La UAM, cuarenta años de
creada*
René Avilés
Fabila
La UAM está
colocada como la segunda universidad en importancia en México, compitiendo con
el IPN y luego con la UNAM. En cuatro décadas hemos pasado de construcciones
precarias a cinco campus bien equipados y con un personal docente de primer
nivel. Tal como le expresé a Mario Vargas Llosa, cuando tuve el honor de
entrevistarlo para nuestra casa de estudios: hace 40 años impartíamos clases en
salones improvisados, ahora la UAM posee 5 unidades de alto rango, que la
sitúan en un lugar de privilegio entre las mejores 200 del mundo. Pero nos hace
falta, como ha señalado el rector general Salvador Vega y León, darle un
impulso definitivo al trabajo que realiza la institución. Hay que establecer
sin duda canales de comunicación con los medios y utilizarlos de modo
inteligente para que estén al tanto de nuestras actividades que no son pocas ni
tampoco mínimas. Con frecuencia son hazañas universitarias en materia de
investigación científica y docencia que deben llegar al conocimiento de todo el
país.
Nos falta
cumplir cabalmente con la tercera función sustantiva de la UAM, que es la
difusión de la cultura, aunada a la docencia y la investigación. Aquí conviene
fortalecer nuestra Coordinación de Difusión Cultural, ahora encabezada por
Walter Beller. Convendría formar un consejo donde estén todas las unidades
representadas a fin de que aprendamos a conocernos con cierta profundidad.
Hasta hoy vivimos en nuestros respectivos campus y poco vemos hacia los
restantes a no ser por alguna razón especial. Ferias de libros móviles, exposiciones,
conferencias, mesas redondas, un intenso intercambio de experiencias con objeto
de saber con exactitud quiénes somos y qué hacemos. Con no poca frecuencia de
esto nos enteramos a través de los medios tradicionales y no por nuestra propia
voluntad.
Valdría la
pena, incluso, realizar un esfuerzo para hacer un gran centro cultural donde
todos los campus o unidades podamos trabajar en materia de arte y cultura.
Pensemos, por ejemplo, en el terreno que dejó la que fuera la tienda de la UAM.
En el marco
de la celebración de los 40 años de existencia de la UAM es indispensable
enriquecer con nuevas iniciativas académicas la política cultural de nuestra
universidad. Para ello, propongámonos, entre otros, realizar los siguientes
aspectos: Reconocer, de manera institucional y obligatoria a aquellos
profesores que se han destacado por su obra a lo largo de cuatro décadas de
servicio académico en la universidad. Cada año debería ser seleccionada una
figura de la UAM, científica o humanística para hacerle un amplio homenaje y no
limitarse a figuras externas. Esto ya aparece en el Programa del doctor Vega y
León, solamente habría que darle forma y constituir un comité con
representantes de todas las unidades para darle plena forma.
Colocar en
el espacio público mediático los valores y la obra de los académicos como
ejemplos a seguir dentro de la escala de valores nacionales y con ello
colaborar a crear otra jerarquía de aspiraciones nacionales que contribuyan a
enfrentar la crisis ético-moral que encara nuestra sociedad. En esta misma
lógica, rescatar la obra de los profesores distinguidos para convertirla en
parte del acervo histórico de la universidad. En este punto cabría iniciar con
los siguientes proyectos: la discusión de los principales problemas de la cultura
nacional y, desde luego, la difusión de la cultura en todas sus vertientes de
un modo más activo. Presentar las obras de los académicos de la UAM y
simultáneamente atraer figuras y eventos de alta cultura de otras instituciones
mediante la firma de convenios para evitar gastos excesivos. Rescatar los
diversos acervos biblio-documentales de sus profesores que se jubilarán o están
en fase avanzada de su vida y que quisieran donar su riqueza documental para
mejorar las bibliotecas de la UAM. Intensificar la vinculación de la
Universidad con los grandes problemas nacionales. Recuperar los testimonios
visuales de los profesores distinguidos y figuras señeras de la UAM para
iniciar nuestra memoria visual. Enriquecer la programación de TV-UAM y
UAM-Radio. Darle vida a un proyecto que podría denominarse “Para resistir el
olvido”, algo necesario en un país como México que produce tanta riqueza
cultural y sólo reconoce a un puñado de figuras sobadas por los medios, las
propias autoridades del país y en consecuencia repetidas por la UAM.
Lo
importante por ahora es crear una comisión dirigida por Walter Beller que
fundamente una amplia política cultural que le dé nueva vida a la institución y
le permita cumplir con la tercera función sustantiva de las universidades públicas,
cabalmente. Sobre los festejos del cuarenta aniversario, sabemos que hay
multitud de propuestas y que existe una comisión que trabaja en ellos. No
obstante, es importante hacer una consulta a fondo, sobre todo considerando a
las distintas áreas de investigación sobre sus proyectos en las cinco unidades.
Asimismo, debemos incorporar las necesidades y propuestas de los alumnos, con
el fin de elevar su nivel cultural y espiritual para brindar egresados mejor
preparados y competitivos.
Hasta hoy la
UAM ha seguido con timidez los senderos ya transitados por la UNAM y otras
universidades públicas, pero llegó el momento, bajo la celebración de los 40
años de su fundación, de buscar y establecer un camino propio.
* Estas
líneas son un apretado resumen de pláticas sostenidas en el área de
investigación Comunicación y Estructuras de Poder, del Departamento de
Educación y Comunicación de la UAM-X.
www.reneavilesfabila.com.mx
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