Nuevos
vientos en el magisterio
Luis
Hernández Navarro
Este
15 de mayo, la celebración del Día del Maestro fue diferente a la de años
anteriores. El centro del acto oficial no fue el reconocimiento presidencial a
la labor del magisterio ni el anuncio del incremento anual al salario de los
docentes, sino la defensa de la reforma educativa.
En
contraste, en más de la mitad de las entidades del país, centenares de miles de
maestros tomaron las calles para exigir la abrogación de la reforma educativa y
denunciar el raquítico aumento obtenido por la dirigencia institucional del
sindicato.
La
ceremonia oficial en Los Pinos estuvo marcada por la ausencia de Elba Esther
Gordillo, al frente del sindicato magisterial durante casi 24 años, y hoy
inquilina en el reclusorio de Tepepan. Su lugar fue ocupado, con más pena que
gloria, por Juan Díaz de la Torre. Su presencia fue de utilería. Como menciona
la nota de Rosa Elvira Vargas y José Antonio Román en La Jornada, Peña Nieto
hizo referencia al SNTE sólo en dos ocasiones.
Las
movilizaciones magisteriales del 15 de mayo muestran que el descontento contra
la reforma educativa es una bola de nieve que crece cada día. Se extiende a
estados en los que aparentemente no sucede nada y se radicaliza. En Chiapas,
los profesores de la sección 7, comenzaron un paro indefinido de labores. En
Baja California, los docentes bloquearon durante 90 minutos la garita
internacional Tijuana-San Isidro.
Enrique
Peña Nieto dijo en Los Pinos que la educación no se privatiza ni se concesiona,
que es y seguirá siendo una función pública irrenunciable del Estado mexicano.
Aseguró que los derechos del magisterio están a salvo. Los maestros
democráticos lo desmintieron. Denunciaron que la reforma educativa abre la
puerta a la privatización de la enseñanza y afecta gravemente conquistas
laborales, como la de la permanencia en el empleo.
En
la ceremonia estuvo presente, pero no habló, Emilio Chuayffet, secretario de
Educación Pública. Sus continuos desplantes autoritarios han polarizado el
mundo educativo. Sus muy desafortunadas declaraciones sobre la reforma y el
conflicto magisterial han avivado la llama del descontento entre los
profesores.
Para
los maestros, la negociación salarial fue un fracaso. El SNTE obtuvo apenas un
aumento directo al sueldo de 3.9 por ciento, 1.7 en prestaciones y 0.35 en
otras bolsas de apoyo. El resultado está por debajo de lo alcanzado en años
anteriores. Es la primera ocasión en los últimos siete años, que el sindicato
no rebasa el tope salarial para los trabajadores.
El
14 de mayo, el secretario de Gobernación, Miguel Osorio, y los dirigentes de
PRI, PAN y PRD se reunieron durante dos horas con una comisión de la
Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Los maestros
presentaron un programa alternativo de enseñanza, claramente diferenciado de la
nueva reforma, titulado Hacia la educación que necesitamos los mexicanos, que
hizo evidente que tienen propuestas educativas sólidas. Además, expresaron sus
críticas y preocupaciones a la reforma y exigieron su abrogación. Los
integrantes del pacto respondieron que no hay marcha atrás en ella y ofrecieron
presentarles un documento explicando sus bondades. Al finalizar quisieron que
se hiciera una declaración conjunta ante la prensa, pero los profesores se
negaron a tomarse la foto con ellos.
“La
reunión –resumió como balance Francisco Bravo, secretario general de la sección
9 democrática– puede ser la base para avanzar y construir acuerdos, pero
también puede quedarse en una reunión de buenas intenciones.”
Mientras,
cobra fuerza entre especialistas educativos y juristas una interpretación de
los alcances y contenidos de la reforma, contrapuesta tanto a la defendida por
Emilio Chuayffet como a la incorporada en las propuestas de legislaciones
secundarias que se analizan en la Cámara de Senadores. Este análisis aborda
tres conflictos: federalismo educativo, evaluación única y permanencia en el
empleo.
La
reforma –apunta esta lectura– no es centralista, ya que no enuncia de manera
explícita que la rectoría de la educación será exclusiva de la Federación, e,
incluso, deja algunos espacios abiertos para la incorporación del orden local y
municipal en dicha actividad.
Sobre
la evaluación, señala que la reforma la define como obligatoria, pero no como
única. El concepto de evaluación única no aparece una sola vez en la iniciativa
del Ejecutivo o los dictámenes de ambas cámaras. Además, una reforma educativa
con una evaluación única sería contraria al orden constitucional, que indica
que hay que fortalecer el aprecio y respeto por la diversidad. Por ello,
–sostiene– se puede acordar en la legislación secundaria la disposición a
efectuar una evaluación elaborada a partir de los lineamientos del INEE, pero
con contenidos regionales propios.
La
reforma –señala esta interpretación– condiciona la permanencia en el empleo a
la evaluación, pero se refiere no a quienes ya están trabajando y adquirieron
derechos, sino a quienes se vayan integrando al servicio docente a partir de la
promulgación de la nueva legislación. El derecho a la irretroactividad cuando
una norma nueva sea perjudicial, es un derecho constitucionalmente reconocido a
los maestros y a todo mexicano en términos del artículo 14 de la Constitución.
Nuevos
vientos soplan en la educación pública. La resistencia magisterial contra la
reforma educativa crece y se extiende nacionalmente. Las negociaciones entre
ese movimiento, el gobierno federal y el Pacto por México comienzan a abrirse.
Nuevas lecturas de la reforma que liman sus aspectos más punitivos y
controladores comienzan a abrirse paso entre especialistas educativos y
juristas. La economía se desploma. El gobierno federal necesita concentrarse en
sacar adelante las reformas para aumentar y generalizar el IVA y privatizar
Pemex. Para hacerlo, le urge quitar presión a las protestas de los maestros,
convertidos en un actor incómodo e inesperado. ¿Dejará de lado algunos de los
aspectos más negativos de la reforma educativa? El desenlace de esta historia
no está escrito. Pero, por lo pronto, los nuevos vientos anuncian tempestades.
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