Aprender de los jóvenes
Gabriela
Rodríguez
En
preparación de la primera reunión de la Conferencia Regional sobre Población y
Desarrollo de América Latina y el Caribe, que se realizará en Montevideo la
próxima semana, mujeres y jóvenes están construyendo agendas programáticas para
convocar a los gobernantes sobre la necesidad de construir una agenda de
desarrollo para después del año 2015 –frontera que fue fijada hace 20 años–,
fecha en que se cerrará el ciclo abierto por el Programa de Acción de la
Conferencia Internacional de Población y los Objetivos de Desarrollo del
Milenio (ODM).
La agenda de
la Organización Iberoamericana de la Juventud formuló una propuesta que se
sustenta en una evaluación crítica de la escasa atención que tuvieron las y los
jóvenes en el marco de los ODM, definiendo una sola línea genérica: promover el
empleo juvenil, sin precisar metas ni definir indicadores para verificar
avances. Se hace énfasis en la necesidad de invertir más y mejor en las y los
jóvenes, no sólo por un simple criterio de justicia social, con un sector
poblacional particularmente afectado por la exclusión social, sino también y
fundamentalmente porque las y los jóvenes están más y mejor preparados que los
adultos para lidiar con las dos principales características del siglo XXI: la
permanencia del cambio y la centralidad del conocimiento. Las actuales
generaciones jóvenes que han nacido y crecido en el paradigma de la sociedad
del conocimiento generan vínculos naturales con las tecnologías de la
información y la comunicación, que hoy se erigen como principales herramientas
del desarrollo.
Reconociendo
el momentum con mayor volumen de jóvenes en la historia, se argumenta la
existencia de la desigualdad etaria del bienestar y se muestran que los
beneficios del desarrollo han impactado de manera diferencial en los diferentes
sectores poblacionales, no sólo por las discriminaciones de género, étnicas,
territoriales y de ingreso sino fundamentalmente por las discriminaciones que
sufren los menores de 30 años, en comparación con los mayores. Hay un llamado a
invertir en las nuevas generaciones y una evaluación crítica de las políticas
públicas que los miran como un simple grupo de riesgo y no terminan de
asumirlos como sujetos de derecho y actores estratégicos del desarrollo.
Jóvenes
indígenas de México también construyen agenda para la reunión de Montevideo.
Líderes de 14 etnias: mixteca tuun saví, náhuatl, toj’olabal, nahua, purépecha,
chontal, zapoteca, tzotzil, afroindígena, mixe, maya, ñöñho, tzotzil-tzeltal y
mazateca se reunieron para discutir su visión sobre los desafíos en el
ejercicio de derechos sexuales y reproductivos. La pertenencia étnica suele ser
blanco de juicios de valor y de violencia institucional, condición para que
personal de instituciones de salud y de educación los discriminen: se
proporciona información incompleta, basada en prejuicios y que no es laica. Los
materiales de promoción de los derechos sexuales son escasos y no están
adaptadas a las lenguas maternas, no reciben educación sexual de calidad.
Existe presión de la comunidad para limitar la difusión de los derechos
sexuales en las instituciones educativas que a veces se traducen en amenazas e
intervenciones violentas. Personas con VIH callan su situación y mueren por no
acceder a la atención y tratamiento. Existen prácticas, costumbres y sistemas
normativos tradicionales que atentan contra los derechos humanos como el tabú
sobre el uso de métodos anticonceptivos o sobre el aborto.
El estigma
sobre las juventudes limita su participación en espacios públicos. La
participación política comunitaria se ve limitada: a pesar de contar con los
requisitos para ser autoridad, ser joven impide que las personas adultas
reconozcan su capacidad de liderazgo y de gobierno, en regidurías y asambleas
comunitarias.
¿Está mejor
preparada la nueva generación para los retos del siglo XXI? Parece que sí, las
tecnologías de la información abrieron caminos que están creando otras formas
de conocer y de interactuar, modos diferentes de negociar y hacer política,
estilos inéditos de relacionarse en la vida afectiva y amorosa, modalidades
para organizar sus reuniones y movimientos sociales, nuevas formas de ser,
nuevas formas de sentir.
Twitter:
@Gabrielarodr108
grodriguez@afluentes.org (La
Jornada)
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