) y el director de Recursos Humanos de la SEV, José
Ojeda.
Asistieron también el
diputado del movimiento ciudadano Armando Méndez de la Luz, quien atento
luchaba en contra de su ADN priista; la esposa del flamante legislador, David
Velasco, Mariana Munguía Fernández; y la exdirigente de la Asociación de Padres
de Familia, Diana Santiago Huesca y Brenda Abigail Reyes; las tres participaron
muy poco.
Es bien sabido entre
el gremio magisterial que la reunión fue intempestiva y concertada por el
Gobierno del Estado bajo ciertas ‘advertencias’ veladas a los docentes de
bachillerato. Las circunstancias acaecidas la noche anterior en Xalapa donde se
utilizó la fuerza del Estado contra los maestros y alumnos de algunas
facultades de la Universidad Veracruzana en la Plaza Lerdo, contribuyeron a que
los maestros accedieran a tal encuentro. La reunión se suponía sería de nivel
bachillerato, sin embargo también asistió una comitiva de otros niveles de la
zona de Veracruz. Los docentes solicitaron que no hubiera prensa ni se tomaran
fotos.
Desde un inicio, la
soberbia se notaba en la actitud de Marlon Ramírez quien con una sonrisa
fingida, cínica y con comentarios fuera de lugar, aseveraba que en el estado de
Veracruz nada había pasado, pues el desalojo (al que llamó ocupación) del día
anterior estuvo asistido por la Comisión Estatal de los Derechos Humanos
(CEDH), fue documentado y grabado; y los detenidos “unos cuántos” eran
alrededor de sesenta alumnos de la universidad. Aún se atrevió a afirmar que el
gobernador de Veracruz, Javier Duarte, estaba abierto al diálogo y que nunca
hubo ni habrá represión ni represalias contra ningún maestro. Los profesores le
recordaron lo acaecido la noche anterior
El maestro de
bachillerato del Colegio Preparatorio de Xalapa, Sergio Vera, recalcó que
ninguno de los presentes asistía para hablar por parte de algún grupo o
sindicato, ni por esos 18 líderes “que nosotros pagamos y que ahora nos
traicionan y hunden”; sino de manera personal se presentaban a manifestar su
desacuerdo por la mal llamada reforma educativa. Aclaró que la prensa
“oficialista” miente; puso el ejemplo de la cantidad de personas en las
manifestaciones, que solían declarar era del 5%, cuando en realidad se
movilizaron más de 90 mil , es decir, cerca del 80 por ciento de la plantilla
total en todo el estado de Veracruz.
Recalcó lo extraño
que de los 20 mil ojos que tiene el gobierno del Estado ninguno haya visto lo
que sucedía en el entorno, entonces “¿cómo creer en la buena voluntad del
gobierno si la realidad es otra?”. Recomendó decirle al gobernador que no le
favorece fotografiarse con líderes sindicales, pues estos no controlan ni a sus
esposas, porque nunca están en sus casas, o a sus esposos (en el caso de las
mujeres) que muchas veces no tienen. Tampoco le favorece al gobernador hablar
de “voluntad” pues sus estructuras, hacen lo contrario y amenazan a los maestros;
además de que su voluntad tiene la duración de su sexenio (todos los convocados
asintieron).
Esta nueva Ley,
observó, se repartió a muy pocos maestros con la petición de que se hicieran
propuestas; de esta forma los docentes de bachillerato la escudriñaron con
abogados y especialistas en la materia encontrando muchas lagunas e
inconstitucionalidades. También afirmó que los maestros del Colegio
Preparatorio de Xalapa en consenso regresarían a clase en lo que las
autoridades daban respuesta a su escrito, pero advirtiendo que seguían en la
lucha y que esto no acaba aquí.
Una maestra de la
escuela Industrial comentó que la ley es una incongruencia, al evaluar
instituciones que ellos mismo han mantenido, y que el caso de la Industrial
debería tratarse con sumo cuidado por las particularidades de esta Institución
que además tiene muchas carencias y necesidades.
Flavino Ríos aseguró
que esta Ley no afecta a los docentes. Su continua risa parecía querer restar
importancia a los temas tratados. Dijo enfáticamente: “Yo si quiero ser muy
claro la Ley General del Servicio Profesional Docente ya fue publicada, no se
puede hacer nada… Y miren, el Estado Mexicano es muy fuerte y nadie le gana”,
expresión que pareció una amenaza.
Marlon Ramírez
interrumpió para decir que él ha estado tratando de enterarse de este asunto
educativo y que el 70% de los recursos está destinado a la educación, de ahí la
necesidad de reordenar, esta “eficientación” (sonrió por su equívoco y explicó)
“esa eficiencia, lo digo para no enredarme en los vucablos” Las sonrisas de los
maestros fue muy evidente, el desatino del subsecretario de gobierno al
pronunciar mal la palabra “vocablo”, pasó inadvertido para el propio servidor
público. Los educadores se miraban entre como queriendo preguntar ¿Aguantará
Marlon Ramírez una evaluación?
El inamovible,
director de Recursos Humanos de la SEV, José Ojeda, quien ha visto pasar
sexenios, secretarios, trabajadores y empleados en la SEV, sin sufrir menoscabo
de su puesto y con la posibilidad de acomodar y reacomodar personal, comentó
que esta Ley sí afecta a los maestros en su inamovilidad en el empleo.
El joven político,
Marlon Ramírez con una actitud megalómana reiteró que los profesores estaban
desinformados porque esa madrugada del sábado 14, no hubo represión. Ante la
negativa de los maestros a creer que no había pasado nada; temerariamente lanzó
una pregunta: “haber…¿alguno de ustedes estuvo ahí?”. Nunca se hubiera
imaginado que tres maestras de primaria, que habían entrado minutos antes al
recinto, lo desmentirían; una de ellas respondió con voz enfática “¡Sí, yo
estuve ahí! ¡Nosotras estuvimos anoche!”, se levantó y rememoró con voz agitada
y todavía temblorosa su terrible experiencia; por su parte, Flavino Ríos
Alvarado seguía sonriendo, ausente , distraído por un comentario sobre su edad.
La joven docente,
quien dijo llamarse Mayra y ser maestra de telesecundaria, lamentó esa
injustificable actitud del gobierno. Marlon Ramírez intentaba interrumpir a la
ponente, a lo que ella le pidió respetara su derecho a hablar. Mayra recordó
como desde un inicio el gobierno no había querido escucharlos. Narró con voz
temblorosa y lágrimas en los ojos el impactó que le ocasionó observar una
amenazante valla formada por policías; comentó sobre sus ruegos y peticiones
para que les permitieran levantar algunas de sus pertenencias, así como unas
lonas. Un alumno de la facultad de Humanidades dijo tener una camioneta y ahí
subieron todas sus cosas pero cuando ya se retiraban comenzó la represión;
llegaron policías con armas y los agredieron, atacando a personas mayores,
maestros, estudiantes y mujeres por igual.
Lo referido fue entre
las 12:40 y las 3 de la mañana. Siguió contando cómo corrían tratando de huir
de los golpes. Entre la gente había ancianos descalabrados, tirados en el
suelo. Recibieron patadas crueles hasta de mujeres-policías. Las ambulancias
tardaron en llegar ya que las entradas estaban cerradas. Fueron cerca de cien
los que había en la Plaza Lerdo.
La asamblea fue
abruptamente interrumpida por una persona que sin decir agua va tomó fotos a
los asistentes, a pesar de la solicitud de los educadores de que no hubiera
fotógrafos ni prensa. Una nueva mentira se cernía en el recinto. Los maestros
se molestaron sobremanera.
Angélica Huesca,
maestra de telesecundaria, siguió con la narración. Ella dijo que los maestros
no se enfrentan porque no son delincuentes ni enemigos del gobierno. “Usted
dice (se dirigió al subsecretario de Gobierno) que fueron once días, pero
nosotros desde el 15 de mayo insistimos en ser escuchados”. Afirmó que lo
sucedido la noche anterior fue un acto brutal; ya que hubo golpeados con serias
heridas desde la cabeza hasta en otras partes del cuerpo, incluso un señor
tenía una herida que le recorría toda la mejilla hasta la boca.
Aseguró que hay
desaparecidos. En ese momento interrumpió el subsecretario de Gobierno para
pedir a las maestras que no se cambiara el sentido de la reunión y les ofreció
dialogar aparte.
Armando Méndez de la
Luz, preocupado solicitó a las autoridades que no haya represalias para los
maestros presentes. Y abogó por un espíritu de diálogo.
Se retomó el tema de
la reforma. Otros asistentes también plantearon que se estaban violando sus
derechos laborales, como la prestación de seguro social,el instituto de Pensiones
que esta ley realizada de manera rápida y clandestina afectaba. Se habló sobre
la importancia de evaluar a todas las autoridades. En esta reunión los maestros
dieron detalles sobre una evaluación que más bien parece un negocio redondo
como el de Arredondo en la Universidad Veracruzana, con el CENEVAL.
Todos los maestros
estuvieron de acuerdo en no tener miedo a ser evaluados, sino al manejo de la
información, los lineamientos, reglas y las garantías de una revisión de examen
con observadores de otras instancias, así como la seguridad de que haya
gratificaciones, pues si se evalúa se debe recompensar con una gratificación y
una certificación. La reunión terminó, los maestros no pudieron dejar de sentir
la desalentadora sensación de haber hablado al viento.
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