Ex Rectores porros
Por: Raymundo Jiménez
No transcurrió ni
siquiera un mes de su sorpresivo descarte como aspirante a la Rectoría de la
Universidad Veracruzana cuando el doctor Víctor Arredondo Álvarez dejó ver
nuevamente el “monstruo” que siempre ha llevado dentro, decepcionando y dejando
mal parados a quienes habían promovido su candidatura por considerarlo como “el
mejor prospecto” para suceder al rector Raúl Arias Lovillo antes de que los
ocho miembros de la H. Junta de Gobierno de la UV lo excluyeran a mediados de
agosto de la sucesión rectoral.
Y es que se ha
corroborado que hace poco más de un par de semanas, en un privado de un famoso
restaurante de mariscos de la vecina ciudad de Coatepec, Arredondo y otro ex
rector, Rafael Hernández Villalpando, le habrían tendido una celada al contador
público Carlos Manuel Aguirre Gutiérrez, quien al igual que ambos también ocupó
la Rectoría de la UV pero durante la administración del gobernador Agustín
Acosta Lagunes a mediados de la década de los ochentas.
Según la versión que
fuentes confiables nos hicieron llegar, de última hora Aguirre Gutiérrez fue
invitado vía telefónica por Hernández Villalpando, razón por la que el actual
director del Instituto de Formación Profesional de la Procuraduría General de
Justicia del Estado (PGJE) llegó retrasado al restaurante, donde Arredondo, el
ex alcalde perredista de Xalapa y otros acompañantes ya llevaban alrededor de
una hora comiendo e ingiriendo alcohol.
Aguirre y Hernández
Villalpando habían coincidido en el gabinete del gobernador sustituto Dante
Delgado Rannauro, en cuyo cuatrienio (1988-1992) el primero se desempeñó como
titular de la Contraloría General del Estado y el segundo como subsecretario de
Gobierno y luego como rector de la UV.
A su vez, el ex
alcalde perredista xalapeño había colaborado con Arredondo en la Dirección de
Educación Superior de la SEP durante parte del sexenio del presidente Miguel de
la Madrid (1982-1988), en el que el sicólogo cordobés fue subordinado del
doctor Rafael Velasco Fernández, ex rector de la UV y a la sazón subsecretario
de Educación Superior e Investigación Científica.
Precisamente en el
domicilio particular de Velasco Fernández, en un conocido fraccionamiento
residencial de Xalapa, unos días antes de que Arredondo fuera descartado por la
H. Junta de Gobierno se habría realizado una reunión privada con otros ex
rectores, entre ellos el doctor Salvador Valencia Carmona y el notario Héctor
Salmerón Roiz, para acordar la estrategia final que apuntalara la candidatura
del también ex titular de la Secretaría de Educación de Veracruz ante el grupo
de notables que encabezados por el ex rector de la UNAM, José Sarukhán Kermez,
no simpatizaban con el retorno del académico cordobés, ya que aparte de
cuestionarle su autonomía del gobierno estatal le criticaban también que a
finales de noviembre de 2004 se haya separado de la Rectoría de la UV para
asumir la SEV al inicio de la administración del gobernador Fidel Herrera
Beltrán.
Precisamente en ese
encuentro en casa del doctor Velasco, al cual asistió el funcionario de la PGJE
por institucionalidad, ya que presuntamente recibió instrucciones de sus
superiores, se habría resistido a firmar un documento en apoyo de Arredondo que
avalaba su administración al frente de la UV.
Según versión de uno
de los presentes, Aguirre Gutiérrez habría argumentado que él no era nadie para
respaldar o reprobar la gestión del primer rector autónomo de la UV.
Es más, en
declaraciones a la prensa, el ex contralor dantista había afirmado que él no
tenía “gallo” para la Rectoría y dijo confiar en que la Junta de Gobierno
tomaría la mejor decisión para elegir al próximo rector. “La Junta de Gobierno
está muy bien representada, va a valorar bien los perfiles, tratará de hacer lo
que a ellos les corresponde y tomarán la decisión para bien de nuestra
comunidad universitaria”.
Sin embargo, el
miércoles 14 de agosto fue obligado a acompañar a los ex rectores Velasco
Fernández, Valencia Carmona y Salmerón Roiz, quienes acudieron a la sede de la
H. Junta de Gobierno para pronunciarse a favor de la candidatura de Arredondo,
la que dos días después fue descartada oficialmente ya que la terna final quedó
integrada sólo por el secretario académico Porfirio Carrillo Castilla; por el
director de la Facultad de Derecho, Manlio Fabio Casarín León; por la
secretaria de la Rectoría, Leticia Rodríguez Audirac; por el investigador
académico Francisco Monfort Guillén, y por la directora del Museo de
Antropología de Xalapa, Sara Ladrón de Guevara González, cuya designación como
rectora sorprendió gratamente a la comunidad universitaria y a la clase
gobernante.
Además, para colmo, a
diferencia de Arredondo y de los otros ex rectores que apoyaban la fallida
candidatura del sicólogo cordobés, Aguirre Gutiérrez fue junto con Emilio Gidi
Villarreal –otro declarado opositor del ex titular de la SEV– el único
antecesor que el viernes 23 de agosto sí decidió acudir al último informe de
labores del rector saliente Raúl Arias Lovillo, el cual fue boicoteado por un
sospechoso grupo de estudiantes universitarios cuyo patrocinio le fue
adjudicado al frustrado aspirante a la Rectoría.
En declaraciones a
los medios de comunicación, el contador Aguirre todavía reprobó la actitud
porril de esos seudoestudiantes encapuchados, los cuales retuvieron en las
instalaciones de la USBI a decenas de invitados especiales –entre ellos a la
actual rectora Ladrón de Guevara–, por lo que Arias Lovillo tuvo que
trasladarse al auditorio de la Facultad de Contaduría y Administración para
cumplir ante los restantes miembros del Consejo General Universitario con la
lectura de su cuarto informe administrativo.
Precisamente,
entrevistado al respecto, el ex rector Aguirre opinó que no debía mezclarse ese
acto universitario con lo que llamó “acciones políticas inmorales”. Consideró
que con dicha actitud, esos jóvenes en vez de ayudar a la Universidad la dañan
y recordó que en su administración al frente de la UV nunca se presentó una
manifestación de esa naturaleza. “No vale la pena ni entrar en cuestiones de
convencer porque al final de cuentas se ve que hay una actitud muy manipulada,
muy manejada”, resumió.
Finalmente, Arias
Lovillo tuvo que improvisar la lectura de su último informe en el auditorio de
la Facultad de Contaduría y Administración, cuyo director es Rafael Olvera
Carrascosa, muy cercano a Arredondo y a Hernández Villalpando, y quien también
habría estado en la zacapela del restaurante de Coatepec, donde el ex rector
Aguirre habría sido “descontado” con un duro golpe en la cara por Arredondo
quien previamente se había encerrado en el sanitario del salón privado.
Olvera habría
terminado en el hospital, mientras que al contador Aguirre le tiraron dos
dientes postizos y sus anteojos le fueron triturados en el piso por un
regordete notario público de Coatepec, operador incondicional de Arredondo.
Al verse apabullado y
en clara desventaja, el funcionario de la PGJE quiso salir del cuarto del
restaurante pero el chofer del cordobés habría bloqueado la única puerta.
Finalmente, por la
intervención de los meseros y de otros comensales, Aguirre pudo escaparse pero
olvidando su saco y su cartera, los cuales rescató hasta el día siguiente.
Quiso interponer una
denuncia penal por lesiones en la Agencia del Ministerio Público de Coatepec
pero el encargado se disculpó porque supuestamente habría recibido
instrucciones superiores de no abrir ninguna averiguación. Lo único que le
ofreció fue resguardarlo con policías ministeriales durante el trayecto hasta
la ciudad de Xalapa.
Si eso le hacen al
director del Instituto de Formación Profesional de la PGJE, ¿qué “procuración
de justicia” podemos esperar los demás veracruzanos que no hemos sido rectores
de la UV ni contralores del estado?
Toda una historia
para Robert Ripley, el legendario creador de “Aunque usted no lo crea”.
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