Más de un millón abandonan
las escuelas primarias y secundarias, cada año
Nurit Martínez
Más de un
millón de niños y jóvenes de primaria, secundaria y bachillerato abandonan cada
año en México la escuela por condiciones de pobreza, reprobación, falta de
interés en los estudios, bullying, embarazos no deseados o por adicciones
Al inicio
del ciclo escolar, el mayor reto que tiene el sistema educativo en México es
evitar que poco más de un millón de niños y jóvenes de primaria, secundaria y
bachillerato abandonen sus estudios por condiciones de pobreza, por reprobar
materias, porque “la escuela no les gusta”, por el bullying o por tener
embarazos tempranos y adicciones.
Desde mañana
acudirán a la escuela más de 26 millones de alumnos de la educación básica, y
se sumarán a los casi 7.5 millones del bachillerato, licenciatura y posgrado
que iniciaron cursos hace dos semanas.
El índice de
deserción en México estima que más de un millón de los alumnos que mañana
iniciarán clases no concluirán con el ciclo escolar, dejarán en algún momento
la primaria, la secundaria o el bachillerato.
Con cifras
del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), se estima que
“la deserción escolar o abandono” de este grupo costó al país más de 18 mil 599
millones de pesos el último año.
Se trata del
presupuesto o gasto por alumno que laSecretaría de Educación Pública (SEP)
destinó a la formación de más de un millón 95 mil estudiantes.
En la
primaria son 104 mil 366 alumnos los que se calcula abandonan la escuela en un
ciclo escolar; en secundaria, 345 mil 376 adolescentes, y en el bachillerato,
645 mil 705, de acuerdo con la tasa de deserción registrada en elPanorama
Educativo de México 2012.
Significa
que de cada 100 niños que hoy inician la primaria, 0.7% dejará la escuela por
alguna razón, y para ellos se dedicó un presupuesto de 9 mil 174 pesos. Otro
5.6% se irá antes de concluir la secundaria, un costo por alumno de más de 14
mil pesos; y, 14.9% abandonará la educación media superior, a un costo de 19
mil 650 pesos por estudiante.
En el caso
del nivel superior, las estadísticas señalan apenas una eficiencia, la tasa de
los que concluirán sus estudios es de 50% de quienes iniciaron una licenciatura
o ingeniería.
Luego de
reconocer que existe un “problema” por la cantidad de estudiantes que abandonan
la escuela en diferentes grados, la SEP arrancará a partir de mañana una serie
de acciones en la educación básica y en el bachillerato para atacar el abandono
escolar.
Para el caso
de primaria y secundaria dio a conocer los lineamientos de “normalidad mínima”.
Entre otras acciones, prevé que en cada grupo haya un maestro, que se cumplan
los 200 días de clases, evitar distracciones e iniciar puntualmente las
actividades académicas; que los libros y materiales lleguen oportunamente,
involucrar a los alumnos en las actividades escolares y lograr que todos tengan
un aprendizaje parejo.
Problemática
mundial
Para el
bachillerato, el titular de la SEP, Emilio Chuayffet, anticipó que se pondrá en
marcha un “ambicioso programa”, al reconocer que son casi 650 mil los que dejan
la escuela cada año; esto significa que por día de clases, 3 mil 250 jóvenes
decidieron abandonar sus estudios.
El estudio
de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) reportó que esa
cifra equivalía a que cada 25 segundos, en promedio, un joven decidiera no
seguir sus estudios en el bachillerato.
Yo no
Abandono es el movimiento contra el abandono escolar de la educación media,
estrategia que define acciones para que entre maestros y padres de familia se
ubique a quienes están en riesgo de deserción.
Estimaciones
de la organización Mexicanos Primero y de la Encuesta Nacional de Deserción en
la Educación Media Superior, de la SEP, señalan que de cada 100 niños que
ingresan a la primaria, sólo dos lograrán estudios de posgrado.
Unos
estudiantes ingresarán a la escuela y otros a una “máquina que los expulsará”
por diferentes razones, dice el investigador de El Colegio de México, Manuel
Gil Antón.
Mañana habrá
quien “ingrese a una vereda, otros a una autopista y unos más a un barranco…
Mientras unos tendrán la posibilidad de continuar sus estudios, otros se verán
obligados a salir, es la diferencia entre quienes llegarán a ser empresarios y
otros lavacoches, la muestra clara de que la escuela reproduce la inequidad
[del país]”, afirma.
Más grave
que el costo en términos de presupuesto no aprovechado, está el costo social,
puesto que se trata de jóvenes “expuestos a la inseguridad, la violencia,
escasas posibilidades de empleos, bajas retribuciones salariales y también el
prejuicio social, un estigma fuerte de que abandonaron la escuela”, afirma
Pedro Flores Crespo, director de la revista del Consejo Mexicano de
Investigación Educativa y ex consejero del INEE.
Yoloxóchitl
Bustamante, directora del IPN, considera que frente a los factores sociales,
emocionales, biológicos y de convivencia familiar, “lamentablemente no tenemos
herramientas que debieran ser necesarias”.
Respecto a
los que tienen necesidades económicas, “llegamos hasta donde podemos (...) hay
ocasiones que los jóvenes nos dicen: ‘Me voy a tener que ir porque voy a ver
cómo trabajo, porque mi familia no tiene para sobrevivir”, y ellos viven
condiciones que los hacen caer hasta en depresiones, dice Bustamante.
Sylvia
Ortega Salazar, directora del Colegio de Bachilleres, advierte que la deserción
es un síntoma de la falta de capacidad de innovar la escuela, pero también de
la existencia de problemas estructurales de la educación: necesidades de
desarrollo profesional, financiamiento insuficiente para acceder a recursos
tecnológicos, oferta cultural reducida para mejorar el ambiente escolar y
diversificar actividades atractivas.
La
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) considera
que en México ocurre un “drama”, una falla estructural, porque se ubica en el
primer lugar cuando se mide el número desertores escolares de 15 a 18 años.
Sylvia
Schmelkes, presidenta del INEE, consideró que la deserción es un problema en el
que la institución que encabeza deberá empezar a hacer propuestas, porque “uno
de los errores que hemos cometido es que tenemos un sistema homogéneo que no ha
sabido amoldarse a la diversidad de contextos, culturas y lenguas”.
La
Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(Unesco) calcula que 31.2 millones de niños dejaron la primaria en el mundo en
2010, tan sólo 2.7 millones en América Latina y el Caribe, y México, al igual
que Argentina, Cuba, Jamaica y Uruguay, exhibió las tasas más baja de
deserción: 5%.
En
Oportunidades perdidas: el impacto de la repetición y de la salida prematura de
la escuela, la Unesco afirma que los costos para estos niños son en términos de
oportunidades de desarrollo personal, lento crecimiento económico y peor estado
de salud pública; además de que “los sistemas educativos destinan mucho tiempo,
energía y recursos en niños que dejan la escuela sin haber adquirido
conocimientos necesarios”. (educacioncontracorriente)
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