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lunes, 30 de septiembre de 2013


Ex Rectores porros
Por: Raymundo Jiménez
No transcurrió ni siquiera un mes de su sorpresivo descarte como aspirante a la Rectoría de la Universidad Veracruzana cuando el doctor Víctor Arredondo Álvarez dejó ver nuevamente el “monstruo” que siempre ha llevado dentro, decepcionando y dejando mal parados a quienes habían promovido su candidatura por considerarlo como “el mejor prospecto” para suceder al rector Raúl Arias Lovillo antes de que los ocho miembros de la H. Junta de Gobierno de la UV lo excluyeran a mediados de agosto de la sucesión rectoral.

Y es que se ha corroborado que hace poco más de un par de semanas, en un privado de un famoso restaurante de mariscos de la vecina ciudad de Coatepec, Arredondo y otro ex rector, Rafael Hernández Villalpando, le habrían tendido una celada al contador público Carlos Manuel Aguirre Gutiérrez, quien al igual que ambos también ocupó la Rectoría de la UV pero durante la administración del gobernador Agustín Acosta Lagunes a mediados de la década de los ochentas.


Según la versión que fuentes confiables nos hicieron llegar, de última hora Aguirre Gutiérrez fue invitado vía telefónica por Hernández Villalpando, razón por la que el actual director del Instituto de Formación Profesional de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) llegó retrasado al restaurante, donde Arredondo, el ex alcalde perredista de Xalapa y otros acompañantes ya llevaban alrededor de una hora comiendo e ingiriendo alcohol.

Aguirre y Hernández Villalpando habían coincidido en el gabinete del gobernador sustituto Dante Delgado Rannauro, en cuyo cuatrienio (1988-1992) el primero se desempeñó como titular de la Contraloría General del Estado y el segundo como subsecretario de Gobierno y luego como rector de la UV.

A su vez, el ex alcalde perredista xalapeño había colaborado con Arredondo en la Dirección de Educación Superior de la SEP durante parte del sexenio del presidente Miguel de la Madrid (1982-1988), en el que el sicólogo cordobés fue subordinado del doctor Rafael Velasco Fernández, ex rector de la UV y a la sazón subsecretario de Educación Superior e Investigación Científica.

Precisamente en el domicilio particular de Velasco Fernández, en un conocido fraccionamiento residencial de Xalapa, unos días antes de que Arredondo fuera descartado por la H. Junta de Gobierno se habría realizado una reunión privada con otros ex rectores, entre ellos el doctor Salvador Valencia Carmona y el notario Héctor Salmerón Roiz, para acordar la estrategia final que apuntalara la candidatura del también ex titular de la Secretaría de Educación de Veracruz ante el grupo de notables que encabezados por el ex rector de la UNAM, José Sarukhán Kermez, no simpatizaban con el retorno del académico cordobés, ya que aparte de cuestionarle su autonomía del gobierno estatal le criticaban también que a finales de noviembre de 2004 se haya separado de la Rectoría de la UV para asumir la SEV al inicio de la administración del gobernador Fidel Herrera Beltrán.

Precisamente en ese encuentro en casa del doctor Velasco, al cual asistió el funcionario de la PGJE por institucionalidad, ya que presuntamente recibió instrucciones de sus superiores, se habría resistido a firmar un documento en apoyo de Arredondo que avalaba su administración al frente de la UV.

Según versión de uno de los presentes, Aguirre Gutiérrez habría argumentado que él no era nadie para respaldar o reprobar la gestión del primer rector autónomo de la UV.

Es más, en declaraciones a la prensa, el ex contralor dantista había afirmado que él no tenía “gallo” para la Rectoría y dijo confiar en que la Junta de Gobierno tomaría la mejor decisión para elegir al próximo rector. “La Junta de Gobierno está muy bien representada, va a valorar bien los perfiles, tratará de hacer lo que a ellos les corresponde y tomarán la decisión para bien de nuestra comunidad universitaria”.

Sin embargo, el miércoles 14 de agosto fue obligado a acompañar a los ex rectores Velasco Fernández, Valencia Carmona y Salmerón Roiz, quienes acudieron a la sede de la H. Junta de Gobierno para pronunciarse a favor de la candidatura de Arredondo, la que dos días después fue descartada oficialmente ya que la terna final quedó integrada sólo por el secretario académico Porfirio Carrillo Castilla; por el director de la Facultad de Derecho, Manlio Fabio Casarín León; por la secretaria de la Rectoría, Leticia Rodríguez Audirac; por el investigador académico Francisco Monfort Guillén, y por la directora del Museo de Antropología de Xalapa, Sara Ladrón de Guevara González, cuya designación como rectora sorprendió gratamente a la comunidad universitaria y a la clase gobernante.

Además, para colmo, a diferencia de Arredondo y de los otros ex rectores que apoyaban la fallida candidatura del sicólogo cordobés, Aguirre Gutiérrez fue junto con Emilio Gidi Villarreal –otro declarado opositor del ex titular de la SEV– el único antecesor que el viernes 23 de agosto sí decidió acudir al último informe de labores del rector saliente Raúl Arias Lovillo, el cual fue boicoteado por un sospechoso grupo de estudiantes universitarios cuyo patrocinio le fue adjudicado al frustrado aspirante a la Rectoría.

En declaraciones a los medios de comunicación, el contador Aguirre todavía reprobó la actitud porril de esos seudoestudiantes encapuchados, los cuales retuvieron en las instalaciones de la USBI a decenas de invitados especiales –entre ellos a la actual rectora Ladrón de Guevara–, por lo que Arias Lovillo tuvo que trasladarse al auditorio de la Facultad de Contaduría y Administración para cumplir ante los restantes miembros del Consejo General Universitario con la lectura de su cuarto informe administrativo.

Precisamente, entrevistado al respecto, el ex rector Aguirre opinó que no debía mezclarse ese acto universitario con lo que llamó “acciones políticas inmorales”. Consideró que con dicha actitud, esos jóvenes en vez de ayudar a la Universidad la dañan y recordó que en su administración al frente de la UV nunca se presentó una manifestación de esa naturaleza. “No vale la pena ni entrar en cuestiones de convencer porque al final de cuentas se ve que hay una actitud muy manipulada, muy manejada”, resumió.

Finalmente, Arias Lovillo tuvo que improvisar la lectura de su último informe en el auditorio de la Facultad de Contaduría y Administración, cuyo director es Rafael Olvera Carrascosa, muy cercano a Arredondo y a Hernández Villalpando, y quien también habría estado en la zacapela del restaurante de Coatepec, donde el ex rector Aguirre habría sido “descontado” con un duro golpe en la cara por Arredondo quien previamente se había encerrado en el sanitario del salón privado.

Olvera habría terminado en el hospital, mientras que al contador Aguirre le tiraron dos dientes postizos y sus anteojos le fueron triturados en el piso por un regordete notario público de Coatepec, operador incondicional de Arredondo.

Al verse apabullado y en clara desventaja, el funcionario de la PGJE quiso salir del cuarto del restaurante pero el chofer del cordobés habría bloqueado la única puerta.

Finalmente, por la intervención de los meseros y de otros comensales, Aguirre pudo escaparse pero olvidando su saco y su cartera, los cuales rescató hasta el día siguiente.

Quiso interponer una denuncia penal por lesiones en la Agencia del Ministerio Público de Coatepec pero el encargado se disculpó porque supuestamente habría recibido instrucciones superiores de no abrir ninguna averiguación. Lo único que le ofreció fue resguardarlo con policías ministeriales durante el trayecto hasta la ciudad de Xalapa.

Si eso le hacen al director del Instituto de Formación Profesional de la PGJE, ¿qué “procuración de justicia” podemos esperar los demás veracruzanos que no hemos sido rectores de la UV ni contralores del estado?

Toda una historia para Robert Ripley, el legendario creador de “Aunque usted no lo crea”.


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