La
aportación del SNTE
SALVADOR GARCÍA SOTO
La reforma laboral, tal como quedó aprobada por la
Cámara de Diputados, incorpora en el texto de la nueva ley una redacción tomada
textual de los estatutos del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación
(SNTE) que dirige Elba Esther Gordillo. De hecho, el PRI copió íntegro un
párrafo de los estatutos del sindicato magisterial y lo colocó en la redacción
del Artículo 239 de la ley laboral, con lo cual quedó elevado a rango de ley el
voto “a mano alzada”, una práctica común entre los sindicatos oficialistas.
Resulta que de última hora, antes de que se votara
en el pleno la redacción final de ese artículo, sufrió un cambio. El dictamen
aprobado en comisiones decía: “Los estatutos de los sindicatos deberán contener
el número de sus integrantes y la forma de elegir a su directiva,
salvaguardando las modalidades que determine la asamblea”. Pero a ese párrafo
se le puso de última hora un pegote que fue copiado de los estatutos del SNTE y
quedó finalmente así: “Los estatutos de los sindicatos deberán contener el
número de sus integrantes y la forma de elegir a su directiva, salvaguardando
las modalidades que determine la asamblea. Sea por votación económica directa,
votación indirecta o libre y secreta”.
De esa manera el PRI no sólo legalizó el voto a
mano alzada -votación económica- como una práctica totalmente válida para los
sindicatos, sino que además importó del apartado B de la Ley Federal del
Trabajo, donde se ubica el SNTE y demás sindicatos de la burocracia, una
disposición que ahora también queda contenida en el Apartado “A”, que se
refiere a los sindicatos de empresas privadas, lo que podría abrir la puerta a
una controversia constitucional por la reforma laboral, con base en una
jurisprudencia de la Corte que obliga a salvaguardar el derecho del ejercicio
libre del voto, mediante el voto “libre, secreto y directo”.
Ese tema ya está siendo analizado por diputados del
PAN que afirman que al copiar los estatutos del SNTE y ponerlos en la nueva ley
laboral el PRI incurrió en un exceso y, de no ser corregido en el Senado,
analizarían llevar el caso a la Suprema Corte de Justicia.
Por cierto, los panistas se quejan de que pudieron
ganar la votación final de la reforma laboral, la del sábado en la madrugada,
de no haber sido porque 48 diputados del PRD, dos del PT y siete del Movimiento
Ciudadano faltaron ese día a la sesión. Con esos 57 votos, más los 186 que
votaron en contra, se hubieran alcanzado 253 votos en contra, superior a los
248 de PRI y PVEM con los que ganaron la votación. Y la pregunta que se hacen
en el PAN es ¿por qué faltaron tantos perredistas, petistas y del MC a una
sesión clave y a un tema que les interesaba especialmente? Y ellos mismos se
responden: lo que no suena lógico, suena metálico. Publicado en 24 horas.mx
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