Desatención de los jóvenes,
pagaré a cobrar con movimientos sociales
Karina
Avilés
El bono
demográfico que posee México con sus jóvenes se está transformando en un pagaré
que lo cobrará la sociedad con movimientos sociales cada vez más desafectados
de la institucionalidad, por lo que no hay mucho que celebrar en su Día
Internacional, alertó el coordinador del Seminario de Investigación en Juventud
(SIJ) de la Universidad Nacional Autónoma de México, José Antonio Pérez Islas.
El experto
manifestó que venimos de seis años terribles en el sector y el nuevo gobierno
de Enrique Peña Nieto no da mucho color de hacia dónde va la política para la
juventud. De hecho, afirmó que el tema no forma parte de la agenda nacional.
Entrevistado
en el contexto del Encuentro Nacional de Jóvenes que Investigan, organizado por
el SIJ, enfatizó que los integrantes de este sector atraviesan por mayores
niveles de desempleo, pobreza y, aunque tienen más grados de escolaridad, es
más difícil que se inserten en el mercado laboral.
En el Día
Internacional de la Juventud, la directora de la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Irina Bokova, dio
un mensaje en el que advirtió que a escala mundial los jóvenes representan casi
un tercio de los migrantes internacionales, lo cual plantea enormes desafíos en
términos de la exclusión, la pobreza, la explotación y la discriminación.
José Antonio
Pérez Islas subrayó que hoy día las políticas de juventud compiten con las de
la tercera edad, pues los estudios revelan que la inversión de los programas se
canaliza hacia sectores de la población adulta, por lo que los jóvenes y los
viejos vuelven a ser tema secundario.
En la actual
administración, no se sabe qué rutas se tomarán para atender al sector, agregó.
Y esto ocurre mientras la sociedad mexicana atraviesa por una reconstitución de
sus acuerdos, existe una institucionalidad distinta a la nacional, pues hoy día
el Estado tiene que negociar espacios que le eran propios. Ejemplo de ello son
las policías que han tenido que integrar los ciudadanos.
El problema
es tan complejo que no sólo toca a los jóvenes, sino a la sociedad que viene, y
ninguna política pública está viendo hacia adelante, lo cual es peligroso,
añadió.
El
especialista de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal),
Martín Hapenhayn, enfatizó que la generación joven es la que tendrá que vivir
los costos de lo que no hizo la generación adulta en términos de la calidad de
vida y de la sustentabilidad ambiental.
Indicó que
la población juvenil enfrenta diversas paradojas como, por ejemplo, conformar
el sector con mayor conectividad a la red y, a su vez, tener poco acceso a las
instancias públicas de decisión. (La Jornada)
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