Chuayffet:
las relaciones entre ciencia y educación
Javier
Flores
El
jueves pasado el secretario de Educación, Emilio Chuayffet, estableció un
primer contacto con la comunidad científica del país, al participar en la
ceremonia de inicio del 54 año académico de la Academia Mexicana de Ciencias
(AMC). Dijo que no podía estar ausente en esa ceremonia, debido a que el
Presidente de la República había sido muy enfático en considerar a la ciencia y
a la tecnología como las llaves para abrir las puertas de la productividad y lo
que permitirá a México consolidarse como una potencia emergente en los próximos
años. Hay cosas muy relevantes en lo dicho en esa ocasión por el titular de la
Secretaria de Educación Pública (SEP), por lo que resulta interesante examinar
algunos aspectos de su mensaje.
De
acuerdo con la ley, la cabeza del sector de ciencia y tecnología es formalmente
el Presidente de la República, no obstante, en el sexenio de Enrique Peña Nieto
esas actividades han quedado implícitamente bajo el cobijo de la SEP. Así lo
indica, por ejemplo, la estructura del programa de gobierno. En el Plan
Nacional de Desarrollo, ciencia, tecnología e innovación forman parte del
capítulo titulado: México con Educación de Calidad, cuya elaboración fue
coordinada por el licenciado Chuayfeet Chemor.
Hoy
el gobierno vuelve a acercarse a los científicos porque cree en ellos y cree en
la ciencia como palanca de desarrollo, dijo el secretario de Educación Pública,
en un mensaje en el que se dio tiempo para citar a Issac Asimov, resaltando la
importancia de la curiosidad científica; a Esquilo, reviviendo el mito del
fuego sagrado de Prometeo, y el manifiesto Russell-Einstein, recordando la
responsabilidad social que tienen la ciencia y los científicos. La actitud del
titular de la SEP fue en todo momento muy cordial, abierta y propositiva, una
postura que buscaba quizás enfatizar la diferencia con el enorme desdén que
tuvieron las administraciones panistas hacia la ciencia y los científicos.
Chuayffet
recordó las metas determinadas por el presidente Enrique Peña Nieto para su
administración: Llegar al 1 por ciento del producto interno bruto en inversión
en ciencia y tecnología; fortalecer la infraestructura científica y tecnológica
para que el país cuente con espacios adecuados y dignos para cultivar el
conocimiento, e impulsar el desarrollo de las vocaciones y las capacidades
científicas, tecnológicas y de innovación locales, para fortalecer el
desarrollo regional. A pesar de que pudiera parecer reiterativo, insistir en
estos puntos es muy importante, pues significa recordar y reafirmar los
compromisos que ha establecido el gobierno de la República con la ciencia y la
tecnología.
Pero
además el secretario de Educación incluyó entre esas metas las relacionadas más
estrechamente con la educación: Trabajar en favor de la transferencia y el
aprovechamiento del conocimiento, vinculando a las instituciones de educación
superior y los centros de investigación con los sectores público, social y
privado; contribuir a la formación y fortalecimiento de capital humano de alto
nivel para que más mexicanos tengan la posibilidad de dedicarse a la ciencia, y
desarrollar programas educativos desde el nivel básico con núcleos curriculares
que contengan el aprendizaje del conocimiento científico.
Es
importante detenerse en el último punto. Chuayffet habló de la necesidad de que
México transite hacia una economía basada en la información y el conocimiento y
por eso, dijo, debemos incrementar nuestra capacidad de hacer, pero también de
enseñar ciencia.
Aumentar
las capacidades del país para enseñar ciencia. Creo que este fue el punto
central de su mensaje y el único en torno al cual realizó una propuesta de
colaboración explícita con la comunidad científica. A juicio del secretario, de
la enseñanza de la ciencia depende que los jóvenes obtengan las habilidades que
se requieren para aprender y seguir aprendiendo, y la capacidad para tomar
decisiones que les permitan resolver los problemas de la vida.
Emilio
Chuayffet invitó a la comunidad científica, a realizar un ejercicio conjunto
que permita determinar cuál es la ciencia que se necesita enseñar y cuáles son
las mejores alternativas para acercarla a la población. Lo necesita México,
enfatizó.
Lo
anterior es de la mayor importancia, pues abre la posibilidad de concretar
iniciativas para mejorar la enseñanza de las matemáticas y las ciencias.
Algunas de estas iniciativas ya han sido desarrolladas en el medio científico,
particularmente en la AMC, y ensayadas con resultados satisfactorios, aunque a
pequeña escala. Para llevar la ciencia a la población, se requiere además del
impulso a la difusión y divulgación de la ciencia, áreas en las cuales también
la comunidad científica cuenta con gran experiencia, de tal manera que este
acercamiento del secretario de Educación, podría rendir importantes frutos en
beneficio del país. (La Jornada)
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