Reventar la movilización, el objetivo de
anarquistas y ‘halcones’
ROSALÍA
VERGARA
MÉXICO,
D.F. (apro).- La marcha vespertina para conmemorar los 45 años de la matanza
estudiantil perpetrada en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco,
encabezada por miembros del Comité del 68, transitaba en paz… hasta que
irrumpieron ‘halcones’, ‘orejas’ y anarquistas.
Después
de que los activistas colocaran coronas de flores en el memorial con los
nombres de algunos de los caídos a manos del Ejército del entonces presidente
Gustavo Díaz Ordaz, del PRI, la plaza comenzó a llenarse de jóvenes
“anarquistas”.
Fueron
llegando en grupos de 10, la mayoría con el rostro cubierto con paliacates o
capuchas de tonos oscuros. A la par se hicieron presentes “pelones” vestidos de
civil, en grupos de 10. Eran los modernos “halcones”.
También
pululaban decenas de “orejas” de Gobernación, identificables por sus chalecos
del Servicio del Transporte Colectivo Metro o de la Red de Transporte Público,
pero quienes constantemente se monitoreaban señalándose por sus apodos como
Cobra o Águila.
Anarquistas
y policías se enfrentan a 45 años de la matanza de Tlatelolco. Foto: AP /
Eduardo VerdugoAnarquistas y policías se enfrentan a 45 años de la matanza de
Tlatelolco. Foto: AP / Marco UgarteAnarquistas y policías se enfrentan a 45
años de la matanza de Tlatelolco. Foto: Xinhua / Alejandro Ayala
Anarquistas
y policías se enfrentan a 45 años de la matanza de Tlatelolco. Foto: Xinhua /
Alejandro AyalaUna de las tiendas saqueadas por anarquistas en avenida Reforma.
Foto: Xinhua / Alejandro Ayala
Aunque
el operativo se había pactado entre el gobierno capitalino y la Policía Federal
(PF), únicamente se observó en acción a agentes del GDF.
No
obstante, muchos policías llevaban trajes sin insignia; otros eran de la
Auxiliar y unos más de la Bancaria.
Pese
a las escaramuzas, los observadores de la Comisión de Derechos Humanos del
Distrito Federal (CDHDF) evadieron intervenir cuando los anarquistas encaraban
a los policías, alrededor de las 17:00 horas, sobre Paseo de la Reforma.
–¿Cómo
cuántos son? –preguntó un agente por su radio.
–¡Un
chingo! –respondió una voz.
–Sí,
pero ¿cuántos?
–No
sé. ¡Un chingo!
Y
es que los manifestantes marchaban en paz, encabezados por Raúl Álvarez Garín,
Abelardo Guízar, Guillermo Vázquez del Mercado, Luis Reyes Carpizo, César
Tirado Villegas, Myrthokleia González Gallardo y Jesús Martín del Campo, del
Comité del 68.
Todos
con el puño en alto, entonando la consigna ya histórica: “¡Dos de octubre, no
se olvida!”.
Entusiasmados,
gritaban que la enorme marcha alcanzaría el Zócalo, pero después el plan
cambió: llegaría al Monumento a la Revolución, pero ahí –repusieron– se
encuentra el campamento de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la
Educación (CNTE), así que, al final, decidieron ir al Ángel de la Independencia.
Los
anarquistas no se acuerparon, se iban desplegando entre varios contingentes.
Justo
en el cruce de avenida Juárez y Paseo de la Reforma tronó el primer cohetón y
esa fue la señal para desatar la primera confrontación.
Sin
embargo, todos los accesos al Zócalo estaban cerrados para impedir que los
inconformes tomaran la plaza, ocupada por el centro de acopio para los
damnificados por los huracanes Ingrid y Manuel. Sobre la Alameda Central
tronaron más petardazos.
Los
anarquistas aventaron piedras a los policías. A la altura de la Glorieta de
Colón aguardaba el contingente de Michoacán de la CNTE.
Fue
en ese tramo, de avenida Hidalgo a la glorieta de la fuente, donde se realizó
el mayor número de detenciones al azar por parte de la policía.
En
Bucareli, en la “Esquina de la información”, custodiados por policías los
edificios de Excélsior y El Universal, se suscitó otro enfrentamiento.
Uno
más se registró en la glorieta de la fuente, la que en alguna ocasión el
movimiento No Más Sangre pintó sus aguas de rojo. Ahí, antes de cualquier
confrontación, se agruparon alrededor de 30 anarquistas, sin distinción de
género.
Anarquistas
y policías se enfrentan a 45 años de la matanza de Tlatelolco. Foto: Xinhua /
Alejandro AyalaAnarquistas y policías se enfrentan a 45 años de la matanza de
Tlatelolco. Foto: Alejandro SaldívarAnarquistas y policías se enfrentan a 45
años de la matanza de Tlatelolco. Foto: Xinhua / Alejandro Ayala
Un
policía herido durante los disturbios del 2 de octubre. Foto: Xinhua / Alejandro
AyalaAnarquistas y policías se enfrentan a 45 años de la matanza de Tlatelolco.
Foto: Alejandro Saldívar
Hombres
y mujeres, cubiertos los rostros, empuñaban palos y piedras.
En
ese sitio la policía frenó a los contingentes de maestros, mientras el resto de
los manifestantes arribó sin contratiempos al Ángel de la Independencia.
La
marcha, así, quedó fragmentada, dejando atrás a los anarquistas. Sin embargo,
detrás de ellos caminaban los contingentes del Movimiento #YoSoy132 y
estudiantes de distintas escuelas y facultades de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) y de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México
(UACM).
Cada
que se escuchaba un petardazo y se producía el movimiento intimidatorio de los
granaderos, la gente corría a refugiarse, pero los contingentes pidieron a los
miembros replegarse en grupos para dejar solos a los presuntos radicales.
Mientras,
en la calle de Humbold, se colocó estratégicamente una pipa de agua. De pronto,
otra vez el “encapsulamiento”, y las detenciones arbitrarias.
Tres
camionetas pick-up llevaban detenidas a varias personas. Un joven aseguró ver
que se llevaron a 40 manifestantes en un camión azul de la policía. Otro más
denunció 15 detenciones, entre ellos varios amigos. Y así. La cifra oficial se
redujo a 20 personas detenidas. No se sabe a dónde las trasladaban, sólo se
escuchaba el grito de los comandantes: “¡A Tlalpan, llévalos a Tlalpan!”.
Entre
los capturados está el fotorreportero Alejandro Medina Guzmán, de la agencia
Imagen. Varios fotógrafos también resultaron golpeados.
A
José Manuel Jiménez un granadero lo golpeó en la cabeza con un extinguidor.
Otros golpeados fueron Omar Franco, de El Sol, y Quetzalli Micte, de Excélsior.
Por
su parte los anarcos le pegaron a Gregorio Cortez, a quien le rompieron su
equipo fotográfico, y Arturo Ramos, así como a Octavio Nava, de la agencia
Prensa Internacional, de Los Ángeles, California.
Alrededor
de las 19:00 horas, un mando policiaco gritó: “¡Vamos a recuperar!”, y pidió a
una subalterna: “Comunícame con el secretario”.
Luego
dio inicio la “operación limpieza”, que duró alrededor de una hora, y prosiguió
la detención al azar.
Y
así como los uniformados dispersaban a los manifestantes, el servicio de
limpieza del GDF procedía a levantar los escombros.
Cerca
de las 20:00 horas la avenida Morelos estaba abierta a la circulación; 25
minutos después, Paseo de la Reforma era libre a la circulación.
De
Insurgentes hacia el Ángel no hubo enfrentamientos, así que después del acto
conmemorativo por la masacre en Tlatelolco, los contingentes de la UNAM y de la
CNTE regresaron custodiados por la policía.
Al
final, los uniformados, algunos a caballo, formaron su propio contingente para
arribar a la altura de la Torre Contigo, sobre Lafragua, para proseguir con las
órdenes de recuperación de los espacios capitalinos. (Proceso)
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