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miércoles, 6 de febrero de 2013


Internacionalización de la investigación en el Atlas de la Ciencia Mexicana
SYLVIE DIDOU AUPETIT

En días pasados, recibí el Atlas de la Ciencia Mexicana, 2012. Al mirar la portada del disco, me llamó la atención que anunciara el Catalogo de Investigadores Mexicanos en el Extranjero. Fue con mucho interés que revise tanto ese documento como el que contiene los indicadores globales de Ciencia y Tecnología para identificar los relativos a la internacionalización de la investigación, un tema insuficientemente atendido en América Latina, desde la perspectiva tanto de la política pública como de la indagación académica sobre circulación de recursos humanos altamente calificados y transferencia de saberes

Encontré que los indicadores globales sólo son dos, referidos a 2009: el de los porcentajes de los investigadores del SNI que se titularon de doctorado en el extranjero y el de los principales países de obtención, los dos por área disciplinaria. Sirven de referente para establecer la distribución geográfica de la movilidad internacional vinculada con estudios de posgrado, aunque sería conveniente diferenciar en los próximos años entre la maestría, el doctorado y, por qué no, el postdoctorado. Pese a que la información sobre ese último esquema de formación sea lacunaria, en todas las áreas del conocimiento, representa una herramienta fundamental para tejer colaboraciones internacionales, garantizar la inclusión en redes y mejorar las oportunidades de inserción y trayectoria profesional en el medio científico nacional.

El Catalogo de Investigadores Mexicanos en el Extranjero, contrariamente a  lo que anuncia su título, no presenta información sobre los investigadores mexicanos instalados en el extranjero y por ende, susceptibles de ser destinatarios de programas de re-vinculación y contrapartes de redes científicas internacionales. Registra a los científicos insertos en el sistema mexicano de investigación científica pero graduados en una institución extranjera, independientemente de su nacionalidad de origen. Esos registros exhaustivos son útiles para demostrar la importancia estructural de los investigadores formados en el extranjero por institución, departamentos y  disciplina y sus aportaciones en torno a líneas de generación y aplicación del conocimiento. Socialmente, revelan las etapas de evolución de la movilidad científica internacional y sus componentes de género. Académicamente, ofrecen un material valioso,  organizado como anuario, sobre quién es quién en el medio científico nacional, útil para lanzar encuestas de amplio alcance y aplicar entrevistas cualitativas.

Sin embargo, esa información en bruto no ha sustentado la elaboración de indicadores que permitiesen interpelar a los especialistas en las políticas de ciencia y tecnología sobre la necesidad de integrar ese tema, de múltiples aristas, a la agenda sobre educación superior y ciencia. El desperdicio es de lamentar porque estudios recientes, convocados por el Observatorio sobre Movilidades Académicas y Científicos del IESALC de la UNESCO [1] o enmarcados en el proyecto ECOS-ANUIES_CONACYT sobre Movilidad y redes científicas entre Francia y México, dirigido por el  Die-CINVESTAV y el IRD CEPED [2] han demostrado que los investigadores formados en el extranjero son  promotores y articuladores de redes internacionales: esas contribuyen al diseño de distintos tipos de proyectos colaborativos; alimentan el mantenimiento transgeneracional de cadenas de formación parcial en el extranjero de los jóvenes investigadores conforme con las lógicas propias del trabajo científico, los procedimientos de evaluación del CONACYT y los reglamentos internos de muchos posgrados incluidos en el PNPC.

Pero la cuestión no es solamente de orden intelectual, sino político. Ha habido en los últimos 10 años programas que, desde las asociaciones, las redes, las agencias de fomento a la actividad científica y las instituciones, han alentado los intercambios científicos pero han sido de alcance  general, y desconectados más que convergentes. México requiere dejar de aunar y aunar, en una carrera hacia adelante, más de lo mismo para articular las acciones existentes, jerarquizarlas en función de objetivos prioritarios, informar e innovar. También tiene que convocar a actores que sirvan de intermediarios preferentes para operacionalizar sus programas, integrar diagnósticos confiables y conducir intervenciones focalizadas. Para ello, es preciso identificar mecanismos, costos, resultados y vacíos y sacar el máximo provecho de la información disponible.

En un momento como el actual en el que todas las instancias gubernamentales están integrando el Plan Nacional de Desarrollo para el sexenio que acaba de iniciar y los  subsecuentes planes sectoriales, es indispensable llamar a elaborar un Plan estratégico de internacionalización de la educación superior y de la ciencia que realmente lo sea: en otras palabras, que esté orientado a resolver los problemas pendientes de fondo (calidad y equidad) pero también a proponer mejoras en la gestión, a regular las manifestaciones emergentes de la internacionalización y a ser más creativo en sus instrumentos, alcances y grupos destinatarios.

Estamos allí  muy lejos de nuestro punto de partida. Retornando a él, sería importante que, por su parte, la Academia  Mexicana de la Ciencia y los otros organismos que apoyan la integración del Atlas vayan  pensando, para sus ediciones futuras, en cómo hacer un uso más exhaustivo y pertinente de los datos recogidos y quizás, en la necesidad de  recabar información sobre asuntos y actores que desconocemos todavía (por ejemplo sobre los investigadores mexicanos  radicados en el extranjero o los postdoctores en estancia internacional, dos grupos que proporcionarán mucha  tela de la que cortar).

[1]http://www.iesalc.unesco.org.ve/index.php?option=com_content&view=article&id=3050%3Ainvestigadores-extranjeros-en-mexico-reflexiones-preliminares-sobre-movilidades-permanentes-en-el-campo-academico-contemporaneo&catid=200%3Acirculacion-de-cientificos-expertos-opinan&Itemid=749&lang=es

[2]http://www.iesalc.unesco.org.ve/index.php?option=com_content&view=article&id=3072%3Amovilidades-y-redes-cientificas-entre-francia-y-mexico-una-investigacion-sobre-intercambios-de-personas-y-de-saberes&catid=200%3Acirculacion-de-cientificos-expertos-opinan&Itemid=749&lang=es Publicado en Educación a debate

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