Sindicato magisterial atoró el avance educativo
Especialistas señalan
que el esfuerzo del presidente Felipe Calderón para mejorar la calidad
educativa fue truncado por las trabas que impuso
Lilian Hernández
De acuerdo con el VI
Informe de Gobierno el presupuesto para educación se destinó a ampliar la
cobertura en los diferentes tipos, niveles y modalidades del SEN
El SNTE comisiona a 41
mil profesores en primer trimestre de 2012
CIUDAD DE MÉXICO, 1 de
octubre.- El gobierno de Felipe Calderón buscó darle calidad al sistema
educativo nacional, pero el esfuerzo de evaluar para mejorar fue insuficiente.
Al igual que sexenios anteriores, la actual administración no pudo librarse de
la sombra del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
En ello coincidieron el
director de la asociación Mexicanos Primero, David Calderón, y el académico del
Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la
UNAM, Ángel Díaz Barriga, quienes afirmaron que las propuestas educativas de
Felipe Calderón no lograron aterrizarse completamente, a causa de trabas
impuestas por el gremio magisterial.
Para David Calderón, el
gobierno saliente trató de impulsar cambios en las inercias de la educación en
México, como la venta y herencia de plazas, y para ello tuvo que enfrentar
incontables reuniones, mesas de trabajo y negociaciones con el sindicato más grande
de América Latina.
Muchas veces lo logró,
pero también padeció el freno impuesto por la presidenta del sindicato, quien
durante casi cinco años tuvo como intermediario en la Subsecretaría de
Educación Básica a su yerno Fernando González, sostuvo Calderón.
El experto comentó que
gracias al cargo público que ocupó el hijo político de Elba Esther, la primera
titular de la dependencia del gobierno de Calderón, Josefina Vázquez Mota,
logró sentarse a la mesa con la maestra Gordillo para definir la Alianza por la
Calidad de la Educación (ACE), que se anunció el 15 de mayo de 2008 en Palacio
Nacional.
Política obsoleta
El experto del Instituto
de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la UNAM,
Ángel Díaz Barriga, apuntó que el lazo indestructible que ató a la SEP fue el
decreto presidencial de 1946, donde se estableció que el gremio podía
intervenir en la política educativa.
“No se modificó el
Decreto de 1946, que le confiere al sindicato el derecho a intervenir en el
proyecto educativo; que en ese año tenía sentido, pero ahora se ha convertido
en un obstáculo para trabajar”, aseveró.
Ese “pequeño detalle”,
señaló el investigador de la Universidad Nacional, frenó el esfuerzo de
diagnosticar las fallas para corregirlas, porque el gobierno terminó haciéndolo
a medias.
En ese mismo sentido
coincidió Calderón, director de Mexicanos Primero, al apuntar que el balance
del sexenio es de buenos intentos, pero con una pobre implementación por falta
de decisión política, más que por problemas de diseño.
“Aunque no se frustra
del todo, sí es un sexenio mal gastado, porque subsidia la mediocridad. Fue
bastante errático; los equipos técnicos hicieron un buen esfuerzo, en algunos
casos sobresalientes, pero el régimen dejó que la interferencia del sindicato
distorsionara la mayor parte de estos procesos”, aseveró.
Entrevistados por
separado, ambos compartieron la opinión de que la mano del sindicato
magisterial opacó el intento por cambiar de fondo al sistema educativo
nacional.
“Hubo energía, pero
resultados mediocres”, subrayó el especialista de la asociación civil, al
lamentar que el diseño de las propuestas fuera bueno, pero que éstas no se
concretaran, debido a que no se garantizaron las condiciones de rectoría del
Estado para ejecutarlas.
“Cuando dejó que los
buenos diseños de políticas se negociaran con el sindicato, el resultado fue
mediocre o se descarriló por negociarlo con el gremio que no tiene
responsabilidad educativa.”, insistió.
Prueba de ello fue la
salida de Vázquez Mota de la SEP, el 4 de abril de 2009, quien fue sustituida
por Alonso Lujambio, quien estuvo durante casi tres años al frente hasta que el
cáncer de médula ósea lo obligó a renunciar al cargo en marzo de 2012, pues ya
recibía tratamiento en Estados Unidos.
Entonces llegó José
Ángel Córdova Villalobos. Apenas cumplía dos semanas como titular de la SEP
cuando encaró el rechazo del SNTE a la Evaluación Universal Docente, pese a que
existía un acuerdo firmado que estipula la fecha de la examinación. Pero el
gremio quiso cambiarlo, sin éxito ya que el ex secretario de Salud mantuvo lo
establecido. Finalmente sólo acudió al examen 30% de los maestros de primaria
que debían ser evaluados.
Divorcio político
El vínculo de esta
administración con el SNTE se fue desgastando poco a poco. Lo que empezó como
una relación de respeto entre Elba Esther y el presidente Felipe Calderón
terminó con un divorcio público, cuando la líder del gremio magisterial reveló
que en la campaña electoral de 2006 hubo arreglos políticos para apoyarlo en su
candidatura a la Presidencia.
Dos años antes, el 15 de
mayo de 2009, Gordillo Morales aprovechó la ceremonia del Día del Maestro para
aplaudir las medidas sanitarias que adoptó la administración federal para
evitar el contagio de la influenza A H1N1.
En aquella ocasión, la
presidenta del SNTE propuso al Ejecutivo federal una alianza política que fuera
“irrelevante al escándalo, el escarnio y el cinismo para convertirse en la vía
para hacer frente a las verdaderas preocupaciones nacionales”.
No obstante, Calderón
respondió a Gordillo que ciertamente tenían un pacto, pero educativo.
“Tenemos una alianza
entre los maestros y el gobierno. La defendemos y la ampliamos y la
fortalecemos. Y esa alianza —que nadie se equivoque— es una alianza por la calidad
educativa del país, es una alianza por los niños y los jóvenes de México, es
una alianza por el futuro”, subrayó en ese mismo acto el mandatario nacional.
Durante los dos años
siguientes, la relación SEP-SNTE se mantuvo sin cambios. Alonso Lujambio, entonces
titular de la SEP, y la maestra Gordillo anunciaron que por primera vez los
docentes que mejoraron los resultados de sus alumnos en la prueba ENLACE
recibirían estímulos económicos y que después de nueve años de tener atorado el
Fideicomiso para otorgar laptops a maestros, finalmente se liberaba para que se
otorgaran a 300 mil docentes.
El 31 de mayo de 2011,
agradecida con el compromiso que le había mostrado Calderón, Elba Esther lo
nombró el Presidente de la educación.
“Pese a que muchos nos
han criticado, sabemos que el tiempo juzgará. Señor Presidente, no hay duda, es
usted el presidente de la educación”, enfatizó en la firma del Acuerdo para la
Evaluación Universal para Docentes y Directivos, realizada en Puebla.
Un mes después, la líder
magisterial convocó a una conferencia de prensa para revelar que tuvo un
“arreglo político” con Calderón durante la campaña presidencial de 2006, de la
que obtuvo los cargos del ISSSTE y la Lotería Nacional para gente del Partido
Nueva Alianza.
Como parte de un mea
culpa, Gordillo aceptó haber negociado la dirección del ISSSTE para Miguel
Ángel Yunes, así como la del Sistema Nacional de Seguridad Pública para Roberto
Campa, y la de la Lotería Nacional, para Francisco Yáñez.
Ante los medios de comunicación
declaró: “En ese escenario vino la sucesión y llegamos al acuerdo de ir con el
presidente Calderón por la Presidencia de la República, previos arreglos de
orden político que no deben avergonzar a nadie. A mí no me avergüenzan, yo hago
política”.
Casi una semana después,
el Presidente reconoció que hubo acuerdos con Gordillo, “pero exclusivamente
para sacar adelante la reforma política” y que los puestos para gente cercana
al círculo de Elba se acordaron durante el mandato de su predecesor Vicente
Fox.
El 21 de julio, durante
la entrega de Reconocimientos del Concurso Olimpiada del Conocimiento 2011, el
Ejecutivo federal aclaró que su compromiso educativo no era sólo con una
persona, sino con los niños mexicanos.
A raíz de esas
declaraciones, su primer reencuentro fue en la ceremonia del inicio del ciclo
escolar 2011-2012. Ahí se terminaron los elogios y admiraciones mutuas;
Calderón aseguró que el sistema educativo era sólido y Elba Esther se concretó
exclusivamente a decirles a los estudiantes que disfrutaran su vida escolar.
Con ese distanciamiento
dejaron en claro que el pacto educativo se desvanecía, pese a que la SEP
continuó con las acciones para concretar programas y metas establecidas en ese
acuerdo.
Pero el divorcio fue
evidente el pasado 15 de mayo. En plena época de campañas electorales, Elba
Esther hizo públicos los reclamos contra la administración actual, quejándose
de los tres secretarios que ha tenido el gobierno calderonista en la SEP.
A Josefina Vázquez Mota
le dijo que su llegada a la dependencia sólo fue para buscar la candidatura a
la Presidencia por el PAN, de Lujambio mencionó que por su salida dejó sin guía
a la Secretaría y a Córdova le reprochó que no pudiera concretar la evaluación
universal de los maestros.
Plazas a la venta
Aunque el otorgamiento
de plazas se sometió a concurso, las autoridades educativas no han podido
frenar la corrupción:
Por primera vez, la SEP
aplicó el Concurso Nacional de Asignación de Plazas, pero ese examen no ha
logrado eliminar la venta ni herencia de éstas, debido a que los estados han
acordado con el SNTE permitir que hijos de maestros hereden sus puestos. Tal es
el caso de Tlaxcala, Guerrero, Nayarit y Michoacán.
En los cinco años que se
ha aplicado el examen para asignar plazas, han concursado 622 mil 299
profesores en mil 430 sedes de aplicación, pero sólo 140 mil 266 aspirantes han
recibido plazas.
Eso significa que sólo
22.5% logró una plaza, aunque en esos cinco años, la SEP nunca ha informado
cómo fue la asignación, señalando que esa tarea les corresponde a las
autoridades estatales.
Hasta la fecha se
desconoce si los maestros que lograron una plaza ya están dando clases, porque
sí les fue asignada tal como se estableció.
El concurso reveló el
bajo nivel académico de los profesores, pues el promedio de los concursantes
obtuvo 62 aciertos de un total de 100, es decir, que en una escala nacional,
los maestros tuvieron una calificación de seis.
La SEP dejó pendiente el
concurso para asignar plazas de director. Aunque la alianza educativa con el
SNTE lo estableció, el sindicato no dio luz verde a ese examen y jamás se habló
del por qué no se concretó.
Otros programas quedan a
medias
De los proyectos que
buscaban dar acceso a internet e inglés ninguno llegó a la meta, admite la SEP.
Dos de los grandes
programas educativos anunciados por el gobierno federal fueron Habilidades
Digitales para Todos (HDT) y el de Inglés. Ninguno de los dos cumplió su meta.
Con el primero se
buscaba que 75% de los alumnos de educación básica tuvieran acceso a internet;
el segundo proyectaba ofrecer clases de inglés desde preescolar hasta
secundaria como segundo idioma y generalizarlo para el ciclo 2013-2014.
Pero las metas no se
cumplieron y eso lo admitió el mismo secretario de Educación Pública, José
Ángel Córdova Villalobos, el 4 de septiembre, que hizo un recuento de logros
con motivo del VI Informe de Gobierno.
Explicó que el
incumplimiento de HDT se debió a que algunos aspectos no se calcularon
adecuadamente, como la licitación para ofrecer el servicio de internet; de modo
que “esos factores influyeron para que no se lograra la meta”.
El programa pretendía
equipar 98 mil 128 aulas con conexión a internet para finales de 2012, pero
hasta enero de este año sólo sumaban ocho mil aulas equipadas y con acceso a la
red, es decir, 8% de la meta total.
Además de ese retraso,
la SEP adecuaría la conexión a internet en los equipos de 155 mil aulas que ya
usaban Enciclomedia en quinto y sexto grados de primaria, pero el 2 de enero de
2012 canceló la licitación para el Servicio de Aula Base Telemática, debido a
problemas de conectividad y falta de coordinación con la Secretaría de
Comunicaciones y Transportes.
El ex subsecretario de
educación básica Fernando González había afirmado que Enciclomedia, programa
educativo estrella de Vicente Fox, sería sustituido por HDT para revolucionar a
las escuelas públicas, pero a finales del sexenio el proyecto fracasó.
El Programa Nacional de
Inglés en Educación Básica, el cual comenzó en cinco mil escuelas como proyecto
piloto, en 2009, también se rezagó, pues han pasado dos años y su
implementación no supera las 17 mil escuelas de más de 190 mil planteles
públicos de preescolar a secundaria.
Eso significa que sólo
se aplica en 8.9% de todas las escuelas públicas del país, es decir que, a
escala nacional, ni en uno de cada diez planteles ha logrado establecerse el
inglés como segundo idioma entre los alumnos de educación básica.
“Para el ciclo escolar
2012-2013, implementaremos este programa en más de 26 mil escuelas de todo el
país”, anunció el titular de la SEP, el pasado 4 de septiembre, es decir, que
para finales del próximo año estará operando en 13.6% de todas las escuelas
públicas, de modo que la meta de hacerlo en todas las escuelas para 2013-2014
está lejos de lograrse.
Donde sí hay mayores
avances es en la implementación del Programa Escuela Segura, pues la ACE
estipuló aplicarlo en 37 mil planteles, pero a mediados de 2012 ya operaba en
más de 47 mil escuelas de preescolar a secundaria de 700 municipios del país.
Sin embargo, análisis
del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social han
señalado que ese programa no cuenta con indicadores para valorar el impacto
positivo que tiene en las escuelas, pues su aplicación no tiene forma para
demostrar menor incidencia de robos, violencia o riesgo de consumo de drogas
entre los alumnos. Publicado en La Jornada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario