Un premio al vandalismo,
golpe a la educación
Francisco
Garfias
Francisco
Arroyo Vieyra, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, nos
cuenta que en la madrugada de martes a miércoles analizó la posibilidad de
solicitar la intervención de la fuerza pública para abrir paso al bloqueado
Palacio Legislativo y evitar todo el fandango de ayer.
Pero
desistió por una razón muy poderosa: tenía informes de que los maestros de la
Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) habían adquirido
“sustancias peligrosas”. Después nos enteramos de que se trataba de gasolina
que puede servir para fabricar bombas molotov.
Eso le daba
una dimensión mayor al ya de por sí grave conflicto que trae de cabeza la
Ciudad de México.
El
legislador de Guanajuato consultó el tema con Manlio Fabio Beltrones. El
sonorense le recomendó prudencia. “Mi decisión tomó en cuenta la opinión de mi
coordinador. Es un hombre al que respeto”, confiesa Arroyo.
■El cerco de
la CNTE no sólo se mantuvo, sino que se reforzó. Nadie entraba ni salía del
Palacio Legislativo desde las siete de la mañana de ayer. “La Policía del DF no
hizo su trabajo”, se quejó el diputado sinaloense Heriberto Galindo.
Ya conocemos
las consecuencias de la decisión de no abrir paso. La sesión de Congreso
General, que marcaría el inicio del periodo extraordinario de sesiones,
programada en San Lázaro al mediodía, no pudo realizarse a la hora programada.
Tuvo que
celebrarse casi siete horas después en el Senado de la República.
Los
diputados del PRI, el PAN y el PVEM se vieron obligados a trasladarse en
autobuses a la sede de la Cámara alta y
después al Centro Banamex, que será sede alterna del periodo extraordinario
marcado por desacuerdos entre los diferentes, y con una agenda muy reducida.
■Hubo
negociaciones con los maestros a lo largo de la jornada. A petición del
coordinador de la bancada del PRD en San Lázaro, Silvano Aureoles, los
coordinadores de los grupos parlamentarios del PRI, Manlio Fabio, y del PAN,
Luis Villarreal, se trasladaron al hotel Holiday Inn de Viaducto a negociar con
los líderes de la CNTE.
Allí se
propuso a los inconformes sacar de la agenda del periodo extraordinario la Ley
General del Servicio Profesional Docente, a cambio de que dejaran entrar a los
diputados a San Lázaro. Parecía que los legisladores estaban pidiendo permiso a
los sindicalistas para hacer su trabajo. “Tenemos que consultarlo con las
bases”, les respondieron con suficiencia.
El ejercicio
fue inútil. La negociación fracasó. Hubo cerrazón total. El cerco sigue.
■El
vandalismo sin límites de los integrantes de la CNTE fue premiado.
Ese es el
sentimiento generalizado. Los “maestros” golpearon, rompieron, bloquearon,
quemaron, mandaron al hospital a tres policías, pusieron de cabeza la ciudad y,
al final, se salieron con la suya.
La Ley
General del Servicio Profesional Docente, que hace obligatoria la evaluación de
los maestros, fue retirada de la agenda del extraordinario.
“No cedemos
al chantaje, posponemos…”, justificó Arroyo. A la ley se le harán algunas
adecuaciones, pero sin romper el espíritu de la reforma educativa, puntualizó.
La discusión
del polémico ordenamiento estaba pospuesta desde anoche. Los líderes de la CNTE
lo sabían. Se les informó con claridad que se sacaba de la agenda, eso no los
movió de su postura de intransigencia. “Parecía que estábamos jugando al
teléfono descompuesto”, ilustró el presidente de la Cámara de Diputados.
La ley se
pospuso por acuerdo del Pacto por México. Eso dijo el perredista Jesús
Zambrano. La lamentable decisión se toma horas después de que el presidente
Peña asegurara, en la reunión de la Conago en Mazatlán, que no se iba a dar ni
un paso atrás en las leyes educativas aprobadas en comisiones.
Los ciudadanos
vamos a pagar esa debilidad. Lo verá usted. Los actos vandálicos se van a
multiplicar. Seremos rehenes de todas las causas. Los radicales ya encontraron
su caminito. Saben que pueden hacer lo que se les dé la gana con total
impunidad y con todas las posibilidades de éxito.
Me atrevo a
adelantar que el presidente Peña va a pagar el costo de esta decisión. Las
encuestas nos lo dirán. Ya lo verá. Hasta la tolerancia tiene límites.
En su tour
de medios, Manlio se la pasó advirtiendo que si los maestros no levantaban el
cerco, los diputados se irían a sesionar a una sede alterna y “de una vez”
aprobarían las tres leyes educativas. No sabemos si le hicieron manita de
puerco, pero los maestros mantienen el sitio en San Lázaro y la multicitada ley
se retiro definitivamente de la agenda de este periodo extraordinario.
El PAN hizo
un último esfuerzo para volver a subir la polémica ley a la agenda del
extraordinario. El tema se sometió a votación. PRI, PRD, PVEM, MC y PT votaron
en contra. El priista Heriberto Galindo celebró la decisión. “Con esta actitud
pertinente se conjugó un verbo extremadamente difícil en política: se
prudenció”, nos dijo, muy orondo.
Ojalá no
prudenciaran tanto. La impunidad alimenta las posibilidades de recurrir a la
violencia para acosar al gobierno.
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