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lunes, 23 de septiembre de 2013

La UAM, cuarenta años de creada*
René Avilés Fabila

La UAM está colocada como la segunda universidad en importancia en México, compitiendo con el IPN y luego con la UNAM. En cuatro décadas hemos pasado de construcciones precarias a cinco campus bien equipados y con un personal docente de primer nivel. Tal como le expresé a Mario Vargas Llosa, cuando tuve el honor de entrevistarlo para nuestra casa de estudios: hace 40 años impartíamos clases en salones improvisados, ahora la UAM posee 5 unidades de alto rango, que la sitúan en un lugar de privilegio entre las mejores 200 del mundo. Pero nos hace falta, como ha señalado el rector general Salvador Vega y León, darle un impulso definitivo al trabajo que realiza la institución. Hay que establecer sin duda canales de comunicación con los medios y utilizarlos de modo inteligente para que estén al tanto de nuestras actividades que no son pocas ni tampoco mínimas. Con frecuencia son hazañas universitarias en materia de investigación científica y docencia que deben llegar al conocimiento de todo el país.


Nos falta cumplir cabalmente con la tercera función sustantiva de la UAM, que es la difusión de la cultura, aunada a la docencia y la investigación. Aquí conviene fortalecer nuestra Coordinación de Difusión Cultural, ahora encabezada por Walter Beller. Convendría formar un consejo donde estén todas las unidades representadas a fin de que aprendamos a conocernos con cierta profundidad. Hasta hoy vivimos en nuestros respectivos campus y poco vemos hacia los restantes a no ser por alguna razón especial. Ferias de libros móviles, exposiciones, conferencias, mesas redondas, un intenso intercambio de experiencias con objeto de saber con exactitud quiénes somos y qué hacemos. Con no poca frecuencia de esto nos enteramos a través de los medios tradicionales y no por nuestra propia voluntad.

Valdría la pena, incluso, realizar un esfuerzo para hacer un gran centro cultural donde todos los campus o unidades podamos trabajar en materia de arte y cultura. Pensemos, por ejemplo, en el terreno que dejó la que fuera la tienda de la UAM.

En el marco de la celebración de los 40 años de existencia de la UAM es indispensable enriquecer con nuevas iniciativas académicas la política cultural de nuestra universidad. Para ello, propongámonos, entre otros, realizar los siguientes aspectos: Reconocer, de manera institucional y obligatoria a aquellos profesores que se han destacado por su obra a lo largo de cuatro décadas de servicio académico en la universidad. Cada año debería ser seleccionada una figura de la UAM, científica o humanística para hacerle un amplio homenaje y no limitarse a figuras externas. Esto ya aparece en el Programa del doctor Vega y León, solamente habría que darle forma y constituir un comité con representantes de todas las unidades para darle plena forma.

Colocar en el espacio público mediático los valores y la obra de los académicos como ejemplos a seguir dentro de la escala de valores nacionales y con ello colaborar a crear otra jerarquía de aspiraciones nacionales que contribuyan a enfrentar la crisis ético-moral que encara nuestra sociedad. En esta misma lógica, rescatar la obra de los profesores distinguidos para convertirla en parte del acervo histórico de la universidad. En este punto cabría iniciar con los siguientes proyectos: la discusión de los principales problemas de la cultura nacional y, desde luego, la difusión de la cultura en todas sus vertientes de un modo más activo. Presentar las obras de los académicos de la UAM y simultáneamente atraer figuras y eventos de alta cultura de otras instituciones mediante la firma de convenios para evitar gastos excesivos. Rescatar los diversos acervos biblio-documentales de sus profesores que se jubilarán o están en fase avanzada de su vida y que quisieran donar su riqueza documental para mejorar las bibliotecas de la UAM. Intensificar la vinculación de la Universidad con los grandes problemas nacionales. Recuperar los testimonios visuales de los profesores distinguidos y figuras señeras de la UAM para iniciar nuestra memoria visual. Enriquecer la programación de TV-UAM y UAM-Radio. Darle vida a un proyecto que podría denominarse “Para resistir el olvido”, algo necesario en un país como México que produce tanta riqueza cultural y sólo reconoce a un puñado de figuras sobadas por los medios, las propias autoridades del país y en consecuencia repetidas por la UAM.

Lo importante por ahora es crear una comisión dirigida por Walter Beller que fundamente una amplia política cultural que le dé nueva vida a la institución y le permita cumplir con la tercera función sustantiva de las universidades públicas, cabalmente. Sobre los festejos del cuarenta aniversario, sabemos que hay multitud de propuestas y que existe una comisión que trabaja en ellos. No obstante, es importante hacer una consulta a fondo, sobre todo considerando a las distintas áreas de investigación sobre sus proyectos en las cinco unidades. Asimismo, debemos incorporar las necesidades y propuestas de los alumnos, con el fin de elevar su nivel cultural y espiritual para brindar egresados mejor preparados y competitivos.

Hasta hoy la UAM ha seguido con timidez los senderos ya transitados por la UNAM y otras universidades públicas, pero llegó el momento, bajo la celebración de los 40 años de su fundación, de buscar y establecer un camino propio.

* Estas líneas son un apretado resumen de pláticas sostenidas en el área de investigación Comunicación y Estructuras de Poder, del Departamento de Educación y Comunicación de la UAM-X.

www.reneavilesfabila.com.mx

www.recordanzas.blogspot.com

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