Topes salariales, causa
del rezago en las remuneraciones de trabajadores
Patricia
Muñoz Ríos
Las
revisiones salariales en México están en crisis por los topes que anualmente se
imponen a los porcentajes de incrementos para los trabajadores, lo que junto
con los aumentos que sufren los productos básicos están llevando a un
pronunciado rezago en las remuneraciones de los mexicanos.
La
Universidad Obrera señala que el rezago de los salarios respecto del precio de
los alimentos ocasiona el difícil acceso de la población a los bienes más
elementales para vivir. En su informe Crisis y rezago salarial, la institución
detalla que en los pasados tres sexenios, por ejemplo, mientras los topes
salariales han provocado que el salario mínimo se incremente en 333 por ciento,
el costo del kilogramo de la tortilla ha sido de mil 364 por ciento.
En este
periodo, el precio del pan blanco se elevó 980 por ciento, la harina de trigo
en 785. Productos como la carne y otros se han vuelto inaccesibles para el
mayor número de trabajadores, ya que entre diciembre de 1994 y finales del
sexenio de Felipe Calderón (diciembre de 2012), el retaso con hueso de res se
encareció 700 por ciento, el frijol en 623 y el huevo en 862.5 por ciento.
Los
trabajadores mexicanos han visto caer incluso los niveles nutricionales. En una
familia integrada por cinco miembros, el salario mínimo no satisface sus
necesidades básicas de calorías y proteínas. Con esta remuneración sólo se
puede obtener un promedio de 423 gramos de calorías por persona, cuando la
necesidad nutricional diaria es de 2 mil 180 kilogramos. Se requerirían más de
seis salarios mínimos para cubrir los requerimientos alimenticios de una
familia promedio. O dicho de otra manera se precisaría de un aumento no menor a
500 por ciento para los mínimos.
Para los
trabajadores que no están tazados con el mínimo y llevan a cabo anualmente
revisiones salariales y contractuales, la situación no es mejor. Según planteó
la Coordinadora Nacional de Sindicatos Universitarios, de Educación Superior,
Investigación y Cultura, la imposición de topes salariales se lleva a cabo ‘‘a
pie juntillas’’ en México, y la mayor prueba es que este año se impuso a los
mínimos un incremento de 3.9 por ciento y este mismo porcentaje se ha venido
aplicando en todas las revisiones del sector.
Así, han
recibido incremento salarial de 3.9 por ciento el Sindicato Independiente de
Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana y el de Trabajadores de
la UNAM; el del Colegio de Bachilleres obtuvo 3.8 por ciento de aumento, al
igual que el de El Colegio de México, incrementos que por supuesto ya se los
comió la inflación, pues además, según el promedio salarial, significan entre 7
y 8 pesos de aumento real. (La Jornada)
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