Pide la Comisión de
Educación de Veracruz que maestros acaten reforma educativa
FERNANDO
INÉS CARMONA
Orizaba,
Ver.- La Comisión de Educación en la Cámara de Diputados se suma a la exigencia
de los trabajadores de la educación y exige que la reforma educativa, incluidas
las leyes reglamentarias, respeten los derechos laborales, pero a la vez la
respalda y demanda que los trabajadores se sometan al nuevo ordenamiento; se
garantiza, además, que no habrá privatización educativa ni tampoco despido
masivo de trabajadores, sin embargo se reclama que se reconsidere el sistema de
evaluación de los maestros “para que sea equitativo”.
De acuerdo
al delegado en Veracruz del movimiento Nuevo Sindicalismo, expresión al
interior del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE),
Emeterio Martínez Anastacio, la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados
ya emitió una respuesta en torno a los temores que tanto el SNTE como la CNTE
mantienen sobre las posibles afectaciones por la reforma educativa.
Con el
respaldo de un documento de ocho cuartillas, el dirigente de esta agrupación
confirma que desde el Congreso de la Unión se construyen las condiciones para
garantizar que no habrá despidos de docentes ni tampoco la educación entró en
una etapa de privatización.
En este
sentido, dio a conocer que el documento intenta convencer a los maestros de que
la reforma educativa no afectará a los trabajadores de la educación, y
presentan las justificaciones en ocho cuartillas. Como ejemplo de ello, dice,
se nos asegura que la reforma “parte de la convicción de que una adecuada selección
de los docentes, acompañada del apoyo necesario para su desarrollo profesional,
es fundamental para el mejoramiento de la educación. En este sentido, el
desdoblamiento y reglamentación de la Reforma debe responder al espíritu del
texto constitucional”.
Por ello,
continúa, la reforma pretende “asegurar la institucionalización del Servicio
Profesional Docente, con el fin de contribuir a que la educación básica y media
superior que imparte el Estado alcance los niveles de calidad a que los
mexicanos tienen derecho y que la sociedad demanda; establecer un orden
jurídico que asegure que el ingreso, la promoción, el reconocimiento y la
permanencia en el servicio se produzcan mediante mecanismos que permitan a los
maestros acreditar sus capacidades, y establecer condiciones y apoyos que
favorezcan el desarrollo profesional de cada maestro, al tiempo que estimulen
su superación y reconozcan el valor de sus aportaciones, de tal manera que las
disposiciones reglamentarias sean conducentes al desarrollo de la profesión
docente.
Pero el
mismo documento exige que la reforma y la creación de las leyes reglamentarias
“deberá establecer mecanismos de apoyo y plantear la evaluación como un
instrumento indispensable para mejorar y contar con bases objetivas para
valorar el mérito y conocer las necesidades de regularización y de formación
continua que deben ser satisfechas”.
A la vez se
asegura que la reforma educativa busca que “sea el mérito de la persona el que
defina la obtención de una plaza docente y el desarrollo de los maestros”, para
ello, prosigue, “el Sistema Educativo Nacional debe aprovechar la experiencia
obtenida en la práctica de las evaluaciones hasta ahora realizadas. Sin
embargo, a partir de la Reforma deben brindarse las condiciones para asegurar
la necesaria equidad y la eficacia en los esquemas de evaluación que deben
regir en todas las entidades, regiones y escuelas del país”.
A partir de
estas premisas, dice, “la evaluación deberá ser un instrumento que sirva para
impulsar la educación integral y el desarrollo armónico. El proceso educativo
exige la conjugación de una variedad de factores: docentes, directores,
supervisores, educandos, padres de familia, autoridades educativas, espacios,
estructuras, planes, programas, métodos, materiales y financiamiento, entre
otros. La reglamentación que establezca el Servicio Profesional Docente
responde a los factores más relevantes del proceso educativo, la actividad
docente y el liderazgo de quienes desempeñan funciones de dirección y de
supervisión”.
Asimismo,
califica como una prioridad el desarrollo profesional de los docentes, según
recamarca: “la creación del Servicio Profesional Docente debe entenderse como
la posibilidad de que los maestros cuenten con nuevas y mejores vías para su
desarrollo profesional. Por lo tanto, será indispensable que, en el
desdoblamiento de la Reforma, se consideren acciones que hagan de la docencia
una profesión más atractiva y estimulante para mejorar la calidad de la
educación y satisfacer las aspiraciones del magisterio, sin perder de vista el
beneficio de los educandos.
No hay que
perder de vista que la evaluación interna combinada con las evaluaciones
externas -estas últimas sirven a maestros y escuelas para ubicarse con respecto
a los referentes del Sistema Educativo Nacional- tendrán un poderoso efecto
transformador para mejorar la calidad de la educación. En ningún momento podría
pensarse que las evaluaciones externas que se practiquen sustituirán la tarea
de evaluación que debe suceder, “desde abajo”, en la propia escuela.
El
significado de las evaluaciones y a partir de la Reforma la evaluación
educativa debe tener como principal propósito el mejoramiento de los procesos y
resultados educativos. También debe contribuir a identificar y dimensionar los
problemas, así como a entender sus causas, y a proporcionar información útil
para la toma de decisiones sobre los procesos educativos que permitan combatir
y resolver los problemas.
Asimismo
señala que el documento garantiza que debe haber modificaciones en las formas y
contenidos de los exámenes de evaluación: “Los resultados de los alumnos en las
pruebas estandarizadas deberán ser adecuadamente contextualizados para poder
ser interpretados correctamente, además de que los instrumentos mismos deberán
reconocer la pluralidad de contextos educativos que hay en el país y deberá
considerarse que los resultados de los alumnos, correctamente contextualizados,
no pueden ser sino una parte de la medición del desempeño docente.
Sobre el
tema del ingreso a la plantilla de docentes, señala: “un aspecto que
necesariamente tendrá que perfeccionarse en los concursos de oposición para el
ingreso es la evaluación de los candidatos, conforme a los lineamientos que
emita el INEE. En los concursos hoy vigentes los docentes son seleccionados con
base en pruebas de opción múltiple que permiten identificar ciertos
conocimientos básicos, pero difícilmente miden las múltiples capacidades que se
requieren para ser docente. Por ello es fundamental la introducción de nuevos
instrumentos y etapas para una valoración más completa de los aspirantes. Los
candidatos seleccionados se incorporarían a un periodo de inducción de tres
años y obtendrían la definitividad después de haber mostrado un desempeño
satisfactorio en el proceso evaluatorio”.
“Durante el periodo
de inducción los docentes deberán recibir los apoyos pertinentes para
fortalecer sus capacidades, además de tener el acompañamiento de un tutor
designado por la autoridad educativa. Por ello habrá que cimentar los cambios
requeridos sobre bases jurídicas sólidas y claras”, expone.
En este
sentido se debe garantizar la permanencia “que debe guiarse por la certeza de
que quien ocupa una plaza en el servicio público está cumpliendo realmente con
las obligaciones que la Constitución y las leyes le establecen. Conforme a la
Reforma, las autoridades educativas deberán evaluar el desempeño docente y de
quienes ejerzan funciones de dirección o de supervisión en la educación básica
y media superior que imparta el Estado. Dicha evaluación será obligatoria y el
INEE determinará su periodicidad y los lineamientos para efectuarla”. (La Jornada Veracruz)
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